Con motivo de la llegada al streaming de la maravillosa ‘Robot Dreams’, película de animación sobre la amistad que ha dirigido Pablo Berger y ha conquistado a medio mundo, nos hemos sentado a hablar con Julián Lominchar Martínez, animador 2D que ha formado parte de equipo creativo de la película y que también ha trabajado en títulos como ‘Chico y Rita’, ‘Nocturna’ o el corto nominado al Goya ‘Nacer’. Con él hemos charlado sobre sus inicio, de sus películas de animación favoritas, de cómo se ve desde su lado todo el tema del intrusismo en el mundo del doblaje y de su periplo por Los Ángeles, cuando ‘Robot Dreams’ fue nominada al Oscar como Mejor película de animación (premio que no ganó ante ‘El chico y la garza’ de Hayao Miyazaki).
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Nos cuenta Julián que a él siempre le ha gustado dibujar, pero lo que le hizo decidirse por el mundo de la animación le vino de todos los making of que vio, especialmente de películas Disney: “Me parecía magia. El ver a la gente dibujando con personajes físicos y que al flipear se muevan, me parecía maravilloso, me enamoré del medio”. Para este artista, cualquiera que quiera dedicarse a este oficio necesita armarse de buena paciencia, ya que una película como por ejemplo ‘Robot Dreams’ puede estar preparándose durante cinco años antes de que llegue a los cines y se necesitan hasta 300 personas para completar el trabajo en diferentes equipos. Él le dedicó dos años de su vida:
“Pesa. Es una profesión que engloba muchas disciplinas y tienes que saber de muchas cosas a la vez: diseño, dibujo, color, interpretación, timing. Son disciplinas que poco a poco tienes que ir aprendiendo porque es una profesión difícil a la hora de aprenderla y de dominarla. Tener mucha paciencia es algo primordial para este tipo de oficio.
Al dibujar, cuanto más rápido eres, peor se hace. Es una disciplina que necesita mucha paciencia a la hora del detalle para hacerlo bien. Nosotros hacemos 24 dibujos por segundo, a veces 12. Necesitamos de mucho tiempo y dedicación y no siempre sale a la primera, por lo que hay que retocar. Tienes que armarte de esa virtud para dedicarte a esto”.
En ‘Robot Dreams’, Berger es el director de la película y Benoît Feroumont (‘Bienvenidos a Belleville’) el director de animación. Juntos han dado forma a este proyecto que, en lugar de actores, tiene animadores. Además, en esta película se ha trabajado con varias técnicas, tanto teniendo que plasmar el movimiento real de bailarinas y patinadoras que se rodaron para ciertas escenas como con la libertad de no tener recursos físicos que copiar:
“Nosotros no dejamos de ser actores en la película de animación. Realmente cuando a nosotros nos dirige Pablo nos está explicando cómo quiere la interpretación del plano como si le explicara un actor cómo quiere el plano, cómo quiere que entre, cómo quiere que salga, la intención de la emoción. Pablo lo tenía muy claro y nos lo transmitía cada vez que teníamos sesiones de revisión de secuencias. Esto también lo trabajamos con el director de animación, que es un poco el que lleva la pauta de conseguir que la animación tenga una homogeneidad en cuanto a estilo y que no parezca que un plano se va de un estilo a otro, que la animación fluya en ese sentido.
[…]
Yo lo disfruto más cuando hay más libertad, cuando tienen clara la intención pero quieren ver qué podemos aportar. Se supone que lo que nosotros tenemos que hacer es aportar esas ideas y cuando no nos lo dan todo tan hecho, disfrutamos mucho más a la hora de imaginar. Es verdad que tenemos más retakes o más cambios, pero te motiva mucho más a la hora de crear desde cero que cuando no lo dan tan encorsetado.”
