Cómo solucionar el problema que impide perder peso de manera más eficaz a los hombres que entrenan con frecuencia
Cómo solucionar el problema que impide perder peso de manera más eficaz a los hombres que entrenan con frecuencia
Cuando estamos inmersos en una estrategia para perder peso queremos resultados. Son muchas horas en el gimnasio levantando pesos o innumerables mañanas madrugando para salir a correr, y una importante cantidad de tiempo invertido leyendo las etiquetas de los productos o calculando las calorías que ingerimos como para subirnos a la báscula y no ver reflejados nuestros esfuerzos.
Pero sucede que en ocasiones el factor psicológico, también el fisiológico, juega en nuestra contra y de manera casi inconsciente ponemos en marcha una serie de mecanismos compensatorios que impiden que consigamos los objetivos establecidos de antemano o, como mínimo, que se retrasen más de la cuenta.
Un ejemplo de ello, como constatan algunos estudios científicos, es cuando tenemos planificada una sesión de entrenamiento al día siguiente y comemos más la jornada anterior. Y es un problema porque cuesta mucho generar un déficit calórico y todo se vuelve más complicado si aún encima aumentamos la ingesta de alimentos.
Cuanto más ejercicio hacemos, más tiempo descansamos
Pero este no es el único mecanismo que se activa ya que una investigación a cargo de expertos de la Universidad de Copenhague concluye que cuanto más nos adherimos a un entrenamiento estructurado, más tendemos a reducir las actividades físicas diarias no relacionadas estrictamente con el ejercicio, como ir al trabajo en bicicleta en lugar de conducir, o subir escaleras en lugar de subirse en ascensor.
Y lo reconozco. A mi me ha pasado y conozco ese sentimiento. Después de una sesión intensa me invade la sensación de que merezco un rato más en el sofá o que las escaleras pueden esperar. Y, al parecer, no soy el único.
“En el 67% de los estudios analizados, podemos ver que las personas reducen la actividad física en su vida diaria como compensación a causa del entrenamiento. Esto incluye caminar menos, utilizar menos la bicicleta o coger el ascensor en lugar de subir las escaleras”, asegura Julie Marvel Mansfeldt, autora principal de una revisión sistemática de 24 estudios de investigación publicada en Current Nutrition Reports.
De hecho, esta actividad física no planificada desempeña un papel importante en si una persona pierde peso con éxito o no. “Perder peso consiste en promover el déficit calórico entre la cantidad de energía que consumes y la cantidad que gastas. Puedes cambiar tu dieta para comer menos o aumentar tu nivel de actividad física”, asegura Julie Marvel Mansfeldt.
En teoría un incremento del gasto de energía por el mero hecho de entrenar debería venir acompañado por una mayor pérdida de peso. “Pero en la práctica, vemos que las dos cosas rara vez están relacionadas y que la pérdida de peso debido al ejercicio es a menudo menor de lo esperado. Esto indica que algún tipo de mecanismo compensatorio debe existir”, añade
Es más, la experta asegura que “sorprendentemente y contrariamente a lo que mucha gente piensa”, no se aumenta la cantidad de alimentos que ingerimos al comenzar el entrenamiento físico, lo que sugiere que “debemos estar disminuyendo la actividad física en nuestra vida diaria” más allá del ejercicio planificado. Por ejemplo, uno de los estudios analizados, concluye que esta disminución hizo que los sujetos perdieran un 22% menos de peso de lo esperado.
Porque nos lo merecemos
La explicación a nuestra tendencia a ser menos activos físicamente fuera del tiempo estipulado para las sesiones de entreno es probablemente una mezcla de mecanismos fisiológicos y psicológicos. Dos motivos que nos impiden lograr
“La compensación puede venir simplemente de sentirnos más cansados después de una sesión de entrenamiento en el gimnasio. Pero probablemente también hay un factor psicológico en juego, que es una especie de sistema de recompensa que se activa y nos hace pensar que merecemos descanso y evitar los largos paseos con el perro o ir al supermercado en coche”, explica Mansfeldt.
“Actualmente, los programas de pérdida de peso que implican ejercicio siempre afirman que los participantes deben tener cuidado de no comer más. Pero como este segundo mecanismo también parece desempeñar un papel importante, espero que se tenga en cuenta. Las personas deben ser activas, independientemente de que entrenen”, concluye investigadora, que también encontró asociaciones entre comer más o menos en función de si las personas se aburrían o se divertían con el ejercicio.
Así pues, parece clave que además de hacer deporte de forma regular, no dejemos de fomentar otro tipo de pequeñas píldoras de actividad física que a lo largo del día pueden marcar la diferencia para perder más peso.