Las 5 mejores vitaminas según un nutricionista deportivo si quieres fortalecer el sistema inmunitario y aumentar la eficacia de las defensas

Las 5 mejores vitaminas según un nutricionista deportivo si quieres fortalecer el sistema inmunitario y aumentar la eficacia de las defensas

Seguro que en numerosas ocasiones has oído hablar sobre la importancia de reforzar el sistema inmunitario y el indispensable papel que desempeña para nuestro bienestar. No en vano, estamos hablando de una compleja red de órganos, tejidos, células y moléculas distribuidos por todo el cuerpo que trabajan conjuntamente para defenderlo de microorganismos patógenos y sustancias extrañas.

Básicamente, el sistema inmunitario actúa como un mecanismo de defensa que se encarga de protegernos a lo largo de nuestra vida desarrollando una respuesta adecuada cuando se produce cada ‘ataque’. Si nuestro organismo no fuera capaz de responder frente a las amenazas quedaríamos a merced de antígenos como toxinas, sustancias químicas, bacterias o virus, entre otros, y expuestos a desarrollar enfermedades.

De ahí que siempre se haga un especial hincapié en el hecho de promover que el sistema inmunitario esté lo más afinado posible para que su acción nos proteja de manera eficiente. Aspectos como el estrés, la falta de sueño, el sedentarismo o una mala alimentación juegan en nuestra contra por lo que es necesario que seamos capaces de gestionar esas situaciones que nos alteran, que durmamos lo suficiente, que hagamos ejercicio de forma regular y que mantengamos una dieta saludable.

Las vitaminas más eficaces

En este sentido, cuidar todo lo referente a la nutrición nos ayudará a mantener el sistema inmunitario en plenitud de condiciones y una adecuada ingesta de vitaminas a través de los alimentos, o si fuera necesario mediante suplementación, es indispensable. Roberto Oliver Bolívar, nutricionista clínico y deportivo, y experto en nutrición deportiva de alto rendimiento comparte cinco tipos de vitaminas que son básicas para el sistema inmunitario.

Vitamina C

“Considerada históricamente como una poderosa aliada frente al resfriado común, se trata de un micronutriente muy necesario porque interviene en muchas funciones vitales relacionadas con el metabolismo y, lo que nos ocupa, con el sistema inmunitario. La vitamina C la encontramos en alimentos como naranja, mandarina, kiwi, fresa, pimiento rojo o brócoli, entre otros, y cumple una función antiinflamatoria porque actúa como antioxidante y promueve la eliminación de radicales libres”.

Vitamina E

“Se trata de una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelven en grasas y tiene mucha potencia a nivel inmunitario. No es fácil de conseguir a través de los alimentos, aunque sí está presente en algunos aceites de semilla, aceite de oliva virgen extra, aguacate o en la yema del huevo. La vitamina E es una gran moduladora del sistema inmune y de muchas células que combaten el patógeno”.

Vitamina A

“Perteneciente también a la familia de las vitaminas liposolubles y está muy relacionada con el betacaroteno, un caretonoide precursor de la vitamina A que se encuentra en alimentos como la zanahoria, la patata o calabaza, aunque también en otros como el mango, espinacas, productos lácteos, pescados grasos o el hígado de ternera. Está muy relacionada con la salud de las membranas de la mucosa y con la piel, pelo o la vista”.

Vitamina B9

“El ácido fólico es muy importante para la síntesis del ADN, que si no está en buenas condiciones o deteriorado es muy perjudicial e influye en muchas células como los linfocitos T. La vitamina B12 puede encontrarse en espárragos, espinacas o brócoli, entre otros alimentos”.

Vitamina D

“La falta de esta vitamina o la deficiencia se asocia a infecciones respiratorias o a enfermedades autoinmunes de todo tipo, es decir, nos deja con poca capacidad defensiva frente a patógenos. En este caso, el mejor suplemento de vitamina D no es un alimento sino el sol porque sin su acción esta vitamina no sería biológicamente funcional. También hay que destacar que en muchos suplementos va combinada con magnesio porque ayuda a su transformación ya que está presente en las reacciones metabólicas que se dan en la vitamina D para que sea útil. Regula la situación de inflamación ante un patógeno, modula la correcta medida de cuándo hay que atacar a los patógenos. La vitamina D también es liposoluble y la encontramos en pescados grasos como salmón, caballa o sardina, carnes como la ternera, la yema del huevo o en productos lácteos fortificados”.

Así pues, apostar por determinados tipos de alimentos en la dieta, y utilizar algunos suplementos en caso de necesidad, es una estrategia acertada para velar por un correcto funcionamiento del sistema inmunitario, que a la postre es fundamental para cuidar nuestra salud porque ejerce de barrera defensiva frente a la acción de diferentes patógenos. El patrón alimenticio no es el único aspecto a tener en cuenta, pero sí se trata de uno de los factores modificables de nuestros hábitos sobre el que mejor podemos influir. Y merece la pena.