Así tributan los seguros de vida en la declaración de la renta

Los seguros de vida que los consumidores suelen suscribir al contratar una hipoteca o proteger el bienestar económico familiar en caso de accidente o fallecimiento también tributan. El tratamiento fiscal de las prestaciones dependerá en última instancia de quién sea el beneficiario del seguro.

Cuando el tomador y el beneficiario son la misma persona, el cobro de la prestación tributa por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), en concreto “como rendimiento del capital mobiliario”, explica Carme Elena, ponente de la comisión fiscal del Col•legi Oficial de Gestors Administratius de Catalunya (COGAC). Como debe figurar en la base imponible del ahorro, al capital percibido se le aplicará, en función de la cuantía, un tipo del 19% al 28%.

Una sede de la Agencia Tributaria de Catalunya

Por ejemplo, un asegurado que cobre un capital de 150.000 euros por sufrir una invalidez absoluta, pagará en el impuesto 33.380 euros. Mientras que otro que perciba 350.000 euros deberá abonar al fisco un total de 85.880 euros. El IRPF es un tributo progresivo y el porcentaje que se aplica aumenta en función de los tramos que establece Hacienda: así por los primeros 6.000 euros del capital asegurado se deberá pagar un 19 %; de 6.001 hasta 50.000 euros, el 21 %; de 50.001 a 200.000 euros, el 23 %; de 200.001 a 300.000 euros, el 27%, y de 300.001 euros en adelante, el 28%.

Sin embargo, cuando el beneficiario del seguro es una persona diferente al tomador, la tributación se realiza mediante el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Así, si el importe percibido está vinculado al pago de una deuda hipotecaria, la cuantía a abonar al fisco dependerá del patrimonio que se herede, la edad y el parentesco con el asegurado o posible minusvalía. Asimismo, las reducciones y bonificaciones varían dependiendo de la comunidad autónoma en la que se resida.

Si el  patrimonio del asegurado fuera escaso, por ejemplo solo poseyera un piso hipotecado, el beneficiario del seguro no debería abonar nada por el capital asegurado, puesto que “este se restaría al pago pendiente de la deuda hipotecaria”, aclara la asesora fiscal.

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