El calor afecta a los coches eléctricos: a esta temperatura (habitual en España) pierden un tercio de su autonomía
Las temperaturas extremas no sientan bien a los coches eléctricos. Si las pruebas que cada invierno lleva a cabo el club automovilista noruego NAF revelan que el frío merma entre un 15 y un 25% la autonomía de los vehículos sin emisiones, ahora un estudio de Recurrent Auto confirma que esta pérdida también ocurre cuando las temperaturas son altas, como es habitual en esta época del año.
La empresa estadounidense dedicada a la compra y venta de vehículos eléctricos de segunda mano prueba cada año miles de coches para analizar la relación entre las baterías y su autonomía. En su último estudio de campo ha realizado un análisis exhaustivo con 7.500 coches eléctricos a elevadas temperaturas y ha llegado a la conclusión de que el calor también afecta a su autonomía.
Punto de recarga de vehículos eléctricos
La principal razón detrás de esta reducción en la autonomía se debe a la necesidad de refrigerar el interior del vehículo. Así, cuanto mayor sea la diferencia entre la temperatura exterior y la del climatizador, más energía se utilizará, lo que en todo caso repercutirá en la pérdida de autonomía en comparación con las cifras anunciadas por el fabricante.
A partir de los 24 grados se resiente la autonomía de los coches eléctricos en general
El estudio resalta que la pérdida de autonomía ocurre cuando la temperatura exterior supera los 24ºC y va en consonancia con el incremento de la temperatura ambiente. Según los ensayos realizados, a una temperatura de 24 grados no hay ninguna variación en las cifras de autonomía homologadas, pero a partir de ahí, los efectos son evidentes.
A 27 grados, la autonomía se reduce un 2,8%; a 29 grados, en un 3,5%; y a 32 grados, en un 5%. Una vez superada esta barrera -cada vez más habitual en España en verano-, la merma aún es más significativa: a 35 grados, la autonomía disminuye en un 15%, y a 38 grados, en un 31%, es decir, prácticamente un tercio del alcance homologado. Los autores del informe precisan, no obstante, que la mayoría de los deslazamientos suelen hacerse por debajo del umbral de los 35 grados.
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Una medida que los usuarios de coche eléctrico tienen a su alcance para minimizar la pérdida de autonomía consiste en mantener el coche enchufado al cargador doméstico y enfriar el habitáculo antes de emprender la marcha. De este modo el sistema de refrigeración utilizará la energía de la red eléctrica en lugar de abastecerse de la electricidad acumulada en la batería, ahorrando de 3 a 5 kW de potencia que necesita el climatizador para el enfriamiento inicial. Luego el consumo para mantener la temperatura establecida se sitúa en torno a 1 kW.
El informe de Recurrent demuestra que a los Tesla no les afecta el calor, pero en cambio su autonomía baja hasta el 60% al cabo de tres años
Para reducir el impacto del calor en la autonomía y rendimiento de los coches eléctricos en verano, no se recomienda dejar el vehículo con una carga muy baja. Este se debe a que si se requiere activar los sistemas de gestión térmica para enfriar el vehículo, podría consumirse más energía de la disponible. Asimismo, se aconseja aparcar en la sombra para contener la temperatura del habitáculo.
En su informe, Recurrent presenta varios ejemplos de cómo las altas temperaturas pueden impactar en la autonomía de los vehículos eléctricos. El Chevrolet Bolt EV, del cual se han probado 13 vehículos del mismo modelo, muestra que a una temperatura de 21 grados ofrece el 100% de su autonomía según el ciclo EPA (Environmental Protection Agency) utilizado en Estados Unidos. Sin embargo, a 27 grados, experimenta una reducción del 5% en su capacidad.
Hyundai Kona EV
Por otro lado, el Hyundai Kona supera consistentemente su rango estimado de EPA en condiciones cálidas, alcanzando entre el 122% y el 130% del rango anunciado a una temperatura ambiente de entre 15 y 35 grados. Sin embargo, su autonomía comienza a resentirse hasta un 5% cuando el termómetro señala temperaturas superiores.
El Ford Mustang Mach-E arroja unos datos similares a los del Kona. Supera su rango EPA entre los 27 y 35 grados, pero muestra una disminución del 7% en su autonomía a partir de esa temperatura, según los datos obtenidos de 20 vehículos analizados.
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En el caso de los vehículos eléctricos de Tesla, conservan una autonomía más constante incluso en condiciones de calor extremo, gracias en parte al uso de una bomba de calor altamente eficiente que gestiona la refrigeración y calefacción en los modelos más recientes. Sin embargo, según Recurrent, la eficiencia de estos vehículos de la marca estadounidense disminuye considerablemente después de aproximadamente tres años, reduciéndose su autonomía hasta alcanzar aproximadamente el 60% de la cifra anunciada inicialmente.