El lamentable análisis de Rodrigo de Paul, consecuencia de la dimisión de Simeone
Rodrigo de Paul, señalado por Simeone en la derrota contra el Alavés, se ha echado encima a los aficionados del Atleti con unas declaraciones que duelen por la poca ambición y la falta de autocrítica. La imagen del equipo en Vitoria, sin rebeldía, intensidad y, de nuevo, sin contundencia en las áreas, fue bochornosa. La de Rodrigo de Paul fue lamentable. Sustituido en el descanso por Saúl tras su pasividad en defensa y nula aportación en el juego creativo.
Lo grave es el análisis conformista y la poca exigencia que hace tras una semana dura con la eliminación en la Champions contra el Borussia Dortmund y la falta de reacción en Vitoria. “En líneas generales, creo que ha sido una gran temporada”, son las polémicas palabras del argentino en Radio Marca que no sirven de consuelo para un aficionado del Atleti que tenía más expectativas.
De Paul justifica una buena temporada por haber llegado a las semifinales de la Copa del Rey y a los cuartos de final de la Champions. De lo que no habla es de la enorme diferencia de 20 puntos con el líder en el campeonato español. La brecha con el Real Madrid es dolorosa y de poco o nada sirve haber disfrutado de la victoria del derbi liguero en el Metropolitano. Eso sucedió el 24 de septiembre.
En la Liga, el nivel competitivo del Atleti solo se puede calificar de desastroso por su dimisión como visitante. La derrota contra el Alavés, superado por el hambre, corazón y el hijo de Simeone (Giuliano) en modo Mbappé, deja en evidencia la ausencia de soluciones tácticas y emocionales. Simeone es el principal responsable de los errores que se llevan repitiendo toda la temporada como visitante.
Simeone, con gestos de impotencia. (EFE/EPA/Christopher Neundorf)
Simeone, con gestos de impotencia. (EFE/EPA/Christopher Neundorf)
El entrenador se enroca en la excusa de la falta de contundencia, no da explicaciones que ayuden a entender por qué es un equipo tan vulnerable y sin alma. “A trabajar. No hay mucho más”, dijo Simeone tras la derrota en Vitoria. En la parroquia rojiblanca hay desasosiego con un entrenador que pierde tensión competitiva, se refleja en la irregularidad en el césped y el conformismo en la sala de prensa. La imagen del Cholo en Vitoria duele porque transmite la sensación de un entrenador que ni siente ni padece.
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El Simeone exigente y enfurecido debería poner el grito en el cielo por la debilidad de un equipo que lleva 12 partidos consecutivos encajando gol, porque le hayan marcado 38 goles esta temporada, por no estar compitiendo por títulos, por tener en riesgo la cuarta plaza, por haber perdido 8 de 16 partidos fuera en la Liga, solo haber ganado uno de cinco en la Champions y porque se vea un equipo sin alma y superado. “Necesitamos de nuestra gente”, es su conclusión.
“Deberíamos hacerlo mucho mejor. Estamos en una dinámica mala y decepcionados. Si no mejoramos, va a ser muy duro hasta el final”, es el análisis más crítico de Oblak. El portero, que ha ganado cinco trofeos Zamora y que en 2021 solo recibió 25 goles en 38 partidos, no oculta su preocupación.
La ausencia de títulos no tiene consecuencias en el Atlético de Madrid si cumples con el objetivo de clasificarte para la Champions. A falta de seis jornadas para que finalice la Liga, los de Simeone están con el agua al cuello, pendiente de una final este sábado contra el Athletic. Con una ventaja de tres puntos y lo seguros que se sienten en el Metropolitano, no deberían fallar. Pero tras este crucial partido, todavía quedarán otras tres salidas y la tortura de este Atleti está lejos de casa.