Este es el mejor colágeno para el dolor de rodillas

El dolor en la rodilla es un malestar que puede afectar a personas de distintas edades. Hay algunos tipos que pueden ser aliviados con medidas de cuidado personal, fisioterapia o reparación quirúrgica, en caso de que sea algo más grave.

El dolor de rodilla puede deberse a diferentes causas. Foto: GettyImages.

El dolor en la rodilla es un malestar que puede afectar a personas de distintas edades. Hay algunos tipos que pueden ser aliviados con medidas de cuidado personal, fisioterapia o reparación quirúrgica, en caso de que sea algo más grave.

Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, menciona las diferentes afecciones que pueden provocar dolor de rodilla:

• Artritis: incluye artritis reumatoidea, osteoartritis, lupus y gota.
• Quiste de Baker.
• Cánceres que pueden diseminarse a sus huesos o comenzar en estos.
• Enfermedad de Osgood-Schlatter.
• Infección en los huesos de la rodilla.
• Infección en la articulación de la rodilla.

Lesiones o uso excesivo de la articulación

• Bursitis.
• Dislocación de la rótula.
• Fractura de la rótula u otros huesos.
• Síndrome de la banda iliotibial.
• Síndrome patelofemoral.
• Ruptura de ligamentos.
• Desgarro del cartílago (una ruptura de meniscos).
• Distensión muscular o esguinces.

Síntomas

De acuerdo con los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro, dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la intensidad del dolor en la rodilla varía según la causa de la afección. Algunos de los signos que pueden acompañar este malestar incluyen:

• Inflamación y rigidez.
• Enrojecimiento y temperatura al tacto.
• Debilidad o inestabilidad.
• Sonidos de chasquidos o crujidos.
• Incapacidad de enderezar completamente la rodilla.

En caso de identificar estos síntomas es importante consultar a un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento oportuno. Los expertos insisten en no tomar medicamentos o remedios sin la supervisión de un profesional.

El doctor Ríos Luna habló con El Mundo sobre la importancia de los suplementos de colágeno para el dolor de las rodillas. “La ciencia avala su eficacia. Diversas investigaciones confirman que se puede reducir el dolor de rodilla y mejorar la movilidad en casos de artrosis, mediante la ingesta de péptidos de colágeno tipo 2 combinados con sulfato de condroitina, sulfato de glucosalino, vitaminas y minerales. Además, ‘este coctel’ también produce una notoria mejoría e hidratación en la piel”, explica el experto.

Una de las preguntas que se hacen muchas personas es cuál es el colágeno más adecuado para aliviar los síntomas del dolor articular o en las rodillas. Luna destacó que “el colágeno hidrolizado es, sobre todo, el que estimula la matriz extracelular. La matriz extracelular es una red en 3D, como una tela de araña que se encuentra en todos los órganos y tejidos. Se trata una especie de tejido de soporte que, a la vez, nutre, filtra y actúa de barrera frente a infecciones. También interviene en la regeneración tisular. El colágeno es uno de los componentes de la matriz. Por eso, si se estimula la síntesis de colágeno (cosa que hacen los suplementos), mejora la matriz extracelular. Esto repercutiría en una mejora clínica ya que se consigue tener una estructura de más calidad, capaz de soportar más y mejor las cargas”.

Artritis

La artritis es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar las articulaciones y en algunas personas,puede dañar distintos sistemas corporales, incluida la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos. Además, esta enfermedad es un trastorno autoinmunitario que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos del cuerpo, de acuerdo con Mayo Clinic.

Esta entidad, sin ánimo de lucro, también explica en su página web que la artritis reumatoide afecta el revestimiento de las articulaciones y causa una dolorosa hinchazón que puede finalmente causar la erosión ósea y la deformidad de las articulaciones.

Algunos síntomas de esta enfermedad son:

• Articulaciones sensibles, calientes e hinchadas.
• Rigidez articular que generalmente empeora por las mañanas y después de la inactividad.
• Cansancio, fiebre y pérdida del apetito.