Presidente, ahí está su constituyente primario
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Presidente, ahí está su constituyente primario
Sentimos esperanza y fe en que la acción ciudadana ejercerá con convicción la defensa de nuestra democracia.
Marta Lucía Ramírez
Colombia es un país que a pesar de sus dificultades y grandes desafíos nunca había sentido un riesgo serio para su democracia y sus libertades. Sin embargo, ese riesgo se percibe hoy en el actuar arbitrario del Gobierno y lo sienten todos los lugares de Colombia.
Durante dos siglos, nuestras instituciones han orientado su quehacer en beneficio del bien común. Por supuesto, ha habido fallas y descuidos, sobre todo en materia de inclusión, que a todos nos decepcionan, pero veníamos trabajando en cerrar brechas y habíamos avanzado en muchos indicadores.
Es inexplicable la incapacidad para haber hecho en los últimos años la reforma de una justicia pronta y cumplida que resuelva lo que requiera su intervención y logre el cumplimiento efectivo de los fallos.
No se requiere una constituyente para que las diferencias entre ciudadanos y entre ellos y el Estado se resuelvan con un acceso eficiente al servicio judicial, asignando jueces penales de manera articulada con la designación territorial de fiscales locales y seccionales, como prevé el proyecto de reforma estatutaria de la justicia que entrará en vigor cuando la Corte Constitucional publique la sentencia.
Es indispensable agilizar los procesos con tecnología, y para ello hay que ejecutar el crédito de transformación digital suscrito durante nuestro gobierno con el BID para la eficiencia de los procesos. Nuestras instituciones son serias, y las cortes han cumplido su papel como eje del Estado social y democrático de derecho haciendo contrapeso a los diferentes gobiernos; y hoy, a un gobierno con pretensiones mesiánicas y autocráticas. Esa es la garantía que tenemos para defender nuestra democracia, cuando sentimos amenazas serias a las libertades.
Varios sectores se sienten amenazados, pues, más allá de cumplir las normas y el deber ser, saben que en cualquier momento pueden enfrentar decisiones arbitrarias. Hoy son múltiples los ejemplos: el sector de hidrocarburos, la minería, la salud, la institucionalidad cafetera, la construcción de vivienda, la infraestructura y las concesiones, las universidades, varios de los departamentos y algunas ciudades capitales que hacen parte de la cada vez más larga lista de desafectos.
Por fortuna hemos tenido instituciones fuertes, pero sabemos que, además de los pesos y contrapesos dentro del Estado, necesitamos hoy que la sociedad se implique en la política para crear un equilibrio de poder con el Gobierno, pues a medida que el mundo cambia, la sociedad debe ser más capaz, actuante y vigilante, como recuerda con claridad Acemoglu en ‘El pasillo estrecho’, máxime cuando la tecnología, las redes y las “dictaduras digitales” favorecen hoy la tiranía, como acertadamente lo predijo Yuval Noah Harari.
El 21/4/2024 pasará a la historia por la asistencia multitudinaria de ciudadanos a las calles, marchando respetuosa y pacíficamente, pero contundentes en su mensaje de descontento con el estado de cosas
El 21/4/2024 pasará a la historia por la asistencia multitudinaria de ciudadanos a las calles, marchando respetuosa y pacíficamente, pero contundentes en su mensaje de descontento con el estado de cosas. No hubo subsidios estatales, ni mingas forzadas ni buses pagados con recursos públicos, pero hubo millones en las calles de Colombia.
Sentimos esperanza y fe en que la acción ciudadana ejercerá con convicción la defensa de nuestra democracia y el apoyo a nuestras instituciones. Son varios los mecanismos consagrados en la Constitución y la ley para la participación ciudadana.
Fue conmovedor encontrar ciudadanos de todas las edades y condiciones ilusionados con que su mensaje obligue al Presidente a reflexionar y asumir con humildad y madurez el privilegio de haber sido elegido democráticamente y su obligación de gobernar para el progreso de Colombia, sin atropellar a nadie.
MARTA LUCÍA RAMÍREZ
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Juan Carlos Rojas
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