‘Eizelheiten’ y diez más

Xabi Alonso con el trofeo Meisterschale (ensaladera) que acredita al Bayer Leverkusen campeón de la Bundesliga.

Como escucho tantas veces que en el fútbol se gana por detalles (y Enrique Ballester volverá a preguntar en qué equipo juega ese tal Detalles), voy a dejarme llevar y así no me siento mal por olvidar el análisis de estas semanas clave de la temporada. Yo también soy un hombre de detalles, empiezo todos los partidos malhumorado desde que modificaron (en 2016) la regla del saque inicial: ya no hay que tocar el balón hacia adelante obligatoriamente como antes, cuando regía una norma ética y estéticamente perfecta, un pequeño símbolo de que el fútbol es (¿era?) avanzar, buscar el marco contrario.

Los cuartos de final de la Copa de Europa, las diez últimas jornadas de Liga: títulos, ascensos y descensos, todo en llamas. Mi Espanyol arde, y yo, despistado, ando preocupado porque la selección de Alemania no va a lucir su logo de siempre a partir de 2027. La federación teutona ha firmado con Nike, rompiendo 70 años de relación con Adidas. Aunque alrededor del Mundial 78 Alemania jugó unos años con camisetas Erima, otra marca alemana, con alas en lugar de pétalos en su pecho. Falsa alarma, era una empresa que Adidas había comprado años antes.

El fichaje del siglo. Alemania vestirá el blanco y negro de Nike. Y, en un año en el que Detalles juega en el imbatido Bayer Leverkusen que ha hecho historia con su primera liga, recuerdo que su prodigioso entrenador Xabi Alonso decía a sus compañeros que siempre calzaría botas Adidas, que a él Nike no le parecía una marca de fútbol.

Me puse a imaginar escenas de pánico en la sede bávara de Adidas para una secuela de Air, la (espléndida) película de Ben Affleck sobre el fichaje de Michael Jordan por la compañía de Oregón y la creación de sus celebérrimas zapatillas. La titularíamos Tacos, en homenaje al milagro del creador de la marca de las tres bandas, Adi (llamarse Adolf en la posguerra se complicó) Dassler, en el Mundial de 1954. Herr Dassler fabricó unas botas de tacos recambiables para los suyos, el detalle que hizo posible que la Mannschaft remontase a los poderosos húngaros de Puskas y ganasen contra pronóstico aquella resbaladiza final de Berna, cuando Eizelheiten (Detalles en alemán) jugaba con Alemania.

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