Nieves Álvarez es la invitada perfecta con el vestido más ‘Letizia’
A Nieves Álvarez le tocaba subir a un escenario para recoger un premio muy especial que le entregaba la Comunidad de Madrid, la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo. Y, como una de las principales protagonistas de este evento, la modelo escogió un vestido español -madrileño, porque la firma está radicada en la capital- y que estaría aprobado por Letizia Ortiz. Álvarez estrenó un vestido de The 2nd Skin Co, con el cual era la homenajeada perfecta pero también la invitada (de día) 10. Una pieza de inspiración helénica que era todo elegancia… pero no la de siempre.
20 looks de invitada de la realeza que son TODO inspiración
Era la boda de Nicolás de Grecia con Tatiana Blatnik (además, en la isla griega de Spetses) por lo que la ocasión casi exigía inspiración helénica. Letizia, aún princesa, llevó este **Felipe Varela** de inspiración griega absolutamente eterno. Asimétrico, vaporoso y favorecedor, es uno de los grandes olvidados de su vestidor.
Era la cena previa a la boda de Victoria de Suecia, en 2010. Confió en Felipe Varela (como siempre, hasta hace poco) para este vestido de fiesta con escote palabra de honor y una impresionante falda que simulaba pétalos de rosa. Ideal para una boda nocturna con MUCHO glamour.
A Carolina de Hannover le tocó hacer el paseíllo a la entrada de la Catedral de la Almudena en el día de la boda de los Príncipes de Asturias, en 2004, sola. Su marido celebró de más en la cena previa y no pudo ni salir del hotel. Eso sí, ella pasó con dignidad -aunque visiblemente enfadada- y toda la elegancia del mundo con esta combinación azul celeste de **Chanel** que será recordada por los siglos de los siglos. Y no solo por la anécdota de Ernst de Hannover.
Era 2011 y una de las invitadas más esperadas en la boda de su tío, Alberto de Mónaco, con Charlene Wittstock. Como siempre, confió en **Chanel** para un momento tan especial, con un vestido rosa pálido entallado que navegaba entre lo *coquette* y lo sexy. El tocado con velo de red también es memorable.
Después de la ceremonia religiosa en la boda de Alberto y Charlene todos los Grimaldi lo celebraron en la Ópera y Charlotte llevó un dos piezas de **Giambattista Valli** que te hará valorar seriamente el ponerte una capa en tu próxima boda.
Si es rosa pálido, con salones de tacón alto y con tocado, puedes ser la más elegante de cualquier boda de día. El dos piezas de Beatrice Borromeo era de **Armani Privé** y lo llevó en el enlace de Félix de Luxemburgo, en septiembre de 2013.
La Reina jordana fue de las mejor vestidas en la boda de los Príncipes de Asturias, en 2004, con estas dos piezas de **Givenchy** que no son tan habituales en las bodas de día. Se trataba de una camisa beige y una falda larga que marcaron un antes y un después en los *looks* de invitada.
Era la boda de Philippos de Grecia y Nina Flohr, en Atenas, y la *socialité* llevo un amplio vestido de **Giambattista Valli** en fucsia, con grandes mangas abullonadas, volantes y todo comodidad. Elegante pero sin complicaciones para una boda de día.
Era la boda de Lady Helen Windsor y Tim Taylor, en 1992, y la Princesa llevó la coordinación en forma de tres piezas en verde y negro al siguiente nivel. Apuntamos para una boda civil de día.
Era el enlace de su antigua compañera de piso, Anne Bolton, y se celebró en el centro de Londres, en 1983. Ese conjunto que parece extraído de una escena de *Armas de Mujer* pero con acabado brillante es la perfección para una boda diurna e informal en plena ciudad.
Era 2017, durante la boda de su hermana Pippa. Ella tenía un papel muy relevante ocupándose de que los pequeños pajes lo hicieran todo correctamente, así que se coordinó con ellos en rosa pálido con este **Alexander McQueen**. Simple, cómodo, extremadamente elegante, absolutamente *royal*… Era la perfección para una boda diurna, en el campo y que exigía mucho protocolo real por parte de ella.
Fue en 2019, en la boda de Lady Gabriella Windsor. La casi royal llevó un vestido camisero de **Kate Spade** con una diadema gruesa a juego que, en su sencillez y hasta informalidad, conformaba un conjunto infalible.
Era 2018, durante la boda de la prima del Príncipe Harry, Celia McCorquodale, y llevó este vestido floral y vaporoso de **Oscar de la Renta**. Asimétrico, un poquito boho y MUY elegante.
Para la boda del mejor amigo de Harry, Charlie Van Straubenzee, en el verano de 2018, la Duquesa de Sussex llevó un vestido midi en distintos colores muy neutros, con cinturón, falda plisada y sin mangas. Una combinación magnífica entre lo formal y lo informal para bodas de día.
El lavanda es uno de los colores más recurrentes para invitadas de día, y éste fue el elegido por la Reina Sofía en 2004, para la boda de su sobrino político Beltrán Gómez-Acebo con Laura Ponte. Llevó un precioso dos piezas formado por vestido con falda vaporosa y chaqueta con cuello mao, inspiración inmejorable para mujeres de más de 50 años.
En septiembre de 2019 fue una de las invitadas más esperadas de la boda de sus grandes amigos, María García de Jaime y Tomás Páramo. Allí epató con este vestido de estampados geométricos y corte recto, combinado con unas visibles sandalias rojas con plataforma. ¡Porque más es más!
Celebrada en 2010, la Infanta dejó a toda Europa boquiabierta con este **Lorenzo Caprile** que homenajeaba a la tradición española en todos y cada uno de los detalles.
Todavía no era Princesa pero sí fue invitada a la boda de Magdalena de Suecia, en junio de 2013. Llevó un delicado vestido largo lavanda que es perfecto para una boda de día MUY formal y para una nocturna que requiera menos pompa.
Fue en 2023, en la boda de Hussein y Rajwa de Jordania, en Amán. Y fue de las mejor vestidas con esta pieza **By Malina**, cuajada de flores y con románticas mangas abullonadas.
Para la boda de una amiga, en 2023, la *royal* se puso este vestido de **Gül Hürgel** con margaritas estampadas, fondo rosa, volantes en las mangas abullonadas y falda de vuelo. Un sueño coquette que adorarán las invitadas de la Generación Zeta… y muchas millennials.
No, este vestido no tendría cabida en una boda porque competiría en color con el de la novia. Sin embargo, la madre de bautizo o de comunión -o la invitada más elegante a cualquiera de estos dos eventos- sí puede inspirarse con esta pieza que ha estrenado Nieves Álvarez y que también tendría cabida en un evento oficial de la mismísima Reina.
Esta prenda tiene corte asimétrico, con una manga murciélago y la otra una auténtica fantasía con una capa que se frunce bajo el pecho creando un maravilloso efecto túnica (de ahí la inspiración helénica que decíamos antes). Con corte recto y bajo midi, tiene una última sorpresa más en la parte trasera dejando media espalda al descubierto.
Delicado, favorecedor, perfecto para quienes no quieren llevar muchas joyas -porque el propio vestido es una en sí mismo-, esta pieza es simplemente un 10.
La espalda del vestido es… un sueño.
Nieves Álvarez lo ha combinado con unos salones de tacón con estampado animal de Aquazzura y joyas -muy pocas, sutiles y discretas- de Bulgari.
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