El inútil de la familia: un relato de Jaime Bayly

el inútil de la familia: un relato de jaime bayly

La Tercera

De pronto Barclays se siente atacado por una suma de infortunios que, a sus ojos, constituyen una crisis: el editor de su programa de televisión se va de vacaciones a Cancún (y no hay otro editor en el canal que pueda sustituirlo, porque simplemente no hay otro editor en el canal); la empleada doméstica viaja una semana a descansar con su madre en Punta Cana (a descansar no tanto de la vida misma, como del propio señor Barclays); la cuidadora de su perro aborda una aerolínea turca en compañía de sus amigas y se marcha dos semanas a Estambul (por lo visto, ha hecho una fortuna cuidando perros); el jardinero renuncia y vuelve a su Guatemala natal, tras ahorrar un buen dinero que le permitirá abrir un negocio (probablemente, una ferretería); y el señor que echa cloro en la piscina cae enfermo de una cirrosis, porque es conocido por echar cloro a la pileta, al tiempo que, a la sombra de una palmera, alcohólico veterano, incendia con aguardientes caribeños su organismo diezmado por los años y el calor (y no tiene seguro médico, y Barclays corre al hospital para dejar su tarjeta de crédito y asegurar que su amigo, el técnico de la piscina, no pierda la vida).

Barclays descubre entonces que es un inútil, un perfecto inútil, el inútil de la familia. Es decir: no sabe editar los videos del programa y no tiene un productor que pueda conseguirle buenos invitados y no sabe cómo hacer programas de una mínima calidad sin la contribución valiosa del editor viajero que, a sus ojos, lo ha abandonado de forma egoísta y desleal; no sabe hacer los jugos de naranja y papaya que le preparaba su empleada doméstica, unos zumos que él bebía como toda forma de desayuno hacia la una de la tarde, cuando despertaba y volvía a la vida; no sabe pasear al perro y recoger humildemente sus deposiciones, pero sobre todo no sabe acallarlo durante la mañana, mientras duerme, y entonces el perro ladra a menudo y lo despierta una y otra vez, porque está impaciente, esperando a su cuidadora, y ella no llega ni llegará, porque se encuentra al otro lado del mundo, dándose la gran vida con sus amigas; no sabe cortar las plantas ni regarlas ni limpiar las camionetas ni suplir en modo alguno la ausencia del jardinero que, emboscado por la añoranza a su tierra natal, le ha desertado; y no sabe tampoco echar cloro a la piscina en las dosis correctas para que las aguas se preserven limpias y no empiecen a apestar. En buena cuenta, Barclays no sabe hacer nada, salvo dormir y quejarse, y comprende que es un perfecto haragán, acostumbrado a que otros le resuelvan todos los problemas.

El asunto se agrava porque la esposa de Barclays está de viaje con sus padres, un viaje que había planeado tiempo atrás y que, para mala fortuna de Barclays, coincidió con la repentina ausencia del editor, la empleada, la nana del perro, el jardinero y el cuidador de aguas, un viaje que la ha llevado a Palm Beach con sus padres encantadores, un señor casi octogenario, caballeroso y honorable, y una señora casi septuagenaria, amorosa y regalona. La esposa de Barclays es escritora y quiere escribir un libro sobre su infancia y por eso necesita hablar largamente con sus padres en un hotel de Palm Beach, reconstruyendo o reviviendo ciertos hechos del pasado, y desde luego ayuda mucho que Barclays, también escritor, no esté presente, entrometiéndose, hablando de su propia infancia, mientras ellos hablan, recuerdan, se emocionan y ríen. Dicho de otra manera: los tres se han tomado unas vacaciones muy merecidas del propio señor Barclays, que se ha quedado solo en su casa, con el perro y la gata. Se ha quedado solo, del todo solo, porque su hija adolescente de trece años se ha marchado con amigas a un campamento de verano en Nueva Inglaterra.

-Joder, qué mala suerte la mía -piensa Barclays, como siempre sintiéndose la víctima, exagerando las cosas, lloriqueando, quejándose-. Justo cuando viajan mi esposa y mi hija, y me quedo solo en la casa, viajan también el editor, la empleada, la cuidadora del perro, el jardinero y en cierto modo hasta el beodo cuidador de aguas, un viaje que lo conduce al hospital y a punto está de llevárselo al más allá.

