Entre la derecha triunfalista y la soberbia de Petro

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Entre la derecha triunfalista y la soberbia de Petro

Lo inédito es que la derecha ya no tiene que recurrir a viejas consignas sino a hechos concretos.

Sara Tufano

Es evidente que hay una disputa política sobre los alcances de la marcha del pasado 21 de abril. Fueron muchos los medios de comunicación que calificaron la marcha de “apoteósica”, “histórica”, “multitudinaria”, entre otros adjetivos. En cambio, la respuesta de Petro fue minimizarla. Solo me refiero a esa respuesta, pues la gente cercana al Gobierno que no salió a ridiculizar la marcha se puede contar con los dedos de la mano.

(También le puede interesar: El paro como teoría o el deseo de cambiarlo todo) No me identifico, claramente, ni con la derecha triunfalista ni con la soberbia del Gobierno. Disputar los sentidos de la marcha a partir del número de personas que salieron a las calles solo sirve para efectos propagandísticos, pero no nos permite comprender las inflexiones que se evidenciaron en ella. Los números solo nos permiten afirmar que la derecha sigue movilizando a mucha gente. Mucha gente salió a las calles, sí, pero ¿por qué salió? Los propagandistas del Gobierno dijeron que las personas que salieron habían sido instrumentalizadas, ya sea porque les pagaron o porque salieron engañadas. Primer error: creer que no hay ninguna razón para salir a marchar contra el Gobierno y que este no ha recurrido a engaños. Son varios los engaños que podría enunciar en esta columna; uno de ellos es decir que el cambio iba a ser con las mujeres o que iba a construir espacios libres de violencia de género. Sin embargo, hemos visto que Petro, con pleno conocimiento de causa, ha puesto en varios cargos a personas que no tienen ninguna perspectiva de género, o, peor aún, que han sido denunciadas por acoso sexual y laboral. Si hasta yo, que soy de izquierda, tendría razones para marchar contra el Gobierno, imaginen la derecha.

Si hasta yo, que soy de izquierda, tendría razones para marchar contra el Gobierno, imaginen la derecha.

їEn dГіnde creo que reside la novedad? Las personas dejaron de fantasear sobre lo que serГ­a un eventual gobierno de Petro, pues este se convirtiГі en algo real. Algunos ejemplos: Petro propuso una constituyente, algo que en campaГ±a dijo que no harГ­a. En la de 2018 incluso lo firmГі “en mГЎrmol” (ridГ­culo, sГ­, pero ese fue su compromiso). ВїQue en polГ­tica no se puede cambiar de opiniГіn? Claro que se puede, pero la ciudadanГ­a percibe cuando esos cambios son descarados y, claramente, reacciona ante esos descaros. Eso fue lo que sucediГі el 21 de abril. La manera como se ha dado el debate sobre la reforma de la salud tambiГ©n fue una de las razones para salir a las calles. Hay personas que tienen sus reparos frente a la reforma y no son precisamente reaccionarias. La baja ejecuciГіn de los ministerios es otra razГіn. El caso del Ministerio de Igualdad es uno de los mГЎs preocupantes, pues fue una de las grandes promesas de campaГ±a. AdemГЎs, acaban de renunciar dos de sus viceministras en el mГЎs absoluto misterio. ВїEn serio hay personas que creen que estos sucesos no tienen un impacto en la percepciГіn sobre el Gobierno? Es evidente que el mensaje que esto transmite es que Petro no estaba preparado o no tiene las capacidades para gobernar. Lo inГ©dito, entonces, es que la derecha ya no tiene que recurrir a viejas consignas –o no solo a ellas–, como el miedo al “castrochavismo” o a convertirnos en otra Venezuela, sino a hechos concretos. Entender que esa “gente engaГ±ada” quizГЎs no lo estГ© tanto es uno de los primeros pasos para hacer un balance de lo sucedido. Concebir la polГ­tica como un fenГіmeno relacional es entender que un Bolsonaro o un Milei no surgen por generaciГіn espontГЎnea, sino que son producto tambiГ©n de los lГ­mites del progresismo, de su incapacidad de conciliar su discurso con la prГЎctica. Y, en este contexto, lo peor que podrГ­a hacer Petro es seguir pensando que todas las personas que lo critican son enemigas, y que las personas que salieron el 21 de abril no tienen agencia o que son simples tГ­teres de las clases dominantes.

Sara Tufano

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