El vestido más complicado de la Gala Met: de arena y con ayuda para subir la icónica escalinata
Blake Lively ha sido una de las grandes ausentes de la gala Met. Varios medios habían confirmado que la protagonista de Gossip Girl volvería a desfilar por la icónica escalinata del museo tras perderse la edición del año pasado. Muchas ya soñaban en el look de la actriz, que siempre ha brillado con espectaculares creaciones que la han convertido en la reina de la gala, pero, pasadas varias horas desde el inicio de la gala, Blake no apareció.
No obstante, la alfombra roja estuvo marcada por diseños que eran toda una fantasía y, por qué no decirlo, un reto, como era el caso de Tyla. La cantante sudafricana captó todas las miradas en su debut en este aclamado evento organizado por la todopoderosa Anna Wintour.
La cantante Tyla con su vestido escultura de arena de Olivier Rousteing para Balmain
Tyla llegaba al museo con un exclusivo y delicado diseño de Olivier Rousteing para Balmain. La joven y el diseñador habían elegido el concepto de ‘las arenas del tiempo’ para confeccionar un vestido con el que no dejó indiferente. “La inspiración tras esta creación partió del deseo por redefinir los límites y transformar un material efímero en una obra maestra duradera. La idea de esculpir una prenda a partir de algo tan efímero como la arena desató mi imaginación y no podría estar más feliz con el resultado final”, afirmó Rousteing a Vogue.
La cantante Tyla con su vestido escultura de arena de Olivier Rousteing para Balmain
La sudafricana llevó un diseño escultura que estaba confeccionado con tres colores diferentes de arena y tachuelas de microcristales que aportaban ese toque brillante a cada movimiento. Una pieza, con escote palabra de honor y una cola de sirena realizada en organza, que causó sensación y que también protagonizó uno de los momentos más comentados de la velada.
Tyla necesitó la ayuda de cuatro asistentes para poder moverse con el vestido
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La joven necesitó ayuda para subir la escalinata del museo y acceder a su interior para disfrutar de la cena. Sus cuatro acompañantes se encargaron de levantarla, así como de colocar perfectamente la cola para conseguir ese efecto de reloj de arena que buscaban tanto la cantante como el diseñador. De hecho, como accesorio llevó un original reloj de arena.
Los reporteros que cubrían la gala preguntaron a Tyla cómo pensaba sentarse en la cena, puesto que el vestido le impedía dar grandes pasos y la estructura era rígida. “Qué más da, chicos, ¡soy una monada!”, dijo con una gran sonrisa.