¿Es bueno comer queso cada día? Esto es lo que dice Harvard

El queso es una gran fuente de calcio, pero también de grasas saturadas.

El queso es uno de los alimentos más viejos del mundo. Se remonta a civilizaciones antiguas que descubrieron la magia de conservar la leche mediante la fermentación. Desde las colinas de la antigua Mesopotamia hasta los valles suizos, el queso es una seña de identidad de la gastronomía de muchos pueblos. Además, su valor nutricional lo ha convertido en un alimento esencial, rico en proteínas y calcio. A pesar de que hay muchos tipos de queso y sus calorías pueden variar de uno a otro, este alimento también tiene fama de que engorda o que prácticamente está prohibido para aquellos que tienen el colesterol alto. ¿Es bueno comer queso cada día o es un alimento que debemos moderar? Expertos de Harvard lo han analizado y nos dan la respuesta.

Qué aporta el queso 

Hay muchos tipos de queso y no aportan los mismos nutrientes. Por ejemplo, 30 gramos de queso duro (por ejemplo manchego) aportan alrededor de 120 calorías, 8 gramos de proteína, 6 gramos de grasa saturada y 180 mg de calcio.

En cambio, si optamos por media taza de queso blando (130 g) como el requesón con un 4% de grasa, obtenemos también 120 calorías (comiendo mucha más cantidad), pero con un mayor aporte de proteína (14 g), 3 gramos de grasa saturada y 80 mg de calcio.

Cuanto más duro es el queso, más calcio concentra pero mayor es el aporte de grasas saturadas y calorías.

El queso también contiene cantidades importantes de sodio, entre 300 y 450 miligramos por ración, ya que la sal desempeña un papel clave en la retención de humedad y la prevención del crecimiento bacteriano. Sin embargo, hay opciones más saludables, como el queso de cabra, el mozzarella de leche entera y el suizo, que son bajos en sodio, con solo 50 a 100 miligramos por porción, apuntan los expertos de Harvard.

Queso y colesterol

Los productos lácteos enteros poseen muchas grasas y una cantidad moderada de colesterol. La grasa presente en la leche, base para la elaboración del queso, consiste aproximadamente en un 70% de grasa saturada, un 25% de grasa monoinsaturada y un 5% de grasa poliinsaturada. La ingesta de grasas saturadas se relaciona con el aumento de los niveles de colesterol LDL. Además el queso es rico en sal cuyo exceso puede favorecer la hipertensión, por eso se aconseja consumirlo con moderación.

No obstante, existe un debate sobre si el queso es bueno o malo para la salud, A pesar de que las Guías Alimentarias de EE. UU. sugieren optar por productos lácteos bajos en grasa para prevenir enfermedades cardiovasculares, algunos estudios apuntan que los lácteos enteros podrían reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2, recuerdan los expertos Harvard. Ciertos nutrientes del queso, como el calcio y el ácido linoleico, podrían tener efectos protectores para el corazón. Además, los ácidos grasos saturados del queso tendrían un efecto diferente a los de la carne roja. En la elaboración de algunos quesos se incorporan bacterias en la etapa de fermentación, lo cual podría reducir su efecto sobre los niveles de colesterol en sangre, aunque esta teoría es bastante nueva y se ha visto sobre todo en quesos elaborados con probióticos.

Cuánto y cómo comer queso

Resumiendo, a pesar de que el queso contiene una proporción considerable de grasas saturadas y sodio, también es rico en calcio y proteínas, y algunos tipos fermentados incluyen probióticos. Puede disfrutarse con moderación como parte de una dieta saludable, pero si lo acompañamos de alimentos pocos saludables no será una buena elección.

“Comer queso con alimentos como cereales refinados (pasta blanca, pan, galletas saladas, etc.) y carnes procesadas puede anular sus beneficios para la salud”, apuntan los expertos de Harvard.

Ahora bien, comer un queso de calidad como sustituto de la carne roja o como tentempié en lugar de una bolsa de patatas fritas es una buena idea (aunque es mejor comer nueces como tentempié, apuntas los expertos). Así pues, puede comerse a diario, en cantidades moderadas porque es calórico y acompañado de alimentos saludables.