Nine d'Urso: «Todas las mujeres son modelos de feminidad. No deberíamos tener tantos prejuicios».

Melena corta, rebelde y encrespada; características cejas espesas, casi sin maquillar y tan espigada que podría ser la inspiración de las obras de Modigliani. Francesa, con unos rasgos cargados de personalidad y cosecha de 1994. Para Nine d’Urso, la hija mayor de Inès de la Fressange, la poesía es vital en su vida, entre sus versos favoritos, los de Jacques Roubaud, al igual que las palabras certeras de Rebecca Solnit. Casi adopta un gato tras ver Vacaciones en Roma con su profesora de filosofía, una platonista, y le apasiona el arte, los museos, el té y debatir sobre política, a pesar de que es consciente de ciertas utopías. No la encontrarás enganchada a Instagram, tampoco a TikTok. Sabe cuándo dejar de lado el smartphone. Tiene tres hermanas, Violette, India y Clotilde (las dos últimas del matrimonio anterior de su fallecido padre, Luigi d’Urso), con las que mantiene una relación muy estrecha. A nivel profesional vive un momento dulce: está de gira con la obra de teatro Dom Juan por David Bobée, participa en la próxima película de Olivier Assayas (Hors Du Temps) y es Colette, la musa del maestro Cristóbal Balenciaga, en la producción homónima sobre el genial diseñador (disponible en Disney+). Esta miniserie retrata, con un minucioso trabajo de investigación y de recreación, a un hombre enigmático y con un talento extraordinario (interpretado por Alberto San Juan), que desafió las convenciones sociales de la época y revolucionó el mundo de la moda.

Vestido negro de crepe con escote asimétrico, calcetines negros, salones, gargantilla rígida dorada con perlas y dos anillos, todo de Dior. En el Restaurante Casa Salvador.

¿Aceptas que tus personajes te vuelvan la vida del revés?

Sí. Si soy actriz, es porque siempre he querido ser muchas cosas: ebanista, profesora, ilustradora… Me dije que quizás interpretar era la única posibilidad de realizar todas ellas.

¿Un ejemplo?

Para la película de Olivier Assayas, mentí en la audición. Dije que jugaba al tenis para conseguir el papel y nunca había cogido una raqueta. Así que tuve que aprender de forma exhaustiva. Ahora estoy con las memorias de Agassi.

¿Cómo hiciste con Colette para Cristóbal Balenciaga?

Mi personaje existe desde 1937 hasta el 48, 49. Estudié cómo las modelos caminaban y se movían al desfilar. Vi muchos vídeos y fotos de chicas de cada año para conocer sus gestos. Colette fue su modelo preferida. Una mujer muy delgada, huesuda y de espalda inacabable. ¿Sabías que tenía una pequeña joroba? En sus dibujos, Cristóbal da a entender cuál era su ideal femenino y a qué daba importancia. Le gustaba tanto cómo ella se movía, que adaptó sus siluetas a su figura. Ropa en la que el cuerpo se desliza fácilmente entre sus pliegues y trajes sin costuras gracias al corte. Unía forma y función, construcción y confort.

Conjunto de ‘blazer’ cruzada, camisa de algodón, falda negra de encaje, calcetines, salones, gargantilla rígida con perlas y dos anillos, todo de Dior. En el Restaurante Casa Salvador.

Como le sucedía al diseñador, ¿es importante tener, y mantener, un discurso? ¿Ser fiel a tus valores?

Sobre todo hoy en día que la gente habla de todo sin saber de nada. Fue un hombre que se retiró antes de doblegarse a la vulgaridad. Prestaba más importancia a la perfección y al prestigio que al dinero. Cosa que hoy no sucede. Con toda la información que tenemos en la actualidad, ser fiel a uno mismo y no traicionarse es difícil.

¿Y qué me dices de esa fijación por el control?

Más que por el control, era por la perfección. Estaba obsesionado con hacer las cosas de la manera correcta.

Tras su rodaje, ¿qué lugar ocupa la moda, la alta costura y la elegancia en nuestro desarrollo?

Gracias a Bina (Daigeler, la diseñadora de vestuario) y Pepo (Ruiz Dorado, el figurinista) quiero saber cómo están hechas las cosas. Recuerdo que de niña mi madre me llevaba a los desfiles y me insistía en que me fijase en el trabajo que había detrás de cada colección. También me he dado cuenta de que la moda puede ser política e impactar. Por ejemplo, la representación de chicas con diferentes tipos de cuerpo.

Gabardina, camisa con cuello mao, falda estampada ‘degradé’ con plisado ‘soleil’, calcetines negros, bolso con apliques dorados y gargantilla rígida dorada con perlas, todo de Dior.

Eres amiga de la maison Dior, una firma cuyos diseños y mensajes feministas te sientan bien. ¿Qué admiras de Maria Grazia Chiuri, su directora creativa?

Es una mujer fuerte. Puedes sentirlo en cómo te estrecha la mano. Lo que más me gusta de ella es que en cada desfile invita a otras artistas para trabajar juntas. Sabe cómo celebrar a otras mujeres y apoyar la sororidad real. Es una persona en la que se puede confiar, y no quiere estar sola en la luz, bajo los focos.

