La razón por la que este Porsche parece una nave espacial
Porsche 928 de prueba
A lo largo de la historia, las marcas automovilísticas han utilizado infinidad de vehículos de prueba para testar diferentes aspectos, modificar parámetros, realizar ajustes… todo para que el coche que llegue al cliente cumpla con los requisitos expuestos en el primer pliego de condiciones cuando se concibió el modelo.
El Porsche que ves aquí puede parecer una nave espacial o, más bien, un prototipo sacado de ‘Regreso al Futuro’, pero su función jamás estuvo relacionada con una película.
Como afirma en una entrevista en la revista Porsche Fahrer Harald Mann, mecánico de formación y empleado en Porsche con 40 años de experiencia, se trata de un “auténtico dinosaurio”.
Durante más de 30 años, este Porsche 928 se utilizó para medir el ruido de los neumáticos. Con ese fin, se transformó para limitar al máximo la interferencia del motor y de la transmisión: se redujeron drásticamente unas fuentes de ruido y se aislaron otras que no se podían silenciar en origen.
Elegir un 928 para transformarlo y que permaneciera tanto tiempo en uso no fue casual. Y, como dice Mann, "aún hoy podría cumplir su función".
Este Porsche parece una nave espacial, pero hay una razón
Harald Mann lleva 40 años trabajando en Porsche, de los cuales, más de 30 en los bancos de pruebas de Weissach, la mayoría en acústica de vehículos. Se trata de un campo complejo pero apasionante.
"Las fuentes sonoras parciales, el ruido mecánico del motor y la caja de cambios, el de rodadura de los neumáticos, el de admisión y el de escape, suman una sonoridad que no debe superar un determinado valor", explica Mann.
A finales de los años 80, el límite en la prueba era 75 dB (A): "En el futuro, solo será 68 dB (A)". Se trata de un gran reto, sobre todo para los coches deportivos, porque necesitan neumáticos anchos diseñados para altas velocidades y nunca son silenciosas.
Porsche eligió un 928 en sus numerosos ensayos para medir el ruido de los neumáticos, de cara a cumplir los requisitos legales sobre emisiones acústicas: “Daba igual si el motor era delantero o trasero, o cuanto espacio interior había”, dice Mann.
Para las pruebas, los ingenieros necesitaban, ante todo, mucha potencia a bajo régimen. El 911 era demasiado ruidoso por su refrigeración por aire, mientras que el 924 no era muy potente y el 944 también se descartó por “su típico sonido de la caja de cambios en baja carga”, explica Mann. Así que no quedaba otra elección que el 928.
El 928 más silencioso del mundo
"En realidad, es casi imposible controlar el ruido mecánico del motor y los neumáticos. Al final, siempre es un cálculo mixto: si el motor y la caja de cambios son especialmente silenciosos, el escape puede ser un poco más ruidoso, por ejemplo. Si los neumáticos suenan en exceso, el ruido de admisión tendrá que ser más bajo".
Al estar destinado exclusivamente a determinar el nivel de ruido de los distintos neumáticos, se convirtió en el 928 más silencioso del mundo. Para ello, los ingenieros tomaron distintas medidas para aislar y minimizar las fuentes de ruido del motor y la transmisión, así como el sonido de admisión y el escape.
Montaron el radiador delante del paragolpes, sin el ventilador. La entrada de aire se reubicó en un gran cilindro con el mejor aislamiento posible, el equivalente a un silenciador de admisión.
Desde ahí, las tuberías conducían al motor en el vano, que estaba completamente encapsulado. Para garantizar la refrigeración del V8 cuando era necesario, dos ventiladores alojados en unas aberturas del capó extraían el aire caliente al pulsar un botón.
En la parte trasera se adoptó un enfoque similar. El sistema de escape consiste esencialmente en un silenciador trasero extragrande fijado a la luneta, conectado al escape original con dos tubos. Por debajo, el eje de transmisión estaba completamente envuelto y los bajos aislados alrededor de la caja de cambios.
Un V8 especial
En cuanto al motor, el Porsche 928 de pruebas para medir el ruido de la rodadura estaba equipado con un motor V8 muy especial. Según cuenta Mann, “el 928 GTS ya estaba en desarrollo y, para él, se crearon dos tipos de motor: un V8 de 5.4 litros, diseñado para rendir a altas revoluciones, y otro con mucho par”.
Al final, los técnicos del Centro de Desarrollo dejaron la primera opción para el GTS e instalaron el segundo en el coche de pruebas: “Era perfecto para el uso previsto. Al fin y al cabo, la potencia ya era mucho mayor de la necesaria".
Esto significaba que al 928 con su interior aligerado lo propulsaba un V8 único, procedente de las pruebas para el GTS. Por eso, este 928 no solo es especial por su aspecto.
El coche ideal para el propósito previsto
Harald Mann reconoce que “el 928 manual era ideal para el propósito previsto. El par y la potencia son fundamentales. Esto permite al coche pasar por los puntos de medición con un régimen más bajo del motor, lo que reduce el ruido".
Según las especificaciones de la prueba, el Porsche 928 se aceleraba desde 50 km/h hasta al menos 61 km/h. En ese momento debía pasar por delante de dos micrófonos situados a 20 metros.
En el caso de los vehículos con cambio manual de cinco velocidades, se promediaban los valores medidos en segunda y en tercera. El 928 tenía la ventaja de contar con una transmisión que ya era silenciosa por diseño.
Inicialmente se utilizó la plataforma dinámica de Weissach, pero su superficie cambiaba como resultado de las continuas pruebas. Para descartar esas variables, se instaló una "pista de medición del ruido exterior" de asfalto especial y normalizada, en la que se podían realizar mediciones en condiciones constantes.
Como recuerda Mann, "con neumáticos lisos, se alcanzó un valor extremadamente bajo de 63 dB (A), en una época en que la legislación estipulaba 74 dB (A)". No sólo Porsche. A veces, Pirelli también tomaba prestado el 928 para sus propias pruebas.
Las extensiones de los pasos de rueda traseros, algo toscas, demuestran que el coche tuvo que ir creciendo con las combinaciones de ruedas que se iban montando. Los neumáticos que lleva actualmente pertenecen a un 911 de la serie 991, lo que indica que su último trabajo no fue hace mucho tiempo.
Con el paso del tiempo, el Porsche 928 de pruebas se utilizaba cada vez menos, pero en Weissach no querían que se fuera. Probablemente no había empleado del Centro de Desarrollo que no se hubiera cruzado con él nunca. Hoy se encuentra en el Museo Porsche.