Así las cosas, no le queda más remedio al inútil señor Barclays que improvisar y, si acaso, aprender a tientas, dudosamente, equivocándose. Por lo pronto, se resigna a que, sin editor en el canal, no puede preservar el formato habitual de telediario con opiniones de mala leche en su programa, y entonces se ocupa él mismo de conseguir invitados y entrevistarlos la hora entera, pero por desgracia los ratings declinan esa semana. Luego compra naranjas y papayas en el supermercado (tanto tiempo sin venir al supermercado porque mi empleada me salvaba de estas fatigas, se dice a sí mismo, en la sección frutas) y, ya en casa, hace unos jugos que le quedan malísimos, de modo que resuelve comprar los zumos ya exprimidos en una tienda gourmet de su vecindario. Después se obliga a pasear al perro varias veces al día: a las nueve de la mañana, hora cruel, cuando la mascota más inquieta está, esperando a la cuidadora ausente, y a las dos de la tarde, hora en Barclays despierta por fin, tras muchos sueños entrecortados por los ladridos, y a las cinco, antes de ir al estudio de televisión, bajo un calor opresivo, y finalmente a medianoche, cuando regresa de trabajar: al hacerlo, descubre que vivir a solas con un perro, sin disponer de una nana o cuidadora, es un trabajo exigente, otra forma onerosa e incomprendida de paternidad. En cuanto a regar las plantas, limpiar las camionetas y echar cloro a la piscina, Barclays se rinde, no hace nada y deja que las lluvias inclementes mojen y limpien todo. Por suerte, llueve mucho esa semana.

Las lluvias, sin embargo, presentan un problema, o varios, en el canal de televisión, pues el parqueo se inunda de inmediato, convirtiéndose en una laguna amarronada, y los invitados al programa de Barclays estacionan allí mismo, pero no se animan a bajar de sus autos, porque, si lo hacen, se mojarán los zapatos, las medias y hasta los pies, y entonces el propio Barclays, sin editor, sin productor, sin asistente, sin secretaria, sin orgullo, sin alma misma, sale con un paraguas al estacionamiento y, mientras todos se mojan de pies a cabeza, los recibe y hace entrar deprisa a la televisora y, de inmediato, todos empapados, goteando como balseros recién llegados, les ofrece bocadillos de jamón y queso y refrescos.

-Mil disculpas -les dice-. Vamos quedando pocos en el canal. Ahora hago un programa unipersonal, al punto que yo mismo me maquillo y compro las bebidas de los invitados.

No exagera Barclays, van quedando pocos en aquella televisora anegada: la semana pasada, la gerencia del canal ha despedido, sin miramientos ni contemplaciones, a su periodista estrella, a quien más prestigio y audiencia tenía, porque quisieron rebajarle dramáticamente sus honorarios y él, un caballero a la antigua que silbaba en las pausas comerciales, un periodista influyente, acaso un músico frustrado, se negó a dicho recorte y entonces fue cesado. No se trata, sin embargo, de que el canal se ensañase con él ni con nadie: el problema es que el negocio ha dejado de ser negocio porque la publicidad se ha ido a otra parte y la televisión abierta se va quedando sola y vacía, como solo y vacío se ha sentido Barclays esa semana en su oficina, en el estudio, en su casa.

Pronto volverán su esposa, sus suegros, su hija. Pronto volverán la cuidadora del perro y la empleada doméstica. Pronto volverá el editor de noticias. Pronto, con suerte, saldrá del hospital el cuidador de aguas y Barclays conseguirá un nuevo jardinero. Entretanto, Barclays recuerda que solo sirve para hablar y escribir (y aún eso está por verse), y que, en todo lo demás, es un perfecto inútil, el inútil de la familia.

OTHER NEWS

2 hrs ago

Hinchas de Colo Colo reciben nuevo castigo que incluirá el Superclásico vs Universidad de Chile

2 hrs ago

La creciente epidemia de muertes solitarias que azota a Japón

2 hrs ago

El "veranito de San Juan" está llegando a su fin

2 hrs ago

FACh busca postulantes para su personal civil en múltiples oficios

2 hrs ago

Daniel Morón sale jugando ante la posibilidad de más refuerzos en Colo Colo: "No se ponga ambicioso"

2 hrs ago

Apuntó a vacunas y consumo de drogas: La polémica intervención de diputado Kaiser que hizo quebrar en llanto a madre del conscripto fallecido

2 hrs ago

Hijo de Rafael Araneda relató violento episodio deportivo que involucró al animador

2 hrs ago

Falcón quiere jubilarse en Colo Colo y "amenaza" a Morón: "Después seré el gerente deportivo"

2 hrs ago

Radiografía a la declaración de impuestos de los influencers en Chile: un tercio no la hizo y 107 tienen ingresos por más de $50 millones mensuales

2 hrs ago

"¡El pago de Chile!": Leonardo Farkas ofrece millonaria ayuda a Martín Vargas tras grave accidente

3 hrs ago

Restricción vehicular del 1 al 5 de julio: autos que no pueden transitar en Santiago y calendario de la semana

3 hrs ago

“Para asumir otras funciones”: ministerio de Hacienda comunica salida del director del Servicio de Impuestos Internos

3 hrs ago

Eurocopa 2024: así están quedando los cruces de cuartos de final

3 hrs ago

Castellani alucina con el nivel de los jóvenes en Colo Colo: "Están capacitados para jugar"

3 hrs ago

Remezón en la industria televisiva: Confirman nombre del primer finalista del reality de Canal 13, «¿Ganar o Servir?»

3 hrs ago

Es humano: el yerro de Cristiano Ronaldo que lo hizo explotar en llanto

3 hrs ago

¡Esta semana cambia el precio de la bencina! Cuándo sube o baja el valor de los combustibles

3 hrs ago

Davoo Xeneize contra actitud de jugadores de La Roja: "Por qué no fueron contra el árbitro"

3 hrs ago

Carolina "Rancherita" Molina: "Hoy asumo públicamente mi deuda"

3 hrs ago

Nicole Moreno obtuvo segundo lugar en evento fitness de relevancia sudamericana

3 hrs ago

Junaeb desmiente cifras de exdirectores por preinforme de Contraloría sobre presuntas irregularidades: “Carecen de sustento y generan confusión”

3 hrs ago

Esta es la razón por la cual la delegada presidencial metropolitana renunció a su cargo

3 hrs ago

Subsidio de la luz: ¿Cómo saber a qué tramo pertenezco del Registro Social de Hogares?

3 hrs ago

Felipe Bianchi lapida actuación de Chile en Copa América y asegura que “somos uno de los peores equipos del continente”

3 hrs ago

Mauricio Isla se acerca como posible refuerzo para Colo Colo: habría acuerdo entre el jugador y el club

3 hrs ago

Alcalde Gonzalo Durán (FA) renuncia para asumir la delegación de la Región Metropolitana

3 hrs ago

Mítico delantero de Universidad de Chile se frota las manos por Ignacio Vásquez: "Un futuro negocio"

3 hrs ago

Las tiendas del año y casi casi todo están en Uber Eats

3 hrs ago

Renunció la delegada presidencial metropolitana, Constanza Martínez

3 hrs ago

“¡Exijo que salga de la sala!”: Diputada Marisela Santibáñez denunció acoso sexual por parte de asesor parlamentario en plena sesión

3 hrs ago

Alza de la luz en Chile: Este es el aparato que te haría gastar más de $50 mil anualmente por su consumo fantasma

3 hrs ago

Desconsolado: Cristiano Ronaldo rompió en llanto tras fallar un penal por Portugal en la Eurocopa 2024

3 hrs ago

Activos franceses suben tras victoria de Le Pen un poco más estrecha de lo que estimaban los mercados

3 hrs ago

De sangre chilena y amante del reggaeton: ¿Quién es Elyanna, la nueva musa de Coldplay que cantó en Glastonbury?

3 hrs ago

La serie coreana más impactante de Netflix: tiene 16 capítulos que te remecerán por completo

3 hrs ago

El tenso momento que se vivió entre la madre de Franco Vargas y el diputado Johannes Kaiser en comisión investigadora por caso Putre

3 hrs ago

Alza en cuentas de la luz: ¿En qué horario es más cara la electricidad y cuáles son los electrodomésticos que más consumen energía?

3 hrs ago

Fito Paez en Chile 2024: ¿cuándo y a qué hora comienza la venta de entradas?

3 hrs ago

Sueldo mínimo de $500 mil ¿Qué bonos suben con el incremento del salario en Chile?

3 hrs ago

El navegador para gamers Opera GX agrega nuevas funciones a su IA integrada