La desconocida historia del actor de Star Wars que pasó de hacer kung-fu con 7 años a interpretar a uno de los mejores villanos de la historia de la saga

El nombre de Ray Park es desconocido para el gran público, pero durante su carrera, este especialista reconvertido en actor ha dado vida a algunos de los villanos más icónicos de la gran pantalla durante finales de la década de los 90 y principios del 2000. Nacido en Glasgow, Escocia, y criado en Londres desde temprana edad, Park encontró su pasión por las artes marciales gracias a la influencia de su padre, un devoto admirador de Bruce Lee. A los 7 años, comenzó su entrenamiento en el kung fu shaolin del norte de China, y su dedicación lo llevó a viajar a Malasia en su adolescencia para perfeccionar sus habilidades, compitiendo en torneos de artes marciales por todo el mundo antes de incursionar en el séptimo arte.

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El debut de Park en la gran pantalla llegó con ‘Mortal Kombat: Aniquilación’ (1997), donde quedaron patentes sus habilidades como doble de acción y especialista al rodar las secuencias de acción de los personajes de Liu Kang, Raiden y el villano Baraka. Su agilidad y destreza física hicieron que finalmente obtuviera un pequeño papel en la producción, interpretando a Reptile, un guerrero reptiliano aliado con las fuerzas del mal que tiene la habilidad de hacerse invisible.

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Pero sin duda, el papel que lo catapultó a la fama fue su interpretación del aprendiz de sith Darth Maul en ‘Star Wars. Episodio I: La amenaza fantasma’ (1999). Esta oportunidad le cayó del cielo cuando, de camino a una exhibición de artes marciales, recibió la llamada telefónica del productor Rick McCallum para informarle que había sido seleccionado para el papel, lo que le causó una gran conmoción. A pesar de tener pocas líneas de diálogo, la voz de Park fue doblada por el actor Peter Serafinowicz. Las acrobáticas coreografías de su personaje cautivaron a la audiencia tras protagonizar junto a Liam Neeson y Ewan McGregor la que posiblemente sea la mejor secuencia de sables láser de toda la saga.

En la adaptación al cine del equipo de superhéroes mutantes de Marvel Cómics ‘X-Men’ (2000), Park volvió a demostrar su prodigiosa destreza física al interpretar a Sapo, un villano con habilidades sobrehumanas, que le dio la oportunidad de articular las primeras líneas de diálogo en su carrera interpretativa. Aunque también estuvo previsto que interpretara al superhéroe Puño de Hierro en una película en solitario que se llevaría a cabo entre el 2000 y el 2004, el proyecto nunca se materializó y terminó cancelándose.

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Finalmente, su último papel recordado fue el del misterioso militar instruido en el arte ninja Snake Eyes, en la adaptación de acción real a la gran pantalla de ‘G.I. Joe’ (2009), rol que continuó interpretando en las secuelas de la saga. A menudo, los papeles de Ray Park se caracterizaron por ocultar su rostro con máscaras o complejos procesos de maquillaje, sus escasas líneas de diálogos y las impresionantes acrobacias y piruetas de las que dotaba a sus personajes, así como su dominio del lenguaje corporal.