El curioso motivo por el que los gorros de invierno suelen llevar un pompón

Pilar Monforte adjusts her dog’s hat after getting blessed at San Anton Church during celebrations on the feast of Spain’s patron saint of animals, Saint Anthony, in Madrid, Spain, January 17, 2024. REUTERS/Susana Vera

Con el invierno, los gorros se convierten en aliados, más allá de su función estética. Estos accesorios no solo añaden un toque de estilo a nuestra vestimenta invernal, sino que también solventan la necesidad de resguardar nuestra cabeza de las bajas temperaturas.

Resulta que los pompones, característicos de esta prenda, no son solo decorativos, sino que tienen una larga historia que se remonta a la era vikinga, alrededor del 793 d.C. hasta 1066, antes incluso de la redacción de la Carta Magna. La deidad mitológica Freyr fue representada con un tocado que incluía un pompón, como se vio en una estatuilla hallada en Södermanland, Suecia, en 1904.

Diversas utilidades

En algunos países europeos, los gorros con pompones también se usaban para indicar rangos. Tanto en los regimientos de las Tierras Altas escocesas como en la infantería de Napoleón, los soldados llevaban pompones de lana que no solo los mantenían abrigados, sino que también indicaban a qué regimiento pertenecían.

Además de mantener calientes a los soldados, se piensa que los pompones protegían las cabezas de los marineros en espacios reducidos con techos bajos.

Durante la Gran Depresión, los pompones se volvieron más accesibles al abaratarse su costo. Algunos creen que celebridades, como Michael Nesmith de The Monkees, ayudaron a popularizar este gorro acogedor.

Desde los barcos vikingos y los dioses mitológicos hasta los campos de batalla napoleónicos y las cabezas de los marineros, los pompones han recorrido un largo camino, convirtiéndose en un símbolo de historia y estilo en los gorros de invierno que todos conocemos hoy en día.

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