El drama del hijo de María Jiménez: lo ponen de patitas en la calle por impago y destrozos en su casa

Cuatro meses después de la muerte de su madre, Alejandro Sancho ha sido expulsado de su casa “y no precisamente por vía judicial”. Los dueños de la casa donde vivía le han echado por presunto impago de varias mensualidades del alquiler y por supuestos destrozos en la vivienda.

Así las cosas, aseguran que la casa se encontraban en “condiciones deplorables, destrozada y totalmente inhabitable”: “Tras mucho tiempo intentándolo por las buenas, los dueños de la casa al final pudieron echarle de la vivienda, y no precisamente por vía judicial”, explicó Saul Ortiz este domingo en Fiesta tras hablar con la propietaria. En este sentido, recalcó: “La salida de la casa no fue amistosa (…) No había manera de hacerle entrar en razón”, insistieron los caseros. Alejandro, por su parte, todavía no ha dado su versión de lo ocurrido.

La última vez que vimos al hijo de María Jiménez y Pepe Sancho fue en su entrevista en De viernes el pasado en diciembre. Siempre ha apoyado a su madre y la ha defendido públicamente del maltrato de su padre hacia ella. En su entrevista, relató el momento en el que su padre le quería desheredar: “Le mandé un mensaje y le dije ‘métete tu herencia en los co*****, no la quiero, no quiero nada tuyo’. No me arrepiento de que no me haya dejado más herencia'”.

No obstante, también lamentó: “Lamenté el no haber podido estar con él los últimos seis años (…) Querría darle a Reyes Monforte las gracias por estar ahí los últimos años con mi padre”. Y añadió. “Siempre me he quedado con las ganas de emborracharnos juntos…de pasar un rato padre e hijo. Me hubiera quedado decirle ‘Oye papá que yo no soy el culpable, reconócelo, reconoce tu error, yo no te he querido joder la vida'”. Sobre si le llegó a perdonar, sentenció: “Me ha ido costando, se muere y no le perdonas de inmediato. Ahora que tengo hijos entiendo, se te pasa y terminas por perdonarlo”.

Tras la muerte de la intérprete de Se acabó el pasado 7 de septiembre a los 73 años por un cáncer de pulmón que mantuvo en secreto, Alejandro Sancho se encargó de preparar la despedida que a su madre le hubiera gustado. Con gran fortaleza y educación atendió a todos los medios de comunicación congregados en Sevilla y organizó la capilla ardiente que se instaló en el ayuntamiento. A ella acudieron más de 30.000 personas para despedirla. A la capilla ardiente le siguió el paseo en caballos de su féretro por las calles de su Triana natal y un funeral a su altura en la iglesia de Santa Ana, la conocida en la capital hispalense como Catedral Chica.