¿De qué forma la ficción juega un papel esencial en tu vida?

Actuar no es sólo expresarte, es ser capaz de escuchar lo que los personajes tienen que decirte. Busco aprender de ellos, no quiero enseñarles nada. Yo dibujo (acaba de exponer en Suiza) y me expreso más en este campo que interpretando.

Has sido Eduardo IV en Enrique VI, Don Carlos en Don Juan… ¿Qué tienen los papeles masculinos que te atraen?

Encarnan ideas. Don Carlos quiere proteger a su hermana y busca venganza porque un hombre la traicionó. Y Eduardo lucha por su familia y por lo que cree que le pertenece. Y las mujeres pueden representarlo. Si alguien lastimara a mi hermana, yo también querría vengarme. Si alguien atacase a mi familia, sin duda lucharía contra ellos. No es algo que sólo puedan desempeñar los chicos.

Vestido estilo delantal con cinturón, camiseta de tirantes de lino, calcetines, salones, gargantilla rígida dorada con perlas y dos anillos, todo de Dior. En la cocina del Restaurante Casa Salvador.

¿Ser feminista es la base sobre la que trabajar?

Soy un poco cautelosa con el término, tengo la impresión de que abarca toda una serie de normas que las mujeres deberían acatar: ser recatadas, misteriosas, sexies. Para mí es un estado en el que te sientes a gusto con tu cuerpo, relajada, satisfecha y feliz. Todas las mujeres son modelos de feminidad porque lo más importante, también en moda, es ser valiente. No deberíamos tener tantos prejuicios. Las personas más sensuales que conozco son las que no son conscientes de ello.

¿De quién has heredado esta pasión por el cine, por el teatro y, lo más importante, por la palabra?

Crecí en un hogar lleno de cultura y con unos padres que la aman. Mi padre era historiador de arte, además de era un gran lector y tenía una biblioteca maravillosa. Así que curioseaba constantemente entre sus estanterías. De pequeña tuve la oportunidad de ir muchos a museos y ver arte, sobre todo pintura. También de leer sin parar gracias a él. Y el gusto por el teatro empezó después de su muerte, cuando yo tenía 12 años. Un amigo de la familia me llevaba una vez por semana a ver una obra, creía que necesitaba salir y pensar en otras cosas. Qué regalo más bonito me hizo porque el teatro cambió mi vida. En un momento tan difícil sabía que al menos una vez a la semana, me adentraría totalmente en un mundo nuevo.

¿Cómo se asimila la muerte de un padre a los 12 años?

No se hace. El duelo no se termina nunca, siempre está ahí.

Maxivestido de croché de lino, conjunto lencero y gargantilla rígida dorada con perlas, todo de Dior. En el Restaurante Casa Salvador.

¿Qué recuerdos guardas de él?

Era un personaje muy excéntrico. Había viajado mucho, tenía amigos por todas partes del mundo y en casa era divertido y muy cariñoso.

¿Cómo fue leer por primera vez el libro de tu hermana Violette?

Me dejó leer Même le bruit de la nuit a changé (Incluso el ruido de la noche ha cambiado, este año se traduce al español) tres meses antes de su publicación, cuando estuvimos juntas en Roma en diciembre de 2022. Lloré y me sentí orgullosa porque mi hermana se había convertido en una escritora con mucho talento. También feliz y emocionada por la historia de mi familia. Especialmente por ella, por cómo ha transformado su duelo en su primera novela. Siempre quiso ser escritora y sentía la necesidad de afianzar la relación con un padre desaparecido prematuramente, quería conocerlo mejor. Pasó tres años investigando sobre su personalidad.

Si tu padre te hubiese enseñado solo una cosa, ¿qué sería?

Dar la mano. Tiene que ser sincero, franco y directo. Un apretón de manos es terriblemente revelador.

Camisa con lazada, falda de seda con plisado ‘soleil’, gargantilla rígida con perlas y dos anillos, todo de Dior. En The Queens House Chueca.

¿Y qué otras cosas consideras esenciales?

Unos dientes bien cepillados y una piel limpia. Siempre recuerdo el mantra de mi madre: «No sirve de nada usar el mejor pintalabios si tienes los dientes sucios».

¿De qué forma tu madre, Inès de la Fressange, está siempre presente?

En ella tengo un gran ejemplo a seguir, pues tiene una energía muy creativa, es luchadora, perseverante y una trabajadora inagotable que ha sabido reinventarse de modelo a una gran empresaria de moda. Ha sabido cómo crecer en cada etapa de su vida. Siempre ha intentado abrirnos los ojos al mundo real. Quiero a mi madre por su personalidad, no porque sea ‘una personalidad’. La admiro como madre y como persona.

¿Con qué estás ahora?

Con un proyecto teatral sobre el baile italiano de la tarantela, una danza que honra a los muertos.

(Agradecimientos: Restaurante Casa Salvador y The Queens House Chueca. En el vídeo Nine d’Urso lleva camisa con lazada, falda de seda con plisado ‘soleil’, gargantilla rígida con perlas y dos anillos, todo de Dior).