A veces sucede que aquellas parejas que llevan juntas media vida se sienten casados sin oficialmente estarlo. Esa sensación de compromiso provoca que si llega la boda, sea por sorpresa. Esta es la historia de Elena y Toni, nuestros novios protagonistas del día.
“Nos conocimos estudiando con 17 años y no pensamos casarnos nunca; por eso, cuando llegó el momento, nos pusimos a pensar de cero cómo queríamos que fuera nuestra boda”, cuenta esta novia valenciana.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La pareja decidió así dar un paso al frente y montar, rápidos pero decididos, un enlace que no estaba en sus planes. “Organizamos la boda en cinco meses porque, después de tantos años juntos, no queríamos esperar un año entero para casarnos. Como no pensábamos casarnos nunca, nos pusimos a maquinar desde de cero cómo queríamos que fuera nuestra boda. Yo tenía dos fotos: una ermita blanca encalada (¡griega!) y un vestido de Marta Martí, así que partimos de esas dos fotos para dar forma a nuestro día, teniendo muy claro que queríamos que fuera muy ‘nosotros’, muy fiel a nuestro estilo”, explica la experta en moda.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Una iglesia de estética minimalista y un traje de la diseñadora catalana se convirