Los empleados de Ikea usan estos zapatos a motor para andar más rápido: los he probado

“Agárrate a mi brazo, mira hacia adelante y no pienses en nada, solo en caminar”. Xunjie Zhang trota a mi lado mientras yo ando a paso lento. Vamos a la misma velocidad, pero él tiene casi que correr y yo solo camino. La diferencia está en el calzado que llevamos cada uno. Yo me he enfundado el invento que Zhang lleva años desarrollando. Él lo llama el “zapato más rápido del mundo”. Se trata de una especie de patín de seis ruedas con un motor eléctrico incorporado en la suela que te hace caminar hasta tres veces más rápido de lo normal. Se llama MoonWalker, y es por algo. Una vez lo dominas, en efecto, te da la sensación de deslizarte como si fueras Michael Jackson.

Zhang, ingeniero por el Instituto de Robótica de la Carniege Mellon University (EEUU), uno de los centros más punteros en este terreno, fundó en el 2018 la empresa Shift Robotics con el objetivo de crear un aparato que cambiara la forma en la que nos desplazamos por la ciudad. Después de 9 prototipos diferentes, la compañía anunció el año pasado los MoonWalker, unos zapatos eléctricos con 10 ruedas que te ayudan a caminar más rápido sin esfuerzo. La idea se hizo viral. La revista Time la seleccionó como una de las mejores invenciones del 2023. Todo el mundo quería probarlos. El modelo, sin embargo, era demasiado pesado (1,9 kilos en cada pie), así que Zhang regresó al laboratorio para pulirlo.

Un año después, Shift Robotics ha presentado esta semana en el CES de Las Vegas MoonWalker X, una versión más ligera, (1,4 kilos por pie), con menos ruedas (6 en lugar de 10) y mucho más segura que la anterior, que saldrá a la venta este verano. Su precio es de 1.400 dólares y, para sorpresa de Zhang, quien más se ha interesado son las empresas que gestionan grandes almacenes, cuyos empleados recorren decenas de kilómetros cada día de un lado a otro.

Ikea lleva seis meses probando estos zapatos en uno de sus almacenes en Suecia y, según Zhang, el resultado ha sido muy positivo. “No hemos tenido ningún reporte de incidentes e Ikea está pensando en extender su uso. Un trabajador en un almacén puede ser hasta 2,5 veces más productivo si usa ese sistema. Ikea calculó que cada empleado puede ahorrar 400 horas de trabajo al año. Se pagan solos al mes de uso, aunque estamos intentando mejorar el proceso de fabricación para bajarlos a 700 euros el par”, explica a este diario Dave Mawhinney, miembro del consejo de administración de Shift Robotics y fundador del Centro Swartz de emprendimiento en la Carniege Mellon.

Calzarse los MoonWalkers X es cuestión de segundos. Se ajustan con unas cintas magnéticas, te pones de pie, y a caminar. Están bloqueados por defecto, por lo que no hay riesgo de salir disparado y caerse como ocurriría con unos patines convencionales. Los primeros minutos son extraños. La sensación es de arrastrar un peso enorme, como si estuvieras encadenado a una bola de kilo y medio en cada pie, pero, al cuarto de hora, el peso va desapareciendo poco a poco.

Es entonces cuando empiezas a sentir que, en lugar de caminar como un peatón mortal, te vas desplazando como si estuvieras en una de esas cintas eléctricas de aeropuerto. La puntera de los zapatos es abatible para impulsarte más fácilmente. Y cuentan con un ingenioso sistema de bloqueo para que, con un gesto rápido, puedas bloquearlos, desactivar el motor, subir escaleras, desbloquearlos y volver a deslizarte.

Caminar a 11 km/h

Girar no es sencillo. Tampoco lo es frenar. Si no quieres estamparte contra una pared, tienes que dar pasos cortos para reducir la velocidad. Zhang y su equipo asegura que en un par de horas estás plenamente acostumbrado. Alcanzan una velocidad máxima de 11 km/h (más o menos la velocidad de un adulto corriendo al trote) y hay un motivo, es lo máximo permitido en EEUU para circular por la acera con un aparato eléctrico.

Cada uno de estos zapatos ‘robóticos’ pesa 1,4 kilos. (Foto: M. Á. M.)

Cada uno de estos zapatos ‘robóticos’ pesa 1,4 kilos. (Foto: M. Á. M.)

En la parte inferior cuentan con una pequeña batería de litio que tarda una hora en cargarse (vía USB-C) y da para otra hora de uso continuo. Eso obliga a compañías como Ikea y otras con las que ya está hablando Shift Robotics (como Amazon o una gran firma de automatización francesa con la que se encuentran en negociaciones) a tener dos pares de MoonWalker X por empleado. Así, mientras se usa uno de ellos, el otro se carga y se pueden intercambiar al cabo de una hora.

He probado estos zapatos en dos ocasiones, en total media hora, y de algo no hay duda, te ayudan a caminar más rápido. Sin embargo, el peso es un inconveniente. Es cierto que al cabo de unos minutos te olvidas de que los llevas, pero tus piernas no. Se van cargando poco a poco, como si estuvieras en una eterna sesión de gimnasio. Si tras media hora ya notaba el cansancio al bajar, trabajar una jornada entera con ellos obliga a tener piernas de acero. ¿Habrá secuelas físicas de desplazarse en un almacén día tras día, un año entero, como si fueras Michael Jackson? Zhang puede que tenga una respuesta el año que viene en Las Vegas.