¿Volver a arrancar?
AME1681. BOGOTÁ (COLOMBIA), 30/04/2024.- El presidente de Colombia Gustavo Petro habla durante una rueda de prensa este martes, en la Casa de Nariño, en Bogotá (Colombia). Petro denunció que dos inspecciones hechas en sendas bases militares del país encontraron que faltan más de un millón de proyectiles y municiones, incluidos misiles, y aseguró que esos materiales pueden estar en manos de redes internacionales de tráfico de armas o de grupos armados ilegales. “La única manera de explicar este tipo de faltantes es que han existido durante un largo tiempo redes integradas por gente de las Fuerzas Militares y civiles dedicadas a un comercio masivo de armas usando las armas legales del Estado colombiano”, expresó el mandatario. EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda
Ilusionaría la frase resumen del MinInterior luego del cónclave del gobierno en Paipa: volver a arrancar. Pero, por lo conocido públicamente, la “estrategia” para lograrlo no pasa de recomendaciones ya sabidas con buenas intenciones en frentes indistintos, pero, precisamente, sin estrategia.
Volver a arrancar, incluso de cero, debería entenderse en cambio como una reconfiguración de metas y métodos con tácticas concretas, coordinadas y mesurables. Los magros resultados del gobierno en instancias diferentes a los debates polarizados de las reformas ameritan un plan de urgencia que vaya más allá de “mejorar” la ejecución.
No hay ejecución por dos razones: miedo a contratar y a girar, y desconocimiento de los responsables de algunas carteras. Esos ministerios y esas entidades necesitan acompañamiento legal y seguimiento al milímetro con metas de cortísimo plazo en los proyectos sociales, compromiso ineludible de este gobierno.
La idea de dejar la comunicación a cada ministerio se entiende porque la figura de Gustavo Petro, para bien y para mal, acapara la atención y la polariza. Pero dejar comunicar a cada ministro, sin estrategias planeadas y probadas, conducirá a la confusión, a contradicciones y constantes correcciones, como sucedió al comienzo de este período.
Tal vez olvidan que más que contar avances o logros, comunicar es gobernar. Lo primero es, apenas, informar. Y más que activismo en redes y medios alternativos que ya tienen su público cautivo, hace falta marketing de contenidos persuasivos y coherencia, pero con base en hechos y realizaciones, lo único que funciona para desinstalar la propaganda de odio, incertidumbre y miedo de la oposición.
Pero, sin duda, lo que más les costará es el llamado al trabajo mancomunado, porque si hay algo que divida más que una elección o un puesto a la coalición de gobierno es la rendición de cuentas sin vanidades, egos o cálculos personalistas.
Podrán seguir convocando a la calle, agitando la opinión pública u obteniendo victorias pírricas en el legislativo, pero si no hay obras que mostrar, transparencia en los procesos y comunicación armonizada y apropiada, así vuelvan a arrancar de cero indefinidamente terminarán por recorrer el mismo camino y tropezar con las mismas piedras.