Por qué Zaccharie Risacher es diferente a cualquier otro primer pick del Draft NBA

Por qué Zaccharie Risacher es diferente a cualquier otro primer pick del Draft NBA

Aunque durante meses se vio a Alex Sarr como el principal favorito a quedarse con el primer pick del Draft NBA 2024, los días previos al evento cambiaron el panorama: ahora, otro francés como Zaccharie Risacher asoma como el máximo candidato a ser elegido por los Atlanta Hawks con esa primera selección.

Lo cierto es que Risacher no se asemeja en absoluto a los otros primeros picks en la historia del Draft y su elección por parte de Atlanta sería realmente singular. ¿En qué sentido? Lo analizamos, a continuación.

¿Qué se busca con un primer pick del Draft NBA?

Lo que se suele buscar en un primer pick del Draft es un talento diferencial. Un jugador que tenga una virtud que sobresalga simplemente a la vista y que lo ubique claramente por arriba de la media de la liga en ese rubro.

Atletas espectaculares. Defensores dominantes. Tiradores letales. Creadores talentosos. Pasadores quirúrgicos. Y en el mejor de los casos, jóvenes que combinan muchos de esos aspectos.

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Incluso los jugadores que terminaron siendo considerados busts dentro de esas primeras selecciones tenían, en teoría, una virtud muy sencilla de remarcar. Markelle Fultz era un base anotador, que perdió el tiro una vez que llegó a la NBA; Greg Oden era un defensor temible, que no funcionó simplemente por el factor lesiones; Andrea Bargnani, un gigante con un excelente disparo a distancia, en una era de la liga donde esa combinación era mucho menos frecuente.

Nombres como Michael Olowokandi o Kwame Brown tenían el distintivo claro de la altura y el potencial como interiores defensivos, en un momento de la competencia donde esa clase de jugadores eran mucho más valorados que en la actualidad. Hasta Anthony Bennett, posiblemente el peor primer pick de la historia moderna de la NBA, había promediado 16.1 puntos en 27.1 minutos en su único año NCAA, con un 38% en triples y una enorme potencia física. Los argumentos en su favor estaban ahí.

Un primer pick del Draft diferente

Entonces, ¿por qué es Risacher diferente? Porque el francés rompe por completo con esa lógica del talento diferencial y al menos hasta ahora en su carrera, luce más como un jugador sólido en todos los rubros, pero sin una virtud que realmente lo proyecte como una superestrella NBA.

El actual jugador del JL Bourg es un alero de gran estatura -2.08 metros- pero sin otras virtudes físicas o atléticas: tiene brazos y manos pequeñas, le falta potencia física -por debajo de los 90 kilos- y registró el segundo salto de menor altura entre todos los exteriores del Draft, durante las pruebas atléticas del Combine -apenas Cam Spencer, la definición de un no atleta, saltó más bajo que Risacher-.

Claro que otros jugadores sin un gran perfil atlético o físico han sido seleccionados en lo más alto del Draft. Pero el problema de Risacher es que tampoco luce como un jugador particularmente creativo con el balón.

En su equipo era cuarta o hasta quinta opción de ataque y su rol estaba básicamente limitado al de un tirador y definidor vía cortes o en transición. Dos funciones que si bien realiza en muy buen nivel, no dejan de estar mucho más vinculadas a un jugador de rol que a una superestrella.

Y si bien es cierto que a diferencia de sus contrapartes de la NCAA, Risacher ya competía contra jugadores profesionales, que podían llevarle 10 o hasta 15 años de edad, otras selecciones altas desde el baloncesto FIBA, como Luka Doncic, Victor Wembanyama o LaMelo Ball, ya eran grandes protagonistas de sus respectivos equipos al momento de dar el salto a la NBA.

La estadística de porcentaje de uso es muy útil para graficar esta situación. La misma refleja el porcentaje de posesiones de su equipo que un jugador define -con tiro, pérdida de balón o falta conseguida- mientras está en el campo. Así se compara Risacher con los ocho primeros picks perimetrales elegidos en los últimos 20 años.

Como se observa, Risacher no está ni cerca de los valores del resto de los perimetrales, quienes en todos los casos consumían más de un cuarto (25%) de las posesiones de sus equipos. De nuevo, el 22% del francés está mucho más asociado a un jugador de rol, que a una estrella.

Solo como referencia, en la 2023-2024 de la NBA, los tres perimetrales que más minutos sumaron con un 22% de uso fueron Bogdan Bogdanovic, Kelly Oubre y Tim Hardaway Jr. En cada caso, lejos de ser las primeras opciones de sus respectivos equipos.

Risacher es un buen tirador -39% en casi 6 intentos cada 36 minutos-, es muy alto para la posición y tiene una interesante versatilidad defensiva. Pero hay motivos por los que tenía un rol tan limitado con el JL Bourg y por qué rara vez jugaba con el balón: su manejo es pasable a campo abierto, pero realmente inseguro en espacios confinados; no tiene el mejor tiro desde el drible ni es particularmente potente para anotar entre los interiores; mientras que su toma de decisiones y capacidad de pase dejan bastante que desear.

De hecho, entre todos los perimetrales que tienen opciones de ser drafteados, las 1.4 asistencias cada 36 minutos de Risacher se ubican como la tercera peor marca, detrás de un mero especialista defensivo como Ryan Dunn y de otro exterior francés como Melvin Ajinca, ambos proyectados como picks de segunda ronda.

Zaccharie Risacher, ¿un pick seguro?

¿Por qué entonces es que Risacher asoma como el máximo candidato al número uno del Draft? La respuesta más simple es por la total falta de garantías que ofrece el resto de los proyectos. No hay dudas de que en prácticamente cualquier otro año, el francés tendría a un puñado de jugadores por encima suyo en la consideración. Pero la clase 2024 sencillamente no presenta esa clase de talentos y los que sí parecían tenerlo, tuvieron una temporada decepcionante o que generó nuevas dudas y cuestionamientos.

A la larga, Risacher no deja de ser un pick seguro. En el peor de los casos, su combinación de buen nivel defensivo, tiro exterior y altura, debería ponerlo como un 3&D por encima de la media. Y en el mejor escenario, sacará a relucir algunas facetas de su juego que todavía están escondidas.

Al fin de cuentas, las dudas con el nacido en Málaga, España, están puestas en si será o no una estrella, mientras que en otros proyectos las mismas pasan directamente por si podrán tener carreras duraderas en la NBA, al presentar interrogantes fuertes en aspectos fundamentales como la estatura, la capacidad atlética o el tiro exterior.

En ese sentido, se puede decir que Risacher es una apuesta de techo bajo, pero piso alto. Y en un Draft como el 2024, hay valor en las garantías. Por más que las mismas luzcan muy diferentes a las que suelen presentar los elegidos con un primer pick.