‘Robot Dreams’
Para Julián Lominchar, un enamorado del dibujo, la animación 3D no le satisface, lo que le motiva y le apasiona es la base de la animación tradicional en 2D, que también se ha podido beneficiar de las nuevas tecnologías sin perder su esencia:
“Al final lo artesanal y lo que se hace a mano siempre perdura. Estamos ahora mismo en una época muy buena para el 2D porque con las nuevas tecnologías y los nuevos programas se está volviendo a hacer mucha mucha animación en 2D, que de hecho es la que está realmente triunfando en festivales. […] Tiene algo diferente al 3D que yo tampoco sé muy bien explicar, es más entrañable o lo que sea. Yo nunca he apostado por el 3D porque a mí lo que me gusta dibujar”.
De Corral de Almaguer a Hollywood
Con ‘Robot Dreams’ optando al Oscar a a Mejor película de animación, gran parte del equipo se decidió a viajar a Los Ángeles para vivir desde allí ese gran momento. No hubo suerte y fue ‘El chico y la garza’ la que se llevó el gran premio, pero Julián asegura estar súper orgulloso de no ganar frente al maestro Miyazaki: “Fue una una experiencia maravillosa y el premio realmente fue el estar nominados, el estar allí, la visibilidad que ganó la película y la que nos está dando a nosotros”.
“Desde el principio sabíamos que estábamos haciendo algo distinto con esta película, algo diferente, algo que iba a cautivar y así recuerdo que Pablo no lo transmitía y él mismo confiaba en su producto y lo sabía y mira, no se ha equivocado. Nos tuvo a todos con esa ilusión de estar haciendo algo único”.
‘Robot Dreams’
Un mal doblaje también les afecta a ellos
Lo de elegir a estrellas del momento, desde cantantes a cómicos o actores de imagen, para prestar voz a personajes de animación no es precisamente nuevo. También ha ocurrido en acción real, no olvidemos ‘Escuela de rock’, pero pasa con mucha más frecuencia en el cine animado. Si como público esto te resulta molesto, ¿qué les parecerá a quienes han animado esos personajes con tanto cariño y profesionalidad durante tanto tiempo?
Es un tema muy comentado entre nosotros . Sin echarle culpas a nadie, este tipo de cosas se hace por la moda del momento para que las taquillas funcionen mejor. Si llevas algún actor o actriz famosa le da cierto nombre, pero es verdad que, como siempre digo, eso se queda de por vida. El momento es el momento, es la moda, pero vas a hacer que una película se condene o no de por vida por un doblaje que se va a elegir en un momento concreto. Es un poco triste para nosotros.
Por ejemplo cuando hacemos sincronización de labios en inglés y luego aquí se dobla el español y se dobla con ciertas voces que no son profesionales, se cargan la intención, se cargan la interpretación, se cargan la película. Ha habido muchos casos que se han cargado la película y al final la gente recuerda ese mal momento, este doblaje que han visto forzado.
Es bastante frustrante para los animadores y para todos los que hacemos la película en general, que por una cosa del momento, una moda del momento, porque se le quiera dar un poquito más de publicidad, esto sea algo que va a perdurar para siempre, porque ya no se va a volver a doblar. Sí que nos duele mucho y lo comentamos y decimos «ya han hecho otra vez de las suyas». Nos gustaría que tuvieran un poquito más de tacto con eso, porque otra cosa no, pero también en España dobladores profesionales hay una barbaridad, buenísimos, que cuando hacen las cosas bien, es incluso a veces mejor que el original”.
“Hemos llegado al corazoncito. Al final, no voy a hacer spoiler, pero al final tiene su tragadera. Cada uno lo ve de una manera, los adultos lo vemos de una manera más como la vida misma, como la realidad de lo que suele pasar en las relaciones, con las personas, amistades; pero los niños están viendo algo con unos personajes entrañables que no terminan muy bien de cuadrar y que les parece triste, se quedan un poco descolocados. Por eso esta película la pueden interpretar tanto adultos como chicos más pequeños”.