Por qué deberías aburrirte más si quieres ser una persona creativa

En los tiempos que correr, donde vamos de aquí para allá sin poder parar un minuto, el ocio se ha convertido en una extensión de nuestra productividad. Con todo este trajín es crucial recordar la importancia de permitirnos tiempo para aburrirnos. A través del aburrimiento, no solo descansamos y reflexionamos, sino que también cultivamos la creatividad y reducimos el estrés. La psicóloga y divulgadora Merigo nos recuerda las palabras de Platón: “la forma superior de ocio consistía en permanecer inmóvil y receptivo al mundo, una idea que hoy en día cobra más relevancia que nunca”.

Lee también

Elogio del aburrimiento o cómo convertirlo en el mejor aliado de la cuarentena

Alicia Jasanada

Jóvenes más frágiles y evasivos: los efectos de refugiarse de un mundo complejo tras las pantallas

Juan Manuel García

Estimulación de la creatividad

Estudios han demostrado que cuando estamos aburridos, nuestra mente busca nuevos estímulos, lo que nos lleva a soluciones creativas. Este estado nos empuja a pensar de manera innovadora y a encontrar formas novedosas de entretenernos o resolver problemas.

Oportunidad de disfrutar de tiempo con uno mismo

Con tiempo libre sin distracciones, podemos pensar en nuestras vidas, metas y decisiones. Esta introspección puede llevarnos a un mayor entendimiento personal y a una mejor toma de decisiones. En un mundo lleno de estímulos constantes, estos momentos son valiosos para reconectar con nuestras necesidades y deseos personales, fomentando un mayor autoconocimiento y bienestar.

El aburrimiento es saludable

Descanso y recuperación

Momentos de aburrimiento son esenciales para la recuperación mental. En una era de constante actividad, permitirnos inactividad ayuda a recargar energías, reduciendo la fatiga mental y física acumulada. Expertos en neurociencia afirman que el cerebro necesita tiempo para procesar información y consolidar recuerdos, funciones favorecidas por el descanso y aburrimiento.

Reducción del estrés

La constante actividad se asocia con niveles elevados de estrés, depresión y fatiga. Aburrirse ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Al permitirnos desconectar, el aburrimiento puede ser una herramienta eficaz para reducir el estrés y mejorar la salud mental. Quienes practican regularmente la meditación, una forma estructurada de aburrimiento, muestran una notable reducción en los niveles de estrés y ansiedad. La práctica de la atención plena, o mindfulness, se basa en enfocar la conciencia en el momento presente. El aburrimiento, sin distracciones externas, nos invita a practicar esta atención plena naturalmente. Este estado puede mejorar nuestro bienestar general y nuestra capacidad para gestionar el estrés.

Aunque conocemos las ventajas de aburrirse, no es fácil parar, pero aprender a saber estar inactivo es un arte que puede enriquecer nuestras vidas, ofreciendo momentos de introspección y creatividad que son vitales para nuestro bienestar.