El nuevo sustituto del yogur en Mercadona: rico en proteínas y probióticos por menos de un euro

El nuevo sustituto del yogur en Mercadona: rico en proteínas y probióticos por menos de un euro

No cabe duda de que la empresa valenciana se ha convertido en una de las cadenas de supermercados en España con mayor oferta en productos saludables. Lo cierto es que Mercadona no deja de innovar con su marca de alimentación por excelencia, esto es, Hacendado. La compañía presidida por Juan Roig lo hace ahora con un sabroso sustituto al yogur, rico en proteínas y probióticos que destaca por su sabor de yogur de fresa y plátano, y que, por si esto fuera poco, recomiendan los profesionales de la nutrición en nuestro país.

Cuenta con la ventaja de que aporta un gran sensación de saciedad, lo cual es perfecto para los desayunos, medias mañanas y meriendas. Asimismo, el aporte calórico de esta bebida fermentada y probiótica baja en grasas es solo de 81 calorías por cada 100 gramos. En resumidas cuentas, unas 200 calorías por unidad, teniendo en cuenta que cada envase contiene unos 250 gramos.

Sin embargo, no es la primera vez que lo hace. Este es el caso, por ejemplo, de su nueva alternativa fit al café, ideal para los amantes de la cafeína. Este es el caso de Mocaccino, que, en realidad, no es otra cosa que una mezcla de café con leche enriquecida y proteínas. Otro punto a tener en cuenta es que se incluye dentro de la gama +Proteínas, que lanzó Mercadona allá por el 2019, y en la que, además, se incluyen otros productos como yogures, batidos o leche enriquecida con este macronutrientes.

El sustituto del yogur que triunfa en Mercadona

Hablamos del Kéfir de fresa y plátano de Hacendado. Un nuevo tipo de kéfir que se obtiene a través de la fermentación de la leche con gránulos de kéfir compuestos por una combinación de bacterias y levaduras con importantes beneficios para la salud.

En su composición incluye 4,6 g de grasas (2,8 g saturadas), 4,7 g de hidratos de carbono y 3,7 g de proteínas, siendo una elección óptima para aquellos que buscan mantener o mejorar su régimen alimenticio.

Asimismo, cabe mencionar la presencia de fermentos lácticos en este kéfir proporciona también beneficios adicionales para la digestión y el mantenimiento de una flora intestinal saludable. Por cierto, el precio de 0,95 euros por unidad y podrás encontrarlo en la sección de refrigerados.

¿Qué es y para qué sirve el kéfir?

El kéfir es una bebida fermentada que se consume desde hace miles de años y que tiene su origen en la zona del Cáucaso. Se trata de una especie de yogur que se crea a partir de leche alta en levaduras y bacterias que se fermenta, teniendo como resultado un alimento saludable, alto en probióticos que mejora el tránsito intestinal.

Asimismo, es un alimento rico en minerales como calcio, magnesio o fósforo, además de aportar vitaminas de los grupos A, B y D y aminoácidos esenciales. Además, es apto para intolerantes a la lactosa ya que, la fermentación reduce los niveles de lactosa y concentra los de la enzima β-galactosidasa.

Esto se traduce en los beneficios para la salud. El kéfir ayuda al tránsito intestinal, facilitando la digestión, regenerando la flora intestinal y evitando el estreñimiento, además de regenerar la mucosa del estómago.

¿Qué diferencia hay entre kéfir y yogur?

El kéfir y el yogur se suelen confundir por su aspecto y propiedades similares, pero son alimentos diferentes. Ambos son lácteos probióticos, alimentos con bacterias vivas, que se obtienen por la fermentación de la leche. La primera diferencia es que la fermentación de cada uno es diferente, ya que los microorganismos que intervienen son específicos de cada uno.

En el caso del yogur se produce una fermentación láctica, mientras que el kéfir se obtiene por fermentación lactoalcohólica. Otra de las diferencias es que el kéfir es más digestivo, un poco más líquido y de sabor más ácido que el yogur, porque contiene más ácido láctico.

El yogur es también digestivo, pero aún puede tener lactosa, el azúcar de la leche, que suele ser la responsable de algunos problemas a la hora de digerir los lácteos. Es más cremoso y de sabor ligeramente ácido, pero un poco menos que el kéfir.