Gustavo Dudamel dirigirá la Orquesta del Liceu en la playa

Gustavo Dudamel iluminará este verano los actos de la regata cultural de la Copa del América poniéndose al frente de la Simfònica del Liceu en ocasión del concierto que cada año viene ofreciendo esta formación orquestal en la playa de su ciudad. El Ayuntamiento de Barcelona ha querido sacar lustre a este fenómeno que es el Clàssica a la Platja y, mejorando de alguna manera la propuesta convencional, convertirlo, según fuentes del consistorio, en un altavoz internacional de la rutilante competición de vela que tomará a partir de agosto la capital catalana. Al estilo del espíritu olímpico que tanto marcó el devenir de la ciudad.

De esta manera, la cita multitudinaria y gratuita que tiene en julio la ciudadanía frente al mar para disfrutar de la música sinfónica en dos veladas consecutivas –una con la OBC y otra con los músicos del Gran Teatre– lucirá esta vez un nombre de relumbrón cuyo caché asume el propio Ayuntamiento y cuya presencia hará trascender, sin duda, esta celebración más allá del público presencial y de las fronteras geográficas.

Gustavo Dudamel en una imagen de archivo a su llegada a la ceremonia de los Oscars en Los Ángeles

Este número uno de la dirección orquestal, titular de la Filarmónica de Los Ángeles y próximo líder de la de Nueva York, no ha encontrado obstáculos en su agenda para asumir el compromiso de carácter popular a la par que mediático que tendrá lugar el día 12.

La batuta venezolana, que en mayo dirigirá su conjunto californiano en Fidelio, en el Liceu, así como un concierto con la violinista Maria Dueñas en el Palau de la Música Catalana, ha puesto fin esta Pascua a una estancia semi tranquila de un mes en Barcelona que habría sido imposible de no haber renunciado a la dirección musical de la Ópera de París, en mayo del año pasado.

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No está todavía claro en qué emplazamiento del litoral barcelonés se ubicará el evento de julio con Dudamel. Podría ocupar, como el año pasado, la playa del Bogatell, o tener que emigrar debido a los efectos de otro eventual temporal sobre la arena, o acaso al uso que la propia Copa del América haga de esa parte de la costa.

El día antes, el 11 de julio, será la OBC la que se exponga a la brisa marina dirigida por su propio titular, Ludovic Morlot, el lionés de trayectoria estadounidense –es emérito de la Sinfónica de Seattle– que curiosamente tiene, como Dudamel, residencia en Los Angeles.

La OBC recuperaría el espíritu olímpico interpretando el tema ‘Barcelona’ que Freddie Mercury compuso para Caballé

Morlot no cederá, como Josep Pons, el podio de su orquesta a una superestrella. En su lugar la Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya ha pensado recuperar el espíritu olímpico del ‘92 interpretando el tema Barcelona que Freddie Mercury compuso para Montserrat Caballé y cuya grabación en video con ambas figuras coincidió en el tiempo con la olimpiada cultural barcelonesa. Está por ver, no obstante, qué cantantes serán los elegidos para reconstruir ese hito mágico e irrepetible de la historia de la ópera en comunión con el pop…

La presencia icónica de Dudamel en Barcelona para insólito disfrute de las masas se materializará con un programa musical probablemente festivo, acorde con el clima veraniego y las celebraciones deportivas al aire libre que se encarga de anunciar.

Se desconoce todavía –hasta que el Ayuntamiento dé más detalles la próxima semana– si el evento será retransmitido o grabado, aunque esto último toparía con la falta de acuerdo entre el Liceu y sus cuerpos artísticos en materia de derechos audiovisuales. Sería una lástima que no pudiera ponerse el foco mediático sobre una actuación como esta, reflejo internacional de la vida cultural de la ciudad, a la altura del clásico concierto al aire libre que celebra la Filarmónica de Viena delante del palacio de Schönbrunn y que, a parte de ser seguido por miles de visitantes, se retransmite por televisión a todo el mundo. O como la sonada cita con la Filarmónica de Berlín que miles de personas tienen en la Waldbühne, al oeste de la capital alemana, un gran espacio construido para los Juegos Olímpicos de 1936.

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