Hygge, o cómo tener una casa cálida y que luzca hermosa

Hygge se traduce a invierno; no literalmente, pero sí en cuanto al concepto y la tranquilidad. El término se asocia a todo aquello que nos encanta en invierno: estar calentitos en la cama o en la sala con cobijas deliciosas, cojines esponjosos, un buen café en mano y el aroma a canela en el aire, no nos dejarás mentir.

Cuando alguien dice Hygge, tal vez no pensamos en nada en especial, pero la idea es que las cobijas suaves, las telas mullidas, una luz tenue, velas aromáticas y un aire despreocupado, impregnen en ambiente. Esta estética es justamente eso: una recopilación de todo lo necesario para vivir en tranquilidad mientras el frío se apodera de las ciudades.

¡Amamos en Hygge!

El Hygge se basa en la tranquilidad y comodidad.

Pero, ¿qué es el Hygge, exactamente?

Primero hablemos de la pronunciación correcta para entender al Hygge desde el principio. Hoo-gue es como se debe decir, por lo que hay que entender que es una palabra que proviene del danés. En efecto, Hygge es un estilo de vida proveniente de la región nórdica del globo, en donde el clima frío prevalece sobre el calor, así que si alguien sabe cómo vivir cómodamente a pesar del clima paralizante, son los escandinavos.

Ahora bien, el significado de Hygge se traduce como “comodidad”, pero en realidad el significado es un conjunto de conceptos que evocan la tranquilidad y sobre todo la facilidad. Por lo que la calidez es perfecta e ideal para sentirse tranquilos en casa, principalmente.

La comodidad requiere colores, texturas y materiales, el Hygge lo es todo.

Hygge proviene del antiguo noruego que traducido es “bienestar”, se cree que su primera a aparición fue en un documento de Dinamarca que data de finales del siglo XVIII, y en efecto, evoca la paz interior y exterior en comunidad, en este caso pasa al hogar y a todos aquellos que conviven en el espacio. Se extiende al bienestar compartido aunque la casa la habite solo una persona, por lo que los invitados también forman parte de este concepto.

Ahora bien, a pesar de que el Hygge se asocia al invierno en este lado del mundo, en realidad es para cualquier época del año, pues a todos nos gusta sentirnos increíble en casa, es nuestro hogar y el espacio que tiene todo para mantenernos a gusto. Así que si bien hay algunas reglas que seguir, en realidad es muy libre y abierto a incluir todo aquello que sea bueno para el hogar, siempre y cuando sea bello ante nuestros ojos.

No hay que temer a los colores.

Los principios del Hygge

No existe un manual como tal, pero sí podemos definir una guía para que Hygge sea mucho más fácil de implementar en el hogar.

1. Hay que encontrar el momento para el hogar, es decir, es necesario dedicarle tiempo a la casa y a lo que nos gusta en todos los sentidos.
2. La casa es para todos, así que, ¿por qué no invitar a los amigos y a la familia más seguido?
3. El ambiente debe ser propicio, así que todo es importante: los muebles, la decoración, los elementos complementarios, la iluminación y hasta el color.
4. No debe haber algo que rompa el estado de tranquilidad, así que todo aquello que sea estridente o que nos cause malestar, hay que quitarlo tan pronto como sea posible.
5. Todo es mejor en pequeñas proporciones; es decir, todo debe concentrarse en los espacios que más usamos, pues en donde pasamos más tiempo.
6. Las tradiciones son importantes, por lo que hay que rendirle un homenaje a todos aquellos que nos aman o amaron. Con esto nos referimos a que hay que tener espacios y elementos que sean cómodos para ellos y, que nos recuerden a los antepasados.
7. El deleite es fascinante. Debemos encontrar aquello que nos encanta y disfrutarlo. Un sillón hermoso, un cuadro asombroso, una planta aromática o una cama esponjosa es ideal para hacernos sentir genial.

Las formas tampoco son problema. Si te hace sentir en casa, es Hygge.

¿Cómo integrar el Hygge al hogar?

Empecemos por decir que un hogar Hygge es aquel que nos da tranquilidad y nos proporciona calma, así que hay que elegir colores suaves como blanco, gris tenue o beige, aunque lo de hoy es una explosión de tonalidades. Por ello, no pasa nada si se le añaden detalles de color, como una pared roja o bien, el techo azul, hay que ponernos creativos.

El resto de los aspectos son necesarios para darle equilibrio al espacio. Por ejemplo, si el lugar es blanco o tenue, los muebles pueden ser más bien oscuros y así se puede crear equidad mucho más natural. Otra idea es agregar lámparas o mesas en tonos caoba y maderas claras para, igualmente, crear un ambiente mucho más cómodo y relajado. Por ello es importante elegir los textiles adecuados; es decir, si no hay muebles muy oscuros, los tapetes, cobijas y cojines pueden ser de punto grueso, o bien, al revés. Si la decoración es un tanto más dura, que las telas sean ligeras, especialmente, en cortinas.

Las plantas nos permiten respirar y tener serenidad.

Pero no es todo, los accesorios son muy importantes. Se necesitan los que den calma o que sean adecuados respecto al Hygge, pues son elementos que están a la mano. Pensemos en libros hasta en el suelo, velas aromáticas que evoquen momentos increíbles o que sean relajantes. También ayudan las plantas y las flores de temporada, aunque no es necesario que estén en casa, pueden estar en el exterior o en la entrada de la casa.

Ahora bien, respecto a la cocina o baño, deben mantenerse calientes. Se pueden cerrar las ventanas y con ello, el calor se mantiene, aunque deberían abrirse de vez en cuando. Para evitar malos olores es mejor poner aceites aromatizantes o plantas, pero todo con medida para que toda la casa huela increíble. En las recámaras, entre más cómodo y calentito se mantenga mejor. Las cobijas de algodón y de lana sí se pueden combinar en el estilo Hygge, pero no hay que limitarnos con los colores y las ideas, todo funciona siempre y cuando encontremos calma y amor por estar en el hogar.

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