Finito de Córdoba y Arantxa del Sol comparten una romántica noche: "Esto es un paraíso"
Arantxa del Sol ha recibido la sorpresa más esperada en ‘Supervivientes’. Su marido, Finito de Córdoba ha viajado a Honduras para, en su segunda semana en Playa Limbo, poder verla. “Ni el hambre te roba la belleza, mi niña”, le confesaba Finito nada más verla y hacerla de rogar para besarla. “Cuando te escuché decir ‘ven Juan, te necesito’, me removiste todo y salí corriendo”, le revelaba Finito asegurando que había sido una confesión de Arantxa sobre la familia lo que le había decidido a ir finalmente. Tras este romántico encuentro, la organización le daba la posibilidad de pasar una noche en la playa de Cayo Paloma con su mujer, y el torero no se lo pensaba confirmando que quería pasar el mayor tiempo posible con Arantxa del Sol. Y dicho y hecho. La pareja pasaba una de las noches más románticas.
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Durante toda la noche, el matrimonio, que ha revelado uno de los secretos de la longevidad de su relación, se han puesto al día de todo lo que le ha ocurrido a la concursante. Y es que, aunque en Playa Limbo se ha soltado con Kiko Jiménez y Laura Matamoros, quien podría volver al concurso, ella vivía una complicada experiencia con el resto de sus compañeros al no hacer una fuerte crítica a Ángel Cristo, quien ahora mismo está sin apoyos. “Hice lo que yo no creía que fuera capaz, con lo que no me gusta dormir en la arena, dormir sola en la otra punta de los compañeros. Para yo dormir sola… Me desahogué y me quedé como nueva”, le contaba a su marido. “Querer controlar las emociones es una equivocación. Se llora y no pasa nada”, le respondía Finito.
Una vez caída la noche, ambos aprovechaban para tumbarse juntos mirando las estrellas y dormir alejados de sus compañeros. Hablando y dándose cariño: “Esto es un paraíso, el cielo parece pintado, no le falta detalle”, apuntaba Finito de Córdoba. “Yo cuando vine les dije ‘¿qué estáis en la zona VIP?’ Me paso horas viendo el cielo, hay muchas estrellas fugaces”, comentaba Arantxa. Pronto ambos caían dormidos abrazados. Pero la noche no ha sido tan idílica y es que les ha pillado una tormenta que les hacía irse a dormir junto con sus compañeros bajo la lona.