Un argentino fue atropellado en Bolivia, quedó internado allí y le exigen $ 1,5 millones para atenderlo
Un drama que lamentablemente no es la primera vez que sucede, pero que indigna: un albañil argentino fue atropellado por un motociclista ebrio en Bolivia, quedó internado en aquel país vecino, pero le exigen un millón y medio de pesos para operarlo, dinero con el que él no cuenta.
Ángel Vicente Choque (30), la víctima de esta historia, y quien había viajado a la ciudad boliviana de Cobija para trabajar, sufrió fractura de tibia y peroné. Entretanto, el hospital donde está internado, le exige ese dinero para avanzar con su recuperación.
Para sumar más dramatismo a una situación límite como la que está viviendo Choque, su madre viajó a verlo y sufrió un accidente cerebrovascular (ACV) al enterarse del dinero que le piden para operarlo. Por tal motivo, ella también quedó internada y le piden a la familia que cubra sus gastos.
El Hospital Dr. Roberto Galindo Terán, de la localidad de Cobija, donde quedó internado el albañil argentino.
Cuándo comenzó la tragedia de la familia Choque
El desencadenante de tragedias para esta familia comenzó el pasado 13 de abril por la noche, cuando Ángel estaba de camino a su trabajo. En ese momento fue atropellado por Víctor Quispe Herrrera, un motociclista que lo embistió de atrás y le generó la fractura de una de sus piernas.
Enseguida, Ángel fue asistido por las personas que estaban cerca de la escena del accidente. Finalmente, fue trasladado al Hospital Dr. Roberto Galindo Terán, de la localidad de Cobija, al norte de Bolivia. Le colocaron unos fijadores de urgencia para evitar que perdiera la pierna y la familia ya debió desembolsar 400 mil pesos por su internación.
La situación de la familia que apoya a Ángel se vuelve cada vez más compleja por no contar con el dinero que les exigen y porque él necesita con urgencia la operación para volver a caminar, dado que la pierna lastimada apenas se sostiene de una pequeña porción de músculo y corre verdadero peligro. Pero la operación cuesta un millón y medio de pesos, dinero que ni él ni su familia tienen.