El Palma es indestructible en Europa: a otra final con épica
El pasado fin de semana, el Palma Futsal presentó “El miracle”, un documental para rememorar la Champions League que, la temporada pasada, el conjunto balear se adjudicó entre gigantes. Este viernes, en Ereván (Armenia), sede polémica de una Final Four completamente ibérica, el milagro continuó. La película tiene segunda parte. Y, de momento, es muy emocionante. Después de un partido en el que siempre tocó tirar de fe, los de Antonio Vadillo, tras un 4-4 de infarto, superaron al Benfica, un equipo que les dobla en presupuesto, por 4-3 en los penaltis. En la trama, Lúcio Jr, un diamante de 19 años que amenaza con dominar el fútbol sala mundial, y Léo Gugliel, inspiradísimo bajo palos, casi destruyeron el sueño. En el desenlace, Carlos Barrón, con dos paradas en la tanda, con lágrimas en los ojos, lo elevó a otro nivel. La isla no se despierta. Aún no toca. Este domingo, contra el Barça, defenderá su trono.
Desde el principio, ya hubo cosas que recordaban a esa gloria vivida hace no tanto. Muchas otras, sin embargo, no tenían nada que ver. El rival en semifinales era el mismo, un Benfica que fue campeón en 2010 y tercero en las dos últimas ediciones. El lugar, en cambio, distaba mucho de lo conocido. El año pasado, el Palma alzó el título en su casa, en el Velòdrom Illes Balears; esta vez, y tras un viaje de unas 10 horas, los jugadores de Vadillo saltaban a la pista a más de 5.000 kilómetros de los suyos. Todo era mucho más frío. Las gradas, a diferencia de lo que ocurrió en territorio balear, no estaban ni mucho menos llenas y la pista, de color negro, parecía traer malos presagios. El Palma, pese a todo ello, salía como si sintiera el mar a su lado. En ese final de locura, prácticamente lo tuvo. Porque creyeron hasta el final. Y todos los presentes se subieron a su ola.
Hasta el clímax, eso sí, tocó remar a contracorriente. Mala mar. Otro gigante delante. Uno, además, con sed de venganza, que salió con el colmillo afilado. Sobre todo, ese Lúcio Jr que es un diablo. Que baila con la pelota como se baila en las calles. Con descaro. Con finura. Mordiendo con dulzura. Lo hizo hasta en tres ocasiones, con un hat-trick que, en el minuto 37, parecía hundir al Palma por completo. A puerta vacía, el prodigio, que ya lució en la Eurocopa sub-19 que el año pasado Portugal le arrebató a España, ponía un 4-2 que parecía definitivo. En ese momento, el conjunto balear, que ya había trabajado desde el 3-1 en contra, estaba totalmente volcado sobre la portería de Gugiel, que parecía tener alguna mano de más. En ese momento, casi cualquier equipo se hubiera venido abajo. No fue el caso. El campeón, uno que se ha forjado de forma distinta al resto, volvió con más fuerza.
Del MVP Muller a Barrón
En otra tarde mágica, todos pusieron de su parte. En el bando del Benfica, Jacaré, con el 2-1, completó la nómina de goleadores. En el del Palma, aparecieron viejos héroes. En el minuto 29, saltaba a la pista Luan Muller, MVP de la pasada edición de la Champions y, además, el único jugador local sobre la pista. Se notó. En el 34, desde su posición de portero-jugador, daba de comer a la ilusión poniendo el 3-2. Tras ese doloroso 4-2 de Lúcio Jr, fue el turno de Marcelo, ya al límite (38), y de un Jesús Gordillo que tocó su violín (celebra así los goles) en dos ocasiones. Para marcar el primer tanto del conjunto balear y para cerrar el círculo, en un minuto 39 que desató la locura y le pasó el testigo a Carlos Barrón. El portero, con toda la isla con él, se hizo infinito en dos ocasiones. Ni Nunes ni Rocha pudieron con él. Y, de momento, con 15 victorias seguidas en el Viejo Continente, nadie puede con el Palma.
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