Andy García: “Conozco muy bien la costa de Alicante, pasé un verano con mi hermano en Benidorm, él jugaba profesionalmente al jai alai, aquí lo llaman cesta punta… He venido mucho a España y me encanta en todos sus aspectos”

05/05/2024

Estamos en una amplia sala del hotel Four Seasons de Madrid durante una soleada mañana de primavera, justo diez días después del 68º cumpleaños de Andy García (La Habana, Cuba, 1956), el protagonista de estas líneas. Acorde con el clima madrileño, García –como siempre, con un estilo elegante–, viste unos pantalones de lino blancos, una camisa azul claro y una americana azul marino que le sienta como un guante.

La única persona que puede permitirse llamar uncle Michael (tío Michael) a Al Pacino –tras encarnar a su sobrino en El Padrino III (1991)–, ha cambiado temporalmente su rol de actor de Hollywood por el de maestro de ceremonias de los Premios Laureus, los Oscar del deporte, que en su última edición han tenido lugar en el Palacio de Cibeles con protagonistas de la talla de Erling Haaland, Lionel Messi, Simone Biles, Max Verstappen o Novak Djokovic.

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Con este último pudimos verle el domingo en el Estadio Santiago Bernabéu, disfrutando de El Clásico, del Real Madrid-Barcelona, junto a su hijo Andrés –su tocayo, el único varón y el menor de sus hijos– y al exjugador de fútbol americano y ganador de cuatro Super Bowls, Tom Brady.

García asegura que se siente muy orgulloso de formar parte de este prestigioso evento: “Desde hace mucho tiempo tengo relación con Richemont [IWC y Montblanc, marcas del grupo, son patrocinadores de la gala], con la familia Rupert y con su equipo. En siete ocasiones he participado en uno de sus torneos de golf, los Alfred Dunhill Links. Hemos construido una relación a lo largo de los años y me sentí muy emocionado de que ellos pensasen en mí para presentarlo”.

No ha tenido que desplazarse además desde Los Ángeles para ello, porque ya se encontraba trabajando en Europa: “Acabo de terminar de rodar una película en Italia, una comedia romántica que trata la historia de dos parejas que se encuentran en una masía en Sicilia. Una pareja formada por Eva De Dominici, que interpreta a mi hija, y por Alex Pettyfer; y otra pareja de mayor edad, formada por Toni Collette, una gran actriz, y por mí” nos cuenta.

Este filme, aún sin título, ni siquiera figura todavía en su ficha de IMDB. Si lo hace otro proyecto que tiene pendiente de estreno y que ya se encuentra en postproducción, Land of Grace. Le preguntamos sobre él y se queda extrañado al escuchar ese título, nos confiesa que muchas veces cambian los nombres de las películas, pero rápidamente cae en la cuenta de cuál se trata al reconocer la implicación de Frank Grillo: “Es una película de acción independiente que mi amigo Frank montó y me propuso el papel del antagonista, pero no la he visto todavía”.

Su implicación en un evento deportivo tampoco es arbitraria: Andy García es un grandísimo apasionado del golf (participa en torneos de prestigio como el AT&T Pebble Beach Pro-Am, que combina a profesionales y amateurs) y también un gran admirador del español Seve Ballesteros.

“Diría que es mi golfista favorito de siempre, no solo por su talento sino también por su identidad hispana”, dice sobre el cántabro, quien falleció de un cáncer en 2011 y que fue una figura clave en el resurgimiento del golf europeo. “Junto a Lee Trevino, ambos hacían magia y siendo hispano al final uno busca aquel referente con el que se puede identificar más. De hecho, he tenido la oportunidad de jugar con Trevino. Una anécdota curiosa es que finales de los años 80, Seve estuvo en Los Ángeles con motivo del torneo de LA Open, donde participé el año pasado –actualmente lo llaman The Genesis–. Yo le seguí por 18 hoyos, viéndole practicar y cómo tiraba las pelotas alrededor del green. No me presenté personalmente, solo estaba ahí observándole y la verdad que era una cosa mágica ver cómo jugaba. Los que somos aficionados al golf jugamos más o menos, pero entendemos bastante sobre el deporte, y podemos reconocer su magia y lo carismático que era. Lo perdimos demasiado pronto, pero su legado vive”.

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El deporte siempre ha estado presente en la vida de García: jugó en el equipo de baloncesto de su instituto y en la Little League de béisbol en Miami, teniendo como entrenador al también actor Mickey Rourke –“Él me sigue llamando slugger (bateador) y yo le sigo llamando coach, (entrenador)”, confesó hace unos años–. También es conocido por ser un asiduo espectador del Staples Center para disfrutar de los partidos de Los Angeles Lakers: “Tengo season tickets –abonos de temporada– , siempre que mi familia y yo estamos en Los Ángeles vemos jugar al equipo”.

Cuando habla sobre el papel que ha jugado el deporte en su familia, relata que “mi hija mayor, Dominik jugaba al baloncesto en el instituto, en cambio a mi hija mediana, Daniella, no le interesó tanto el deporte; la más chiquita, Alessandra, jugó al baloncesto y mi hijo Andrés jugó al baloncesto y al fútbol. Siempre nos ha gustado el deporte y somos fanáticos de los Miami Dolphins, un equipo de fútbol americano de Florida, aunque mis hijos se criaron en Los Ángeles”.

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La relación del actor con España es también muy estrecha: “Me encanta este país, soy amante de la cultura, la comida y los españoles”, confiesa. Cuenta incluso que pasó parte de su luna de miel en España –este año él y su esposa, María Victoria ‘Mariví’ Lorido, que es cubana de nacimiento como él pero tiene raíces asturianas, cumplen 42 años de casados– y, aunque ha pasado tiempo, hace un esfuerzo por rememorar el recorrido exacto que realizaron en coche: “Entramos por Barcelona, pasamos por Zaragoza, fuimos a Madrid, desde allí subimos al País Vasco, visitamos Bilbao y San Sebastián, nos dirigimos a Francia, pasamos por Calais y desde ahí volvimos a Londres… Estuvimos casi un mes conduciendo y esta fue mi primera vez en España”.

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Luego a tenido ocasión de regresar varias veces a ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga o Marbella, entre otras localidades. “Conozco muy bien la costa de Alicante, pasé un verano con mi hermano en Benidorm, él jugaba profesionalmente al jai alai, aquí lo llaman cesta punta, también jugó en el País Vasco”, dice con una sonrisa. “Nunca he trabajado acá, pero he venido mucho a España y me encanta en todos sus aspectos”. Interpretó también a uno de los más grandes escritores españoles de todos los tiempos, Federico García Lorca, hace ya casi treinta años en Muerte en Granada: “Conocía con anterioridad al papel la figura del autor, especialmente sus obras, ya que las interpreté en clases de actuación”.

La actuación, además de la devoción que siente por su familia, continúa siendo una de sus grandes ilusiones: “El arte que me interesa es el cine y el teatro, tengo la bendición de tener una bella familia, para mí eso es el núcleo, la ‘mata’ de la vida. Como mi nieta Violette Rose y una más que está en camino, si Dios nos bendice. He tenido la bendición de cumplir muchos de mis sueños, pero sigo soñando, tengo nuevos proyectos y otros sueños por cumplir”.

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Para finalizar la entrevista, le preguntamos sobre el mejor consejo que le han dado hasta el momento, y enfoca la respuesta primero hacia cuál ha sido su principal referente vital: “Siempre ha sido el ejemplo de vida de mis padres”, dice –sus progenitores emigraron en 1961 de Cuba a Estados Unidos huyendo de la represión del régimen de Fidel Castro y buscando prosperar–. “Mi padre como consejo decía ‘ni un paso para atrás, ni para coger impulso’… es como un disco roto que sigue repitiendo lo mismo, pero es la realidad de la vida. La vida es una serie de obstáculos para llegar a un sueño y esos obstáculos son difíciles, pero hay que seguir hacia adelante: vas a caerte muchas veces, pero tienes que seguir cayéndote hacia adelante, así te levantas un paso más cerca del objetivo. Esta siempre ha sido mi actitud sobre todo, trato de seguir en positivo, a veces a uno le pasan cosas en la vida que no puede controlar pero hay que mantenerse firme en su posición y avanzar”.