Porsche quiere hacerse con las sorprendentes suspensiones del fabricante chino NIO

Estas navidades pudimos ver unas suspensiones “mágicas” en un prototipo de coche chino. Porsche ha tardado apenas tres meses en firmar un acuerdo de licencia para estudiar su uso.

Clearmotion es una de esas empresas desconocidas con soluciones que las marcas de coches están ávidas por encontrar. Y la encontró primero NIO, el fabricante chino de coches eléctricos cuyo punto fuerte es el intercambio de baterías. El pasado diciembre mostró un video de un prototipo camuflado -su NIO ET9- con una torre de cuatro copas de champagne sobre el capó. El coche circulaba sin derramar una gota al pasar por un bache. Después vinieron otros videos con otras habilidades de su suspensión, que llamaron la atención en redes sociales… y, sin duda, a Porsche, que no ha tardado en reaccionar.

Clearmotion es una empresa americana dedicada a los chasis definidos por software. Se supone que así serán y se concebirán los coches del futuro, con el software en el centro de todo.

Adiós, balanceos y cabeceos

En un comunicado, Porsche indica que colaborará con ClearMotion en la tecnología de suspensión activa de gran ancho de banda de esta empresa (es decir, que son capaces filtrar tanto pequeñas irregularidades del firme como grandes oscilaciones). Gracias a acelerómetros, su sistema ClearMotion1 (CM1) presume de que sus actuadores en cada rueda pueden anular de manera activa, empujando o comprimiendo cada suspensión, las vibraciones del coche a la manera en que lo harían los sistemas de cancelación de ruido. Combinará con su actuación mejor seguridad y confort. Sin cabeceo, el coche frenará en menos metros y de forma más estable. Sin balanceo, será más ágil y más fácil de controlar al esquivar un obstáculo, más rápido al pasar por curvas.

Dicen que han invertido más de diez años en desarrollar tanto la mecatrónica (una válvula electrohidráulica denominada Activalve para cada rueda) como el software y electrónica en Activalve. La idea y desarrollo inicial se ha llevado a cabo en Boston, pruebas y puesta a punto en las instalaciones de Mira en Gran Bretaña y la producción se realiza en China.

Copiloto digital del firme

Porsche también accederá a un segundo producto, RoadMotion, que es un software capaz de conocer como la palma de la mano la superficie de la carretera, para el control proactivo de la suspensión. De este modo, los actuadores de la suspensión CM1 se anticipan y mejoran su actuación. Planchar los badenes, evitar el mareo, tragarse los baches, son titulares que emplearon aquella prensa local que tuvo primer conocimiento de ClearMotion, allá por 2018.

En aquel momento, antes de la popularidad de chatgpt, lo que se destacaba era que ClearMotion empleaba inteligencia artificial para hacer funcionar sus suspensiones. Hoy, Clearmotion habla de recogida colectiva de los datos de la superficie de cada calle y de cada carretera, como se ha hizo con google street view. Pero se hace gracias a los coches conectados, con los que se genera la “huella dactilar” de cada vía.

Superponen capas de información de la vía por la que transita el coche -desde la más básica, el mapa de navegación, hasta la fricción y adherencia de la superficie- con las que adelantarse a lo que encontrará el coche bajo sus ruedas. Cuanto mejor definida y más precisa es esta huella, mayores posibilidades de explotar la suspensión proactiva.

Según ClearMotion, con este conocimiento de las superficies prácticamente en tiempo real, también los sistemas ADAS reciben la información en caso de situaciones de peligro, como hielo, y pueden adelantarse en su actuación, esquivar, frenar, etc. Los datos se procesan en la nube y se envía el mapa HD de la superficie que se irá encontrando el coche por delante.

Punta del iceberg del talento chino

Comportamiento, chasis, placer de conducción siguen siendo atributos que buscan los compradores europeos y en los que los fabricantes europeos llevan ventaja… todavía. Pero no pueden descuidarse, y el acuerdo con la americana ClearMotion lo demuestra.

ClearMotion es americana, pero los principales componentes y subsistemas son fruto de la colaboración en I+D con grupo BWI. Un grupo chino que en 2009 se quedó con el todo “know-how” en frenos y suspensiones de Delphi (la excindida empresa de componentes de General Motors). Los amortiguadores Magneride de Corvette o los Audi deportivos tienen procedencia BWI. Las suspensiones de Porsche tendrán un fuerte componente de talento chino.

Los amortiguadores Magneride que se vienen ofreciendo en las últimas generaciones del legendario Corvette también son de la empresa china que fabrica para ClearMotion

Los amortiguadores Magneride que se vienen ofreciendo en las últimas generaciones del legendario Corvette también son de la empresa china que fabrica para ClearMotion

Esto no les viene de nuevas. Desde 2021 en que fundó Bugatti Rimac, Porsche también tenía lazos con BWI. El grupo BWI se encargó de los frenos “by wire” del Rimac Nevera, el eléctrico más rápido del mundo. Y ni el resultado, ni el trabajo debieron ir mal, pues según el responsable técnico de Rimac, “recomendaría trabajar con ellos en futuros proyectos” y batieron numerosos marcas de aceleración y frenada en tiempo récord.