Los sordos, cultura y poder en el teatro; festeja Seña y Verbo 30 años de vida

Elenco de la compañía teatral seña y verbo.

Concientizar a los espectadores, abrir su mente, generar empatía. Éstos han sido los tres principales objetivos de la compañía de teatro Seña y Verbo a lo largo de sus 30 años de vida, coinciden su fundador Alberto Lomnitz y Eduardo Domínguez, su actual director.

La imagen de los actores sordos como profesionales del teatro, la consolidación de la Lengua de Señas Mexicana en el escenario, la cultura de los sordos, el poder de los sordos para contar historias. Esto es lo que hemos querido comunicar”, afirma en entrevista Domínguez, el primer director escénico sordo del país.

En entrevista, el promotor aclaró que el elenco de Seña y Verbo no sólo está integrado por actores sordos, sino también por oyentes. “Cuando los sordos trabajamos con lengua de señas, los oyentes dan voz a eso; y, pues, justamente hay un trazo escénico atractivo para todo público; es decir, oyentes y sordos.

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Los oyentes, cuando ven la lengua de señas, les parece atractivo; y, cuando los sordos ven la lengua de señas, se relajan, porque es una obra que pueden entender en su idioma. Si no hubiera lengua de señas y actores sordos, pues los espectadores sordos no entenderían absolutamente nada de la pieza. La idea es incluirlos”, agrega.

Por su parte, Lomnitz, quien estuvo al frente de la compañía de 1993 a 2014, destaca que en estas tres décadas “ha cambiado muchísimo la situación de los sordos, el reconocimiento a la lengua de señas y a la cultura de los sordos. Cuando comenzamos, la lengua de señas no era reconocida oficialmente. Fue hasta 2005 que se reconoció como una lengua nacional, natural de México”.

Actores sordos de Seña y Verbo.

En entrevista, señala que otro problema con el que han tenido que lidiar es el concepto de discapacidad. “A Seña y Verbo, como a toda la comunidad de sordos, le ha hecho mucho daño esta etiqueta. He observado que, en general, los sordos la rechazan, pues no se consideran personas con discapacidad.

Es una etiqueta que generalmente está asociada, por un lado, a una especie de inferioridad; no es que así tenga que ser, pero es la realidad. Y, por el otro, a la caridad. Al principio, era muy difícil que la gente nos tomara como una compañía profesional de teatro. Era más fácil que alguien me diera un donativo a que fuera a ver la obra; y mucho menos que compraran un boleto”, indica.

Y aclara que no son una organización caritativa. “Seña y Verbo es una compañía absolutamente pionera. Desde su inicio fue organizada y pensada como un grupo profesional de teatro, no como una organización caritativa”.

El también actor considera que, afortunadamente, hoy en día ya no sorprende tanto el trabajo profesional de los actores sordos. “En este avance social, el reconocimiento de la lengua de señas y de la cultura de los sordos, Seña y Verbo ha jugado y sigue jugando un papel muy importante y activo”.

Dice que “la demostración más clara de los avances que ha tenido la compañía es el hecho de que Eduardo sea su director artístico”.

Seña y Verbo presentará, para celebrar su 30 aniversario, una función especial de Yo despierta, una adaptación escénica del poema Primero sueño, de Sor Juana Inés de la Cruz, dirigida por Domínguez y Lomnitz.

La pieza se escenificará el 3 de febrero, a las 19:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

*mcam