Cuando metes un Ford Bronco y un Suzuki Jimny en la coctelera sale este coche eléctrico
Geometry Panda Mini EV
Algunos fabricantes chinos están poniendo todo de su parte por despegarse del relato de que las marcas de coches del país solo copian modelos de otras firmas. Sin embargo, otras siguen inspirándose en referentes europeos, estadounidenses y japoneses para dar forma a sus coches. Este es un ejemplo más, una suerte de cruce entre Ford Bronco y Suzuki Jimny en miniatura.
Se trata del Geometry Panda Mini EV, de una de las múltiples marcas que conforman el conglomerado que es el gigante Geely.
La compañía tomo la decisión, para destacar en el competido segmento de los microcohes eléctricos, de apostar por la mascota nacional, el oso panda, y por una paleta de colores en tonos pastel.
Sin embargo, desde su lanzamiento ha ido recibiendo ediciones especiales, llegando a conjuntos tan llamativos como la Go Kart Edition; o incluso a una variante de inspiración campera que ha podido verse en el Salón del Automóvil de Pekín, el Panda Knight, y que es la más similar a los todoterrenos más arriba comentados.
Está pensado como un vehículo que maximice la habitabilidad del espacio interior, pero siempre dentro de unas dimensiones comedidas que le hagan propicio para el uso en ciudad.
El modelo base mide 3.065 mm de largo, 1.522 mm de ancho y 1.600 mm de alto; con una distancia entre ejes de 2.015 mm. Sin embargo, según la variante éstas pueden cambiar, como es el caso del mencionado Geometry Panda Mini EV Go Kart Edition, cuyo paquete aerodinámico hace que aumente su longitud.
Sus rasgos también reciben ligeras modificaciones según la versión o edición, pero de fondo todas tienen características comunes.
Es un modelo de proporciones cuadradas, con un capó alto (para lo que mide el vehículo) y carrocería de dos puertas, que luce un acabado que puede ser bitono, con el techo en un color de contraste.
Es el frontal lo que le concede su imagen simpática, al contar con dos faros redondos rodeados por un marco elíptico. Aunque el modelo base tiene un capó despejado, en otras variantes cuenta con tiradores y no es lo único que cambia, siendo otro ejemplo el paragolpes delantero, que se adapta en función del carácter de la versión en cuestión.
El prototipo 4×4 es bastante llamativo gracias a las barras del techo y, sobre todo, a los cuatro faros auxiliares que van colocados en el techo. Pero el deportivo no se queda atrás, bien sea por la combinación de colores exteriores, bien por los gráficos de la carrocería, bien por el alerón que corona su zaga.
Eso sí, sin importar cuál sea su look exterior, su apartado mecánico es el mismo, siempre un sistema de propulsión eléctrico bastante humilde, pero que va en línea con el segmento en el que se encuentra el Panda Mini EV.
Monta un motor montado en posición central que desarrolla una potencia de 41 CV y un par máximo de 110 Nm, que solo de manera opcional puede contar con dos modos de conducción, Normal y Sport. Su batería es una pequeña pila de 17,03 kWh de capacidad, gracias a la que homologa una autonomía de unos 200 km.
La guinda la pone su precio, que al cambio actual ronda los 4.000 euros en su versión de acceso.