Espectacular cheesecake de mamey sin horno, para disfrutar la temporada
Cheesecake de mamey decorado con crema batida, rebanado
El mamey es una de las frutas más especiales que tenemos en México: su sabor y textura, lo hacen únicos. Esto permite disfrutarlo solo, en licuados, aguas o postres. Cambia la forma de comerlo con este cheesecake de mamey.
Expertos en gastronomía de Larousse Cocina, señalan que el origen del mamey se ubica en Mesoamérica. En México, se puede encontrar de forma silvestre en varios estados todo el año, pero también existen grandes cultivos para cubrir la demanda nacional.
Sus principales cualidades son su textura cremosa, similar a la del aguacate, además del sabor dulce, lo que lo hace muy versátil. Esto, sin dejar de lado que es rico en vitaminas A y C, potasio, magnesio y fibra.
Razones para comer esta fruta, hay muchas. La forma más sencilla, es a rebanadas, pero si buscas algo especial para disfrutar todo su sabor, prepara un delicioso cheesecake de mamey.
Te recomendamos: Delicioso pay de mamey con solo 3 ingredientes
¿Cómo hacer cheesecake de mamey?
Preparación:
- En un recipiente amplio, mezcla los 200 gramos de galletas María molidos (poco más de un tubo) con la ½ taza de mantequilla derretida, hasta que todas las migas de galleta estén impregnadas.
- Vuelca esta mezcla en un molde desmontable de 20 a 25 centímetros de diámetro, presionando para compactar la masa. Refrigera por al menos 15 minutos, mientras preparas la mezcla de cheesecake.
- En la ½ taza de agua, hidrata los 21 gramos de grenetina; mezcla hasta que se disuelva y deja reposar por 5 minutos.
- Licúa las 1 ½ tazas de crema para batir con la 1 taza de leche condensada y la pulpa de 2 mameyes maduros. Reserva.
- En un recipiente amplio, bate los 570 gramos o 3 bloques de queso crema, hasta que estén suaves. Incorpora la mezcla de mamey y bate para integrar.
- A baño María o en el microondas, calienta la grenetina para que se derrita. Espera unos minutos para que se entibie y agrégala a la mezcla de cheesecake en forma de hilo y sin dejar de batir.
- Vierte la mezcla de cheesecake de mamey sobre la base de galleta y lleva al refrigerador hasta que cuaje. Lo mejor es dejarlo al menos 4 horas o toda la noche.
- Una vez firme el pastel, desmóldalo con cuidado y colócalo en una charola o plato para servirlo.
- Acomoda las rebanadas de un mamey maduro en toda la superficie del cheesecake y decora las orillas con crema batida. También puedes servirlo sin nada encima.
- Disfruta tu cheesecake de mamey con un cafecito frío para refrescarte en la temporada de calor.
Rebanada de cheesecake de mamey sobre plato con cuchara
Foto: iStock
¿Cómo elegir un mamey para que salga bueno?
- Fíjate en la piel. La cáscara del mamey debe tener un color marrón rojizo, sin manchas negras. Aunque algunas marcas pueden ser normales, un exceso puede revelar que ya está muy maduro o a punto de su descomposición.
- Tócalo. El mamey debe estar firme, pero ligeramente suave al presionarlo. Una fruta muy dura, aún necesita madurar, lo cual puedes hacerlo en casa; en contraste, si está muy blanda, ya está muy madura.
- Fíjate en el tallo. Tal como ocurre con los aguacates, el ‘palito’ que lo une al árbol puede revelar si la fruta está en su punto. Este debe estar seco y desprenderse fácil; si está verde o no se desprende, deberás esperar para comer tu mamey.
- Huele el mamey. Evita aquellos con un olor agrio o desagradable. Un mamey maduro tiene un aroma dulce y agradable, el cual se desprende cerca del tallo.
- Pésalo. Un mamey con buena pulpa, debe sentirse pesado para su tamaño, evita aquellos que se sientan huecos.
Con estos tips, olvídate de que los mameyes te salgan malos. Elige los mejores para disfrutar la temporada, ya sean solos o en este delicioso cheesecake de mamey, es el postre perfecto para cualquier ocasión.
Te recomendamos:
Prepara un delicioso flan de mamey
Increíbles usos del hueso de mamey
Si buscas otro cheesecake fácil y sin horno, prepara este de frutos rojos: