Muere el cineasta Paolo Taviani a los 92 años

El director Paolo Taviani posa durante el 72º Festival Internacional de Cine de Berlín, el 15 de febrero de 2022 en Berlín, Alemania.

El director de cine italiano Paolo Taviani ha fallecido este jueves en una clínica de Roma a los 92 años después de una breve enfermedad, seis años después que su hermano y antiguo colaborador Vittorio, con quien realizó una serie de películas aclamadas por la crítica. Trataron el asfixiante ambiente de la cárcel, el eterno desencanto de la izquierda, las durezas del mundo rural, la opresión paterna o las connivencias entre mafiosos y terratenientes, en un cine que cosechó gran reconocimiento. Taviani falleció acompañado de su esposa Lina Nerli y sus hijos Ermanno y Valentina, según informó la familia.

Los hermanos Taviani, una pareja fuertemente politizada y heredera del legado cinematográfico de Roberto Rossellini (decidieron dedicarse al cine tras ver Paisá, de citado director), consiguieron su mayor éxito con Padre Padrone en 1977, con el que ganaron la Palma de Oro del festival de Cannes. Se trata de la historia de un brutal padre rural, que educa a su hijo para que le suceda como pastor de ovejas privándole de los estudios más elementales en la escuela.

En el mismo festival se llevaron el Gran Premio del Jurado por La notte di San Lorenzo (La noche de las estrellas fugaces) en 1982, una película que narra la ocupación nazi de Italia en un tono tragicómico, lo que hizo que la crítica empezara a usar el calificativo de “realismo mágico” para su obra. En 2012 ganaron el Oso de Oro en el Festival Internacional de Cine de Berlín con Caesar Must Die, en la que los presos de una cárcel de alta seguridad preparan una representación del Julio César de Shakespeare.

El Giraldillo de Honor del Festival de Cine Europeo de Sevilla le llegó en 2017, cuando Paolo concedió una entrevista a este periódico, donde hablaba del trabajo en equipo con su hermano. Se veían casi todas las mañanas, buscaban las historias en la prensa o en los libros, escribían los guiones y elegían los actores, todo juntos. Para dirigir se turnaban: “Cada vez dirige uno, y el equipo y los actores saben que cuando dirige uno, solo pueden hablarle a él. El otro no cuenta. Pero cuando uno rueda sabe que el otro está detrás. Suele bastar una mirada. Tenemos una relación yo diría que telepática”, recordaba el director. No le parecía tan raro trabajar en equipo: al fin y al cabo los creadores del cine también eran hermanos. Los hermanos Lumière. De hecho, los Taviani empezaron a hacer cine cuando todavía vivían los Lumière. Vittorio no viajó ese año a Sevilla por problemas de salud, fallecería al año siguiente.

Además de en su admirado Rossellini, reconocían otra plétora de influencias: Picasso, Tolstoi, Shakespeare… “La originalidad es una gran mentira. Cuando uno avisa que quiere ser original, es una estupidez”, decía Paolo. Su quincena de largometrajes ya son parte esencial de la historia del séptimo arte.