Por qué el AMR24 debe dar la talla mientras Fernando Alonso mirará de reojo hacia Mercedes

Alonso comprobará pronto el nivel del AMR24, con un ojo puesto en el W15 de Mercedes. (EFE/Mark Sutton)

Fernando Alonso quedó fundido físicamente tras el pasado gran premio de Monza. “La carrera más difícil y la más física que hemos hecho hasta ahora, porque el coche era muy difícil de conducir: había cero agarre, tenía menos estrés en Zandvoort con toda la lluvia…”. Al final de año, incluiría aquella entre sus mejores actuaciones de la temporada.

Allí, el AMR23 mostró su comportamiento negativo más extremo. Monza exacerbó hasta el límite las carencias del AMR23 “que ya habíamos visto en Baréin (pretemporada y primera carrera)”. Un coche sin velocidad punta y de excesivo drag (resistencia al avance) hubo de ser descargado aerodinámicamente para no arrastrarse en el circuito italiano. De ahí el agotamiento de Alonso para mantener el coche en una pista de solo seis curvas.

En el Hermanos Rodríguez, el español hacía trompos incompresibles, desorientado con los cambios en el AMR23. Los errores estratégicos al introducir una de sus evoluciones en Austin, también fallida, obligaron a Aston Martin a sacrificar el gran premio americano y salir desde boxes.

Monza, Austin, Hermanos Rodríguez… Se trataba de un monoplaza en claro contraste con los de Baréin, Yeda o Mónaco. El equipo que sorprendía al inicio del campeonato se desvió en su afán por ampliar la ventana operativa del AMR23, limitado en un buen número de pistas.

En esta pretemporada, Fernando Alonso pondrá sus manos en ese AMR24 al que se ha querido pulir las carencias de su predecesor. El que podría convertirle en genuino aspirante al podio o la victoria, o la máquina que le invite a pensar en otro equipo con la ventana abierta por Lewis Hamilton si Toto Wolff y Mercedes le echaran el garfio para 2025.

Los pies en el suelo, para empezar

Para empezar, dosis de realismo… como Alonso derrochaba en la presentación. “Lo que hicimos el año pasado al ganar un segundo de un coche a otro ocurre una vez en la vida. Ahora creo que se ganan unas décimas de un año a otro, y no sé si son suficientes para cerrar la brecha que ya había el año pasado”. La venda antes de la herida.

Tercer año de reglamento, se escucha más el término ‘evolución’ que ‘revolución’, salvo la incógnita creada por el RB20 de Red Bull. La lógica evolutiva en la Fórmula 1 no respalda que Aston Martin vaya a alcanzar a Red Bull, a no ser que pinche el equipo austríaco. McLaren superaba por dos y tres décimas a Aston Martin a final de año, Mercedes y Ferrari también sacaron la manita al equipo británico. Igualar a cualquiera de estos tres últimos podría considerarse un éxito para el equipo británico.

Ganar, pero no perder

Sentada esta prudente premisa, a continuación, el AMR24, eso sí, limpiando toda la hojarasca de los discursos previos a los primeros kilómetros sobre el asfalto. Un piloto ‘siente’ en veinte vueltas el potencial de un monoplaza. Si el coche verde fuera quick out of the box (rápido desde los primeros instantes en pista, en el argot de las carreras), si depara buenas sensaciones iniciales daría pie a la esperanza. Eso sí, tras compararlo con el trabajo llevado a cabo por los rivales.

¿Y qué necesitaría el AMR24 sobre su predecesor? “Tenemos que mantener las fortalezas que teníamos en 2023. Fue la tracción, el cuidado de los neumáticos, aunque hubo cosas que tal vez perdimos”, explicaba en la presentación el español.

“En las curvas rápidas este año parece que seremos más competitivos”, apuntaba el asturiano, allí donde se flaqueaba el pasado año. Lo que también debería extenderse a la velocidad punta, patética en algunos momentos de la pasada temporada. “En muchas estábamos en el fondo de la tabla”.

Taparse la cabeza y los pies

Turno para Dan Fallows, el responsable técnico de Aston. “Hemos realizado cambios en todo el coche, es muy diferente en muchos aspectos, la mayoría de las piezas han cambiado, es un paso adelante respecto al coche del año pasado, que es lo que queríamos”. Es de suponer que el simulador habrá dado razones para el optimismo a pilotos y equipo. “Algunas de las debilidades que vimos el año pasado, algunas de las inconsistencias que tuvimos de una pista a otra, hemos tratado de abordarlas todas”.

Un equipo define para su monoplaza unos objetivos previos, un pliego de cargos con un mapa aerodinámico promedio atendiendo a todos los trazados del campeonato. Con el peligro, eso sí, de destaparse los pies para taparse la cabeza, como fue el caso de Aston Martin el pasado año. El AMR23 quedó descompensado en aquellos que exigían mayor eficiencia aerodinámica. El AMR24 debería permitir cubrirse enteramente a equipo y pilotos.

El AMR24 debería ampliar así su ventana de rendimiento en el mayor abanico posible de circuitos y configuraciones de alta, media y baja carga. Su predecesor se defendía mejor en estos dos últimos. Por supuesto, sin perder sus virtudes intrínsecas básicas previas, como la tracción (aquel adelantamiento a Hamilton en Baréin), la agilidad de cambio de dirección, o la degradación. Ojo a los datos del AMR24 entonces.

Una carrera feroz

Alonso aludía a otro punto clave sobre Aston Martin el pasado año, clave la estrategia del equipo en el arco de la próxima temporada. “Habíamos tomado el camino equivocado algunas veces, y lo comprendimos un poco tarde”. ¿Qué significa semejante afirmación? Que solo a medida que avance el campeonato se comprobará el potencial del AMR23

De nuevo, se le pasa la pelota a Fallows. “Así que el principal objetivo para nosotros es asegurarnos de que este coche sea una buena plataforma para implementar esos avances durante la temporada”. Es decir, algunas de las lecciones aprendidas durante la temporada se traducirán en evoluciones y conceptos que se implementarán en el AMR24 en los próximos meses porque no ha habido tiempo material para incluirlos en esta primera versión del AMR24. Porque Aston quiere evitar los errores operativos y técnicos de 2023.

“Hemos comprobado, especialmente la temporada pasada, pero también la anterior, que la carrera de desarrollo durante el año es absolutamente feroz, y queremos ser tan competitivos en esto como lo hemos sido al principio de la temporada. Nos hemos centrado en asegurarnos de que tenemos una base buena y estable para desarrollar el coche y seguir con esas actualizaciones y mantener el rendimiento.

Al bajarse de su monoplaza en el shakedown de Silverstone, el español exhibía una gran sonrisa. Se trataba de pocos kilómetros, quizás suficientes para que el piloto ‘sienta’ si aquellas carencias del AMR23 se han pulido. Llega la hora de la verdad. Con el AMR24, y de reojo, con el Mercedes W15.