Arrolladores Celtics
Payton Pritchard –
Los Cavaliers llegaron exhaustos a esta nueva eliminatoria. En la anterior fueron el único ganador que tuvo que pasar el peaje de un séptimo partido, en el que además batieron el récord a la mayor remontada en una cita de esas características. Esfuerzos por encima de las posibilidades sabiendo lo que le esperaba como segundo plato. Boston no perdonó y les hizo pagar un alto precio sólo dos días después de haberse pegado la paliza frente a los Magic.
En el choque inicial de las semifinales de la Conferencia Este dominaron los Celtics en calidad de local y así ponen el 1-0. Control y buen juego para continuar fluyendo. De eso se trata para ellos. Que nadie les pare. Ya vienen con una inercia que huele a campeón por ese lado del cuadro. Este martes por la noche vencieron con un contundente 120-95. Destrozando por fuera (18 triples con un 39% de acierto) y por dentro (55 a 38 en el total de rebotes), que es lo mismo que decir que su manera de dominar no tiene fisuras.
Los Celtics se sintieron en ritmo durante la práctica totalidad del encuentro y eso les hizo acabar plácidamente. Sin forzar de más. Ganando con posesión y haciendo correr al contrincante para, con acierto desde la línea exterior, trucarle el cuentakilómetros para inflarlo. Al final ya llegaban los Cavs muy tarde a tapar los tiros desde el perímetro que realizaban los de Mazzulla. Tienen, de nuevo, dos días para descansar. Que va muy fuerte Boston.
Bickerstaff buscó activar mejor a sus piezas exteriores, o al menos con más orden del que han tenido no ya en la anterior serie sino desde hace unos meses. Porque ése es un problema que se deberá discutir en el futuro. Gracias a esto lucharon sin pensar en las fuerzas que les quedaban.
El factor emocional también jugó su parte, no sólo el físico. Sobre todo con lo ocurrido tras el descanso en oposición a lo que había pasado con anterioridad. Ventajas tempranas aunque de corto alcance para los Celtics. Y ya acertando desde posiciones lejanas. Pero Mitchell (33) quería dejar con vida a los suyos lo máximo posible. Con un triple con su firma se puso por delante Cleveland por primera vez. Nuevo tirón local y aquí llega el golpe del cuarto inicial: Marcus Morris, fichado durante la temporada y otrora jugador altamente valorado en la posición de alero, aportó otros tres puntos para dejar la diferencia en sólo seis. Volvería a ocurrir algo parecido en el segundo acto. En éste, con un marcador mucho más corto (19-15), Mitchell tiró de gallardía -de lo que tiene bastante- para no dejar a más de diez a los de Massachusetts. ¿Qué ocurrió en el tercero? Que actuó la fortuna en el otro sentido. Derrick White, la nueva personificación del 3+D en la NBA, anotó cuatro tiros de tres en ese lapso e impulsó junto a Brown (32), que hoy lideró, a los célticos, aunque lo que terminó de romper los esquemas fue el remate del parcial: triple en carrera desde nueve metros del suplente Payton Pritchard para matar mentalmente a los Cavs.
Brown dejó alguna mácula más de su gran noche junto a Horford, tanto dentro como fuera, o Kornet, excesivamente dominante por la baja de Allen en Cleveland. Los de Ohio sacaron la bandera blanca a cuatro minutos de la conclusión y se centrarán en errores que sí pueden corregir.
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