Algunos conductores pagan más de la cuenta en el impuesto del CO2: así puedes comprobarlo y reclamar
Si tienes un coche, moto o furgoneta sujeta al impuesto sobre las emisiones de CO₂ -solo se abona en Catalunya-, te recomendamos que compruebes si estás pagando lo que te toca o si te están cobrando más de la cuenta. Una persona que se quiere identificar como David se puso en contacto con RAC1.cat para explicar su caso particular. Este ciudadano se sorprendió cuando le llegó la notificación correspondiente al impuesto de su coche porque, según la Agencia Tributaria de Catalunya (ATC), le tocaba pagar 228 euros, y esta cifra le parecía excesiva para el tipo de vehículo que tenía. Por eso decidió comprobarla por su propia cuenta.
Como es de esperar, hacerlo no le resultó una tarea sencilla. Para empezar, la carta de pago no establece el dato más importante: el nivel de emisiones de CO₂ sobre el cual se determina la cuantía del impuesto.
La notificación de la ATC le hace pagar 228 euros
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Después de unas operaciones de comprobación que a continuación explicaremos, David vio que su automóvil no emite los 357 g/km que indicaba el padrón de vehículos, sino que en realidad emite 235 gramos de CO₂ por kilómetro, un dato muy inferior que, según el simulador de la misma ATC, supondría pagar un importe de 87 euros, y no de 228.
David compartió esta situación con sus conocidos, y algunos de ellos comprobaron que también estaban pagando más de la cuenta: el nivel de emisiones de su coche no era ni mucho menos el que indicaba la ATC.
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¿Por qué el dato del padrón puede ser erróneo?
La DGT proporciona este dato individual para cada vehículo a la ATC, que lo aplica para calcular lo que le tocará pagar a cada conductor. Las dificultades empiezan a aparecer en los vehículos anteriores a noviembre de 2015, que es cuando la DGT empezó a integrar el nivel emisiones en la ficha técnica. Los vehículos matriculados con anterioridad no tienen esta información en la ficha técnica y, por lo tanto, la DGT no lo puede proporcionar a la ATC.
La Agencia Tributaria de Catalunya, por lo tanto, no ha recibido una cifra de CO2 concreta en los coches más antiguos, pero igualmente continúa aplicando el impuesto. Entonces, ¿de dónde obtiene el nivel de emisiones de los vehículos anteriores a noviembre de 2015? Esta es la clave.
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Fuentes del Departamento de Economía de la Generalitat han explicado a RAC1.cat que, a falta del dato concreto de la DGT, la ATC recurre a la Guía de emisiones por modelos y año de fabricación de turismos que elabora el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, un organismo que pertenece al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico).
Es una página con decenas de documentos PDF clasificados por año de fabricación, donde salen los datos de la casi todas las marcas, modelos y variantes de cada coche, incluyendo el nivel de emisiones, desde el año 2002.
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Según Economía, solo en el supuesto de que la marca y modelo no aparezcan a la base de datos del IDAE se aplica la fórmula de estimación. Cuando en 2020 se creó el impuesto sobre las emisiones de CO₂, la ATC pidió al Barcelona Supercomputing Center que elaborara una fórmula que tratara de aproximar al máximo cuánto CO₂ emite cada vehículo, en base a otros datos que sí que aparecen a la ficha técnica, como la cilindrada, la potencia, la antigüedad, la tara o el peso máximo del vehículo.
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“Esto viene de lejos. Es una estimación mediante una fórmula de cálculo muy compleja. Mucha gente ha presentado alegaciones, pero continúa siendo una cosa desconocida”, explica a RAC1.cat Joan Blancafort, secretario general de la Federación Catalana de Vendedores de Vehículos a Motor (FECAVEM). La fórmula mágica que finalmente se está aplicando es la que mostramos en la siguiente imagen.
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Como se puede observar, no es nada sencilla y, en muchos casos, el valor resultante no se corresponde con las emisiones reales. Hay una manera alternativa de obtener esta información, que es solicitar a la marca un certificado que incluya la emisión de CO₂.
Todos los fabricantes tendrían que disponer de esta información y teóricamente deberían poder proporcionarla al usuario, pero esta situación no está regulada y puede suponer un quebradero de cabeza según la marca, que, además, puede llegar a cobrar una importante cantidad por la gestión (a David le pidieron casi 200 euros por el certificado).
La cifra de emisiones en la que se basa el impuesto podría no coincidir con las homologadas por la marca
A pesar de que desde Economía aseguran que, a falta del dato a la ficha técnica, obtienen las emisiones de la base histórica del IDAE, David consultó personalmente sus emisiones reales a los mencionados PDFs y detectó que los documentos del ministerio daban una cifra inferior a la estipulada en el padrón de vehículos (235 en lugar de 357 g/km). Esto, a veces, puede pasar por diferencias sutiles en los nombres y abreviaciones de los modelos y las variantes de cada automóvil.
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Con estos datos, David presentó el recurso correspondiente, se lo aceptaron y pasó a pagar 87 euros, en lugar de los 228 iniciales. Este recurso se puede interponer por vía presencial o digital (desde la misma página del padrón), justo donde aparece la liquidación del impuesto. Ahora que ya se ha publicado el padrón provisional de este año, a David ya le figura el dato de emisiones corregido. No tendrá que volver a reclamar.
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Además de posibles diferencias entre el IDAE y el dato recogido por la ATC, la fórmula de estimación puede dar lugar a inexactitudes. Por eso recomendamos hacer la comprobación en cada caso individual y revisar si nuestro modelo concreto aparece en el IDAE, o buscar a la documentación original del vehículo si aparece el dato de emisiones. “La ATC obtiene las cifras de fuentes de información que no están cruzadas, este es el problema”, añade Blancafort.
El departamento de Economía quería ir subiendo el impuesto pero, de momento, no lo ha hecho
Dicho esto, desde el departamento de Economía también quieren hacer patente que, si bien se preveía ir subiendo el tipo de este impuesto y que cada año tocara pagar más por las mismas emisiones, esta tasa se ha congelado desde su implantación. Del mismo modo, también se preveía rebajar el umbral y hacer pagar por un volumen de emisiones cada vez más bajo, pero finalmente no se ha hecho y, de momento, los que emiten menos de 120 g/km no deben abonar nada.
“Se ha suavizado mucho, porque se han dado cuenta de que este impuesto no ha tenido una acogida nada buena”, comenta Blancafort desde la patronal FECAVEM, una entidad posicionada contra el impuesto desde el primer momento. “Para los conductores individuales, basta. Pero para aquellas personas que tienen varios vehículos, lo que hacen es matricularlos fuera de Catalunya y así no pagan el impuesto del CO₂ ni otros muchos, de forma que conducen aquí, pero las tributaciones van a parar en otras comunidades”.
Este artículo fue publicado originalmente en RAC1.
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