El Tesoro vende 5.900 millones en deuda y la rentabilidad de los bonos a tres y cinco años roza el 5%

Sede del Tesoro Público en el Paseo del Prado de Madrid.

El repunte experimentado por la inflación y la expectativa de tipos altos durante más tiempo no son un obstáculo para que el Tesoro siga ejecutando con éxito su estrategia de financiación. Dos días después de que las peticiones de los particulares registraran un nuevo récord en las letras a tres y nueve meses, el organismo que pilota Paula Conthe ha vendido 5.894 millones en bonos y obligaciones. Mientras las rentabilidades de la deuda a tres y cinco años han experimentado un nuevo empujón y se sitúan a un paso del 3%, los rendimientos para las obligaciones a 15 años bajaron considerablemente desde el 3,985% de la subasta previa al 3,144%. La demanda conjunta ha alcanzado los 10.200 millones, lo que supone una ratio de cobertura de 1,73 veces la oferta.

El grueso de la emisión, unos 2.185,89 millones, ha correspondido a la deuda a cinco años. El reajuste de las expectativas de rebaja de tipos después de la resistencia mostrada por la inflación y las declaraciones de Christine Lagarde alertando de que es precipitado hablar de rebaja de las tasas se ha traducido en un nuevo repunte de los rendimientos. La rentabilidad marginal ha subido al 2,879% desde el 2,628% de la subasta anterior. En deuda a tres años se han adjudicado 1.862,22 millones al 2,883%, frente al 2,811% anterior.

La subasta se ha completado con la venta de 1.874,81 millones en obligaciones a 15 años con una vida residual de nueve años y cinco meses. A diferencia de las referencias anteriores en esta caso la rentabilidad ha experimentado un fuerte descenso, al pasar de rozar el 4% a situarse en el 3,144%.

Con la emisión de este jueves el Tesoro concluye las subastas de febrero, un mes marcado la venta de 6.000 millones en deuda sindicada a 30 años, una referencia que no se comercializaba desde febrero de 2022, antes de que el BCE pusiera fin a la era del dinero barato. Como ocurrió en la primera sindicada del año el apetito de los inversores se mantuvo intacto. La demanda superó los 83.700 millones, la cifra más alta para una emisión a este plazo. La vida media de la cartera de deuda se sitúa en los ocho años y el coste medio en el 2,1%. Los esfuerzos realizados en la era de tipos por incentivar las emisiones a largo plazo han ayudado a capear con mayor holgura la fuerte subida de tipos.

Una de las señas de identidad del arranque de año es la intensa actividad que están registrando los tesoros nacionales. La elevada liquidez que impera en las carteras y el interés de los inversores por garantizarse unos cupones atractivos antes de que bajen los tipos crean el caldo de cultivo para que los emisores público adelanten sus programas de financiación. El Tesoro español no queda al margen de esta corriente y en los dos primeros meses del año ya ha captado 40.846 millones, el 23,6% de su programa de financiación a medio y largo plazo. Para el conjunto del ejercicio, prevé unas emisiones netas de 55.000 millones de euros, 10.000 millones menos que en 2023, y unas emisiones brutas de 257.572 millones, un 2% más que el pasado ejercicio.

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