Refutan heroísmo de Porfirio Díaz
Fotos: Cortesía Héctor Strobel/ INAH/ Especial
Es falso que Porfirio Díaz fuera pieza clave en el triunfo de la batalla del 5 de mayo de 1862, revela a Excélsior el historiador Héctor Strobel, autor de Resistir es vencer, su más reciente libro, que repasa los mitos y realidades de la segunda intervención francesa.
También es falso que el ejército mexicano que enfrentó a las tropas francesas fuera patriótico y se hubiera formado de manera natural.
Casi siempre se ve a Porfirio Díaz como el héroe de la batalla, pero como fue el único sobreviviente de aquellos generales, fue quien explotó (la efeméride) y de ahí que, durante el porfiriato, cada 5 de mayo era una fiesta nacional”, comenta el también autor de El ejército liberal en la Reforma.
Pero la realidad, apunta Strobel, es que “el papel de Díaz en esta batalla fue muy marginal, ya que estuvo en un frente que no fue atacado por los franceses.
Lo que ocurrió es que Ignacio Zaragoza concentró a los demás generales (Negrete, Berriozábal y Lamadrid) en el cerro de Guadalupe, mientras que a Díaz lo dejó en el lugar donde supuso que iniciaría el ataque, pero no ocurrió”.
Lo único que sí hizo Díaz, asegura, fue enviar a su hermano con una columna de caballería (proveniente de Oaxaca) y, posteriormente, vino la construcción del mito.
Díaz inventó que él persiguió a los franceses y que los rechazó en un ataque que emprendió a la entrada principal de Puebla, pero eso es completamente mentira.
El ejército francés jamás atacó esa área, así que Díaz lo inventó. Además, el ejército francés sí fue tiroteado, pero no perseguido… eso también se lo inventó Díaz”, advierte.
¿Por qué Ignacio Zaragoza no lo desmintió o aclaró el hecho?, se le pregunta al historiador. “Porque compartir la victoria era algo que se usaba mucho en esta época, así que Ignacio Zaragoza dio el visto bueno a lo que hicieron sus generales, incluyendo las mentiras que dijo Porfirio. Sin embargo, Díaz no fue el héroe del 5 de mayo y éste es uno de los aportes de este libro”, puntualiza.
¿Por qué se ha mantenido la misma versión por tantos años? “Lamentablemente, en México cada vez que se hace historia de la intervención francesa, únicamente se usan fuentes mexicanas.
Y ¿cuáles son las fuentes mexicanas?, pues, en parte, las noticias del propio Díaz y lo que dijo Zaragoza, pero no se contrasta con lo que dicen los franceses o los conservadores de aquel momento”, precisa.
Lo cierto es que los franceses admitieron su derrota y relataron cómo fue que atacaron y perdieron, pero nunca refirieron tal persecución ni aseguraron sentir miedo, apunta Strobel.
Toda la batalla se libró en el cerro (de Guadalupe) y un poco en las faldas (entrada a Amozoc), que fue desde donde Díaz tiroteó, pero no hubo ninguna persecución”.
SOLDADOS A FUERZA
Otro de los mitos que derriba Héctor Strobel es la conformación del ejército mexicano para enfrentar al francés.
Otro de los aportes del libro es que los ejércitos mexicanos, tanto los conservadores de Maximiliano, como los liberales de Benito Juárez, se integraron con reclutamiento forzoso, es decir, los soldados iban a la calle y agarraban a todos los muchachos que podían, los metían un cuartel y los volvió soldados a la fuerza.
Y eso dimensiona la ecuación de esta guerra de una forma distinta, porque casi siempre se le presenta con una guerra patriótica en la que el mexicano se lanzó naturalmente a combatir a los ‘invasores’ para defender su libertad. Ése es el discurso oficial, pero fue así. En realidad, eran chavos agarrados de leva para formar ejércitos y lanzarlos a la guerra”, asegura.
¿Qué repercusión tuvo esa acción en el ejército? “Eso ocasionó algo interesante: que el ejército mexicano no fuera bueno, que acumulara muchas derrotas —salvo la del 5 de mayo— y también ayuda a entender por qué aquellos soldados desertaban, dado que no tenían alimento, ropa ni uniforme adecuado”.
¿Por qué las mujeres se adhirieron a las filas de ese ejército forzado a participar? “Porque una vez que agarraban a los hombres en la calle, las mujeres —muchas veces eran esposas, novias, amantes e incluso hijas, mamás o abuelas— se quedaban sin el sustento de la familia.
Y, por eso, atrás de esos ejércitos, formados a la fuerza, había un ejército de mujeres que se dedicaba a atenderlo en todo y a ayudar a que desertaran”, comenta.
¿Cómo, entonces, se logró ganar la batalla del 5 de mayo? “Después de replantearnos cómo se formaron los ejércitos cuesta aún más trabajo entender cómo se ganó esa batalla: combatiendo y resistiendo”.
Esa batalla, asegura, fue interesante, porque Zaragoza, pese a las condiciones y a contar con un batallón formado dos días antes, en Acatzingo, logró la victoria, porque Lorencez, el general francés, estaba muy confiado
Él decidió atacar el Cerro de Guadalupe con sólo 1,500 soldados, donde Zaragoza concentró 3,300 elementos, así que fueron derrotados fácilmente.
cva