Vertikal Nydalen: el edificio noruego que se autoclimatiza sin utilizar energía de la red
En Oslo, Noruega, se acaba de inaugurar uno de los edificios más sostenibles que se han construido en la historia. Se trata de una sorprendente edificación de 18 plantas cuyo diseño y equipamiento le permiten mantenerse a una temperatura óptima durante todo el año sin depender de la energía de la red. Su nombre es Vertikal Nydalen y alberga tanto viviendas como oficinas y restaurantes.
Balcón
Snøhetta
El proyecto ha sido diseñado por Snøhetta, un estudio de arquitectura célebre por integrar altos estándares de sostenibilidad en todos sus proyectos. Vertikal Nydalen ha sido creado bajo un concepto que desde el estudio apodan “solución triple cero”, que combina el uso de pozos geotérmicos, paneles fotovoltaicos y un sistema de baja energía tanto para la calefacción como para la refrigeración. Según sus creadores, el edificio logra reducir las emisiones de CO2 en un 50% en comparación con proyectos similares, considerando materiales, transporte y energía.
Vivienda
Snøhetta
Vertikal Nydalen está compuesto por dos volúmenes de uso mixto interconectados. En la planta baja se encuentra un restaurante, mientras que los siguientes cinco niveles están destinados a oficinas. La parte superior del edificio alberga 40 apartamentos residenciales con un diseño único, cuyos tamaños varían entre 44 y 143 m2.
Salón
Snøhetta
Lo que realmente destaca de este edificio es su sistema de climatización. El edificio consta de pozos geotérmicos que hacen circular el agua a través de tuberías situadas detrás de las paredes de arcilla y losas de hormigón para mantener una temperatura constante. Este material ofrece propiedades térmicas excepcionales y también ayuda a controlar la humedad del ambiente.
Noruega
Snøhetta
El diseño juega un papel clave en las distintas soluciones energéticas. El edificio está concebido para generar diferencias de presión que facilitan el flujo de aire a través del espacio sin necesidad de ventiladores mecánicos. Esto se logra mediante el uso estratégico de ventanas y válvulas en la fachada, que se abren y cierran según sea necesario. Al abrir ventanas en lados opuestos del edificio, la diferencia de presión creada impulsa naturalmente el aire a través del local, permitiendo una circulación eficiente y reduciendo el consumo energético.
Snøhetta destaca que la “solución triple cero” de Vertikal Nydalen ha permitido maximizar el espacio interior, ya que no se precisan los voluminosos sistemas de ventilación tradicionales que suelen requerir un techo rebajado de hasta un metro. En lugar de conductos y ventiladores, el edificio mantiene su climatización de manera innovadora y eficiente.
La masa térmica del edificio se optimiza mediante el uso de suelos y núcleos de hormigón que liberan calor y frío de manera gradual, proporcionando estabilidad térmica. La estructura es soportada por construcciones de acero que sostienen las cubiertas, mientras la fachada, revestida con pino tratado térmicamente, ofrece una apariencia cálida. Con el tiempo, esta madera evolucionará de un color marrón a un gris suave, adaptándose visualmente al envejecimiento natural.
Azotea
Snøhetta
“La fachada se realza con listones de madera dispuestos verticalmente en un patrón irregular que no solo añade un carácter lúdico al edificio, sino que también subraya su verticalidad”, comentan en la web del proyecto.
Jardines
Snøhetta
Destacan en la fachada 43 balcones angulados, con acabados de acero, que se proyectan desde la superficie de madera. Las barandillas de estos balcones están perforadas y las secciones inferiores son multifacéticas, capturando y reflejando la luz en varios ángulos para ofrecer vistas cambiantes a lo largo del día a quienes pasan por allí.
Restaurante
Snøhetta
“Esta fachada de madera es estéticamente agradable y sostenible, contribuyendo a una menor huella de CO2. Se eligió la madera por su calidez y textura natural, contrastando con las fachadas más frías y convencionales de edificios de oficinas, y proporcionando una conexión tangible con la naturaleza”, señalan desde Snøhetta.