La 'teoría Ketchup': por qué tantas mujeres están probando a sus novios y lo están enseñando al mundo entero

Las relaciones de pareja en el mundo occidental se tambalean y la culpa la tiene un bote de ketchup. Este es el nuevo reto viral que se ha hecho popular durante las últimas semanas en redes sociales, sobre todo en Estados Unidos y de manera particular en la esfera virtual de TikTok. Englobados bajo entidades y patrones de búsqueda como “ketchup challenge” (“el reto del ketchup”) o “ketchup theory” (teoría del ketchup), nos encontramos con distintos vídeos en los que aparecen chicas haciendo algo que deja a sus novios consternados: algo tan absurdo como exprimir un buen pegote de esta salsa en una mesa o una parte visible de la cocina.

Ellos no saben que están grabando, o al menos eso se supone. En cierto momento, ellas les piden que lo limpie, y aquí está el punto de inflexión en esta historia. El hombre, de manera general, no podrá limpiarlo con un solo movimiento; es más, muchos de ellos acabarán por ensuciar aún más la mesa y esparcir toda la salsa por la encimera. Supuestamente, esto da muchas pistas sobre el tipo de novio que tienes. Ya se sabe, los hombres cargan con el prejuicio de ser unos inútiles limpiando, o como mínimo, unos fracasados cuando se trata de solucionar un problema no tan complicado como es eliminar la suciedad de un punto concreto de la casa.

Este tipo de vídeos, como podemos ver, se nutren de los complejos adquiridos que reducen lo masculino a ser un completo desastre para las tareas del hogar. Pero no solo tienen esta lectura, y en las distintas páginas de tendencias ya abundan los comentarios de expertos que intentan explicar esta nueva crisis de la monogamia heterosexual en redes sociales. Carla Marie Manly, una psicóloga especializada en relaciones y autora de varios libros sobre el tema, sostiene en la revista Life Hacker que tiene más que ver con cómo de maduro es el novio en cuestión que con cómo de bien o mal resuelve el reto.

“Es poco probable que su respuesta a este desafío se correlacione con su capacidad general para manejar otros aspectos de la vida de forma sana”

“Pueden ver la voluntad de su pareja de limpiar un desaguisado en la cocina como un indicador de su forma de lidiar con otras situaciones complicadas en la vida, y usar el desafío del ketchup como una prueba de nivel de la madurez emocional de su pareja”, asegura la experta, para luego desmentir que esta pretensión sea correcta o apropiada para tal fin. “Sin embargo, como psicóloga, creo que es poco probable que su respuesta a este desafío se correlacione con su capacidad general para manejar otros aspectos de su vida de forma sana”.

Obviamente, no podemos tomar en serio todo lo que se hace viral ni confiar en que esta clase de experimentos nos arrojen una faceta desconocida de nuestra pareja. Manly está a favor de poner a prueba a tu novio durante las primeras etapas en las que os conocéis, pero avisa de que “si lo haces de forma consciente y a menudo, puede ser un signo de agresividad pasiva por tu parte, miedo a tener una comunicación abierta con él o la entrada de comportamientos controladores en tu pareja”.

Mejor no le grabes

Pero, ¿cuáles son las reacciones más típicas en los hombres? La mayoría se muestran extrañados, pues la escena no deja de ser absurda o surrealista. Algunos se percatan que les están grabando, algo que dependiendo de la personalidad del individuo puede inducir a un enfado, como es lógico. Y otros, los que más, no llegan a entender por qué tienen que limpiar lo que sus novias acaban de ensuciar. Por ello, en todo momento debe entenderse como parte de una broma entre los dos. “Es importante recordar que experimentos como este se utilizan para evocar situaciones de humor y conexión en una relación”, concluye Manly.

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Si de verdad quieres probar a tu novio para ver cómo se desenvuelve con las labores domésticas, mejor habla con él en un tono sincero, serio y distendido. Al fin y al cabo, el hecho de que limpie bien no tiene que ver con cómo elimina la mancha de ketchup de una encimera. Eso sí, si te pica la curiosidad lo mejor es que lo hagas sin grabarle. Disponer de una buena intimidad compartida repleta de bromas y muestras de afecto es mucho más sano que sumarte a la última moda viral del momento.

Este no deja de ser uno de los últimos fenómenos propios de la gran exposición que tienen las relaciones afectivas en redes sociales, al igual que las “red flags” u otros términos recientemente acuñados por la masa digital. En vez de acercarnos más al perfil de persona con la que soñamos compartir nuestra vida, parece que todas estas modas nos alejan, pues representan una especie de burocracia por la que parece que hay que pasar solo porque todo el mundo habla de ella. Por otro lado, hacer chanzas con los prejuicios masculinos, merecidos o no, tampoco es buena idea, ya que das por hecho que tu novio es un inútil con la limpieza solo porque los hombres tradicionalmente no se han ocupado de estas tareas. Y eso, de alguna forma, también es machismo, aunque lógicamente no repercuta el mismo daño al género en su conjunto.