Cómo la FIA tiene al menos dos reglas que redactar mejor en la F1

03/05/2024

Más allá de la incongruencia de la FIA a la hora de sancionar acciones similares de una manera u otra, que quedó nuevamente claro en el GP de China, el fin de semana tuvo dos decisiones que demostraron que el reglamento no está perfectamente escrito ni explicado.

La primera fue la penalización a Fernando Alonso por su toque con Carlos Sainz en la carrera sprint, que fue de tres puntos en la licencia y 10 segundos a aplicar a su tiempo. Como el asturiano había abandonado, esa sanción de tiempo no tuvo ningún impacto, lo que llevó al increíble caso de que los comisarios elegidos por la FIA para la prueba en el Circuito de Shanghai pidieran a la federación internacional ser más clara.

En el último punto de esa resolución, los comisarios decían: “Aparte de la FIA, observamos que el lenguaje en las reglas sobre cuándo un monoplaza se ha retirado y las consecuencias resultantes sobre las sanciones que pueden imponerse o cumplirse, especialmente cuando ese coche está clasificado de otra manera, no está claro y recomendaríamos que la FIA considere hacer las modificaciones necesarias para aportar mayor claridad a esta cuestión”.

Es decir, los comisarios no tenían claro si, al estar retirado el coche, esos 10 segundos que se sumaban a su tiempo serían para esa carrera con abandono, o tendría que transformarse en sanción para otra sesión.

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Luego, precisamente Aston Martin protestó el resultado de la clasificación contra Carlos Sainz, ya que el español se había detenido por accidente y luego había continuado disputando la sesión. El artículo 39.6 establece que “cualquier piloto cuyo coche se detenga en la pista durante la sesión de clasificación no podrá disputar cualquier parte más en esa sesión”.

Sin embargo, en la sentencia rechazando la petición de Aston Martin, los comisarios volvieron a dejar otra perla, escribiendo que “está claro que el lenguaje llano del Art. 39.6 sugiere que mientras un coche ‘se pare’ en la pista durante una sesión de clasificación, no se le debe permitir seguir participando en la sesión”, y señalando que “sin embargo, de los ejemplos citados por varios de los directores de equipo presentes y por la FIA se desprendía claramente que no era así como los equipos y la FIA habían aplicado esa norma en el pasado. El equipo de la FIA explicó que siempre que el coche pudiera volver a arrancar y continuar desde una posición detenida en un tiempo razonable, normalmente estaría permitido”.

Y es que en efecto ese artículo 39.6 del reglamento deportivo de la FIA, que se estipuló para evitar que un piloto siguiera compitiendo con ayuda de comisarios o la grúa, no contempla la posibilidad, ni para bien ni para mal, de que un piloto continué tras pararse sin ayuda, por sus propios medios y los de su coche, como pasó con Carlos Sainz.

De hecho, en China, los comisarios redactaron que la FIA y la Fórmula 1 ya el año pasado habían decidido que se había acodado añadir ‘asistencia externa’ al Artículo 39.6, pero que terminó de incluirse ese cambio en el reglamento de este año. “Por lo que no nos basamos en estas actas”, se justificaban los comisarios el sábado.

“Consideramos que incluso si la redacción del artículo 39.6 justificaba una conclusión más severa, la práctica constante en este deporte hasta la fecha no justificaba que nosotros, como comisarios, anuláramos la discreción ejercida por el control de carrera”, sentenció.

Y dado que no cuesta más dinero hacer reglas más largas y explicativas que cubran todos los supuestos de una infracción, la FIA tiene trabajo por hacer.

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