El objeto más sucio de la casa que hay que lavar continuamente: no está en el baño ni en la cocina
Una almohada sin lavar puede albergar hasta 3 millones de bacterias.
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El objeto más sucio de la casa que hay que lavar continuamente: no está en el baño ni en la cocina
Un estudio arrojó resultados sobre la cantidad de bacterias que pueden acumularse en este elemento.
Johan Steven Guerrero
En medio de las múltiples responsabilidades que enfrenta, es común que postergue algunas tareas domésticas, dejando de lado aspectos esenciales para mantener la higiene en su hogar. Entre estas labores relegadas, destaca el lavado de la ropa de cama, un detalle que podría pasar desapercibido pero que tiene implicaciones importantes para su salud.
Un estudio liderado por la reconocida empresa especializada en artículos para el hogar Amerisleep, arrojó resultados sorprendentes sobre la cantidad de bacterias que pueden acumularse en un elemento cotidiano de su dormitorio: la almohada. (Leer más: ¿Cada cuánto y cómo debe desinfectar sus almohadas? (No hablamos de las fundas)). Según este estudio, una almohada sin lavar puede albergar hasta 3 millones de bacterias, superando por unas 17,000 veces el promedio de microorganismos encontrados en un inodoro. Pero el problema no se limita solo a las almohadas. El análisis llevado a cabo también en colchones y sábanas reveló que estas últimas actúan como verdaderos reservorios de gérmenes, pudiendo desencadenar una serie de enfermedades potencialmente dañinas si no se les presta la debida atención en términos de limpieza y cambio frecuente. Un dato preocupante es el encontrado en un estudio de 2020 que demostró la presencia significativa de contaminación viral, particularmente en sábanas, fundas de almohadas y fundas de edredones, después de que un paciente presintomático de COVID-19 utilizara una habitación de hotel.
Los objetos de tela o tapizados, como almohadones, sillas y cortinas, también son difíciles de limpiar adecuadamente, lo que significa que podrían ser portadores de gérmenes sin que usted se dé cuenta. Por tanto, es recomendable lavarse las manos después de manipularlos para reducir el riesgo de contagio. (Seguir leyendo: ¿Cómo desinfectar almohadas? Aquí algunos trucos simples). Los elementos de tela o tapizados, como almohadones, sillas y cortinas, pueden ser complicados de limpiar y es posible que no se desinfecten completamente más allá de eliminar manchas visibles. Por lo tanto, es recomendable lavarse las manos después de manipularlos como medida de precaución.
Consecuencias por no cambiar regularmente las sábanas
Según especialistas consultados por ‘Milenio’, existen diversas afecciones que pueden surgir como resultado de esta negligencia: Estrés y alteraciones del sueño: un ambiente de descanso limpio y fresco es clave para garantizar una buena calidad del sueño.Alergias: los ácaros del polvo, presentes en las sábanas sucias, pueden desencadenar reacciones alérgicas en algunas personas, manifestadas a través de síntomas como estornudos, picazón en la nariz o los ojos, congestión nasal, entre otros.Asma: la exposición a los ácaros del polvo puede desencadenar ataques o exacerbaciones en personas asmáticas.Rinitis alérgica: los ácaros de la cama son una de las principales causas de este tipo de alergia, caracterizada por congestión nasal, estornudos y picazón en nariz y ojos.Dermatitis atópica: en algunos individuos, los ácaros pueden empeorar los brotes de eczema, resultando en piel roja, inflamada y con picazón.
El sarpullido puede aparecer en cualquier zona del cuerpo. iStock
¿Con qué frecuencia debe cambiar las sábanas y la ropa de cama?
Según Lindsay Browning, neurocientífica y experta en sueño, lo ideal es cambiar las sábanas una vez a la semana o cada dos semanas, aunque esta frecuencia puede aumentar durante períodos de altas temperaturas o en caso de ola de calor. (Le puede interesar: El truco con vinagre para dejar blancas las almohadas amarillentas y manchadas). Además, si se padece ciertas condiciones médicas o alergias, puede ser necesario cambiarlas con mayor frecuencia, incluso cada tres o cuatro días, para reducir la acumulación de alérgenos y bacterias.
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*Este contenido fue hecho con la asistencia de la inteligencia artificial, basado en información del portal web Sumédico, y contó con la revisión del periodista y un editor.
Johan Steven Guerrero
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