Qué pasa cuando sobreproteges a tu hija
Estudios han demostrado que la crianza sobreprotectora es un estilo educativo perjudicial porque vuelve a los hijos inseguros, incapaces y dependientes, a continuación explicamos qué pasa cuando sobreproteges a tu hija.
La educadora emocional Ana Lucía Urrutia sostiene que la sobreprotección de los hijos limita o anula su educación emocional porque aprendiendo a sentir emociones como: la tristeza, el miedo, el enojo y la frustración, podrán ser capaces de enfrentarse a lo que viene.
La especialista advierte que los padres deben evitar dirigirse a sus hijos con expresiones como: “Yo llevo la mochila porque es muy pesada”, “Yo te ato los tenis”, “Yo hago tu tarea” porque el mensaje que reciben es: “lo hago por ti porque tú no eres capaz”.
“No se deja a los hijos entrenarse con sus miniproblemas para que cuando lleguen cosas mayores sepan atravesarlos”.
La mayoría de los padres sobreprotegen a sus hijos en su afán de “facilitarles la vida” pero en realidad no les hacen ningún bien porque no les permiten cometer errores, le impiden que aprendan de sus equivocaciones y afronten los problemas y las dificultades por sí mismos.
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La psicóloga Laura Sánchez Von Bertrab explica que los padres no dudan en asumir las responsabilidades de sus hijos impulsados por su profundo amor sin darse cuenta de que fomentan su inseguridad y desconfianza y los privan de la oportunidad de aprender.
La psicóloga Mariana Capurro recalca que los padres deben depositar confianza en sus hijos para que aprendan a resolver sus dificultades, se sientan útiles y tengan esperanzas en sí mismos porque la sobreprotección no les permite ser autónomos ni emocionalmente estables.
“Los niños se convertirán en adultos víctimas de un apego inseguro que carecerán de pensamiento crítico porque en el pasado siempre se ha resuelto todo por ellos”.
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En términos psicológicos, sobreproteger a tu hija es impedir que crezca al ritmo apropiado, y cuando evitas las situaciones que son imprescindibles para su maduración, la privas de la posibilidad de convertirse en una persona autónoma, responsable y desenvuelta.
La sobreprotección puede provocar que tu hija se sienta temerosa frente a los cambios y retos que se le presenten, su desarrollo irá acompañado de problemas de autoestima, se sentirá incapaz, disminuirá su tolerancia a la frustración y elevará su grado de dependencia.
Qué pasa cuando sobreproteges a tu hija. Fuente: Pexels
Algunas señales que indican que estás sobreprotegiendo a tu hija son:
La elogias en exceso
Los elogios ayudan a tu hija a desarrollar una sana autoestima, sentirse amada, valiosa y segura, pero cuando los halagos son vacíos o excesivos pueden resultar contraproducentes. Procura elogiarla por su esfuerzo más que por sus resultados.
Justificas sus faltas
También es importante que no justifiques ni minimices las faltas de tu hija, ayúdala a hacerse responsable de sus actos. Todos los hijos necesitan límites y no se van a “traumatizar” cuando sus padres les señalen un mal comportamiento y traten de corregirlos.
Asumes sus responsabilidades
Cuando asumes las responsabilidades que les corresponden a tu hija y haces por ella lo que es capaz de desempeñar, fomentas su inseguridad y desconfianza, la privas de la oportunidad de aprender y le trasmites un mensaje contraproducente sobre su valía personal.
No le asignas tareas domésticas
La familia es un equipo y los hijos deben aprender a colaborar en las tareas del hogar desde sus primeros años. Si le asignas a tu hija responsabilidades en función de su edad y sus capacidades, la harás sentirse útil, productiva e implicada en el funcionamiento familiar.
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Impides que enfrente consecuencias
Cuando los padres impiden que sus hijos enfrenten las consecuencias naturales de sus actos, les enseñan a ser irresponsables y descuidados. En lugar de resolver los errores y las dificultades de tu hija, permítele experimentar y aprender de sus equivocaciones.
Haces que el mundo gire en torno a ella
Una de las principales señales de que estás sobreprotegiendo a tu hija es organizar toda la vida familiar en torno a sus deseos. No es beneficioso que cada decisión se base en sus preferencias porque asumirá que el mundo debe girar a su alrededor.