El buen conductor: esto es lo que debes hacer si das un golpe a un coche o moto aparcado (fugarse no es una opción)

Ya sea en una calle estrecha o en un subterráneo, que un coche aparcado se lleve un golpe es una escena común en el día a día de las ciudades. Encontrarse con un arañazo o abolladura al regresar a nuestro vehículo y no saber quién ha sido es algo que le puede pasar a todo el mundo. Pero ¿sabes lo que tienes que hacer cuando el golpe lo has dado tú? Actuar de buena fe y mantener la calma es fundamental en estos casos para que este tipo de accidentes se queden como una simple anécdota al volante.

Lo habitual es que el conductor no se encuentre en el interior del vehículo estacionado. Si esto es así, deberás encargarte de facilitar tus datos para que el damnificado pueda identificarte como el autor del golpe. Aunque dependerá de la magnitud del siniestro, a veces es suficiente con dejar una nota con nuestro nombre y número de teléfono sobre el limpiaparabrisas o en el hueco de una de las ventanillas para que el propietario del coche o, en su caso, de la moto pueda ponerse en contacto contigo.

En función de la magnitud del golpe, es conveniente llamar a la policía o al seguro directamente.

En última instancia, el objetivo es que las compañías de seguros de uno y otro propietario se pongan en contacto para gestionar el siniestro, por lo que conviene poner todo de nuestra parte para acelerar el proceso. Si el propietario se encuentra en el coche, o bien presencia el siniestro, bastará con intercambiar datos personales y del vehículo, como la matrícula o la aseguradora. En la medida de lo posible, se recomienda también documentar el siniestro con vídeos o imágenes. Si es necesario, puedes llamar a la policía local o a la Guardia Civil, según el caso, para informar sobre el accidente y agilizar la tramitación.

Si das con el perjudicado: la opción amistosa

Otra opción consiste en cumplimentar in situ la Declaración Amistosa de Accidente de Automóvil (DAA), también conocido como parte amistoso. A pesar de que puede ser una situación estresante, incómoda o vergonzante, este documento sirve para facilitar a las compañías de seguros las explicaciones sobre cómo ha ocurrido el golpe. Lo ideal es que todos llevemos siempre uno o dos de estos formularios en el coche (si no tienes, puedes pedírselos a tu compañía) para utilizar en estos casos.

En la medida de lo posible, tratad de buscar una solución amistosa.

El parte amistoso consta de diferentes campos que los conductores habrán de rellenar con información sobre la fecha y la hora del golpe, la ubicación y los datos de los conductores y los vehículos implicados (A y B, como la ficha los suele denominar) y los números de la póliza del seguro. A continuación, se marcan las casillas con las definiciones que más se ajusten a las posibles causas del siniestro, se dibuja un croquis y se señalan las partes afectadas del vehículo. Asimismo, se debe hacer constar los datos sobre los testigos o si hubiera heridos a causa del golpe.

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Una vez firmada la declaración amistosa por los implicados, cada conductor obtiene una copia que debe presentar ante su compañía de seguros en el plazo de siete días. Entonces habrás reconocido tu responsabilidad en el accidente y tu aseguradora se hará cargo de negociar con la del damnificado los términos de la reparación por daños. Si tu coche también ha sufrido daños, que la reparación corra o no a cargo de tu bolsillo dependerá de si tienes contratado un seguro a todo riesgo, con franquicia a partir de cierto importe o a terceros sin coberturas por daños.

En caso de no llegar a un acuerdo amistoso, siempre queda la opción de llamar a la autoridad competente en materia de tráfico.