Guillermo García se lleva el Goya por retratar la Cañada Real: "Si la ultraderecha viera más cine o tuviera más respeto por la cultura, entendería que el mundo es otra cosa"

Fotograma de ‘Aunque es de noche’

Dentro de esa ficción, López consigue retratar la situación en la que viven más de 4.000 vecinos en la Cañada Real, el asentamiento irregular más grande de Europa y que, más de tres años después, sigue sin suministro eléctrico. Mostrar las condiciones de vida de estas personas ha sido para el director “un proceso vital, que forma parte de la vida de todos nosotros. Tanto el equipo como yo hemos tenido un proceso de convivencia, de ir relacionándonos con una comunidad a través del cine. Hemos conseguido que el cine pase a formar parte de lo cotidiano, ellos sienten que la película es suya, que les representa. Y ese es el mayor de los premios”, admite.

‘Aunque es de noche’ es un proyecto que denuncia esta violación de los derechos humanos a través de la mirada de un niño que bien podría se uno de los 1.800 chicos y chicas que viven allí. Para Guillermo es “la pérdida de una forma de mirar el mundo, que es la que la peli quiere atrapar”. Una manera de acercar la cultura a los sectores más afectados de este asentamiento ya que, además de otros muchos derechos, es algo que también se les ha negado a sus habitantes. “Por un lado, en la película queríamos abrir una ventana y asomarnos a esa cotidianidad con los matices del día a día. En la cinta está presente la ausencia de luz y esas circunstancias, pero también podemos ver lo que dicen ellos y es que pese a que lo que está ocurriendo allí no es normal, les gustaría que les viesen como personas normales”.

El cine como herramienta de cambio

El director conoció la realidad de la Cañada mientras estaba trabajando en otro proyecto, ‘Frágil Equilibrio’, con el que se llevó el cabezón como mejor película documental en 2016. Una cinta contada a través de historias entrelazadas, entre ellas, el problema de la vivienda y los desahucios en Madrid. Sobre el cine como herramienta de transformación social y de cambio, Guillermo asegura que está constantemente cambiando al mundo porque desafía a la gente, “en el buen sentido de la palabra”. Para él, el mundo lo va a cambiar la gente y, sobre todo, la gente que tiene poder de decisión y responsabilidad.

“Una sociedad sensible es una sociedad más justa”

Aunque insiste en que los vecinos y vecinas de la Cañada Real tienen su propia voz, sí que admite que ‘Aunque es de noche’ ha ayudado a visibilizar su situación y volver a ponerla sobre la agenda social y política. “Creo que una sociedad más sensible será siempre una sociedad más justa. El cine trabaja constantemente para actuar en la sensibilidad de las personas”. Y sigue: “Mucha gente que se adscribe a partidos de la ultra derecha está con mucho odio, constantemente. Creo que si vieran más cine o tuvieran más respeto por la cultura entenderían el mundo es otra cosa y que la violencia hay que erradicarla”. El director se refiere a la violencia hacia los más vulnerables, a los que se les discrimina por su condición social, por su etnia o por su raza. Y podríamos añadir: a los niños a los que se estigmatiza por estar en centros de menores no acompañados o a los que se vincula con agresiones sexuales por su color de piel.