Constructores de Villas María en Sisal desafían los sellos de clausura de PROFEPA
A pesar de la clausura impuesta por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) al desarrollo Villas María en Sisal, los responsables legales del terreno, Sueños de Silvia S de RL de CV, María José Cruz del Toro y Gabriel Maquivar Pérez, han optado por desafiar a la autoridad federal y seguir adelante con la construcción.
Esta decisión ha provocado una creciente preocupación entre los habitantes del puerto, quienes ven en esta obra un grave peligro para el entorno natural.
Los pobladores de Sisal han instado a las autoridades a tomar medidas más contundentes, exigiendo la clausura definitiva del proyecto, la inhabilitación del terreno por varios años y la obligación de reforestar la zona afectada.
La continuación de la construcción, a pesar de las advertencias de las autoridades, ha avivado la indignación en la localidad, especialmente considerando que la autoridad municipal parece haber intimidado a quienes han alzado la voz en protesta.
PROFEPA clausuró la obra en Sisal
El proyecto fue clausurado por no tener el MIA.
Recordemos que el pasado 11 de abril, la obra fue clausurada por carecer de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), requisito esencial para cualquier proyecto de construcción en el municipio, tras múltiples denuncias de los ciudadanos.
Sin embargo, María José Cruz del Toro y Gabriel Maquivar Pérez contrataron los servicios de Eugenia Correa, quien previamente estuvo involucrada en casos polémicos e ilegales, para la realización de la MIA.
Preocupación por el impacto ambiental en Sisal
Habitantes de Sisal piden la clausura definitiva del proyecto y la reforestación de la zona.
Villas María ha incumplido diversas leyes municipales y costeras, como la limitación de altura de las construcciones a tres pisos, al proyectar villas de hasta cuatro pisos y edificios de cinco en un terreno de dimensiones limitadas. Además, la obra en curso no solo incumple la ley, sino que también causa un daño irreversible al ecosistema al ocupar la totalidad del terreno y afectar la zona federal.
La rapidez con la que avanza la construcción, incluso trabajando durante la noche, evidencia una falta de respeto hacia las normativas y hacia el entorno natural. Los ciudadanos de Sisal señalan que este tipo de acciones, perpetradas por personas provenientes de otros estados y acostumbradas a pagar multas para sortear las regulaciones, no pueden tolerarse. Estas violaciones no solo dañan la naturaleza, sino también el valor de las propiedades locales y la seguridad jurídica de la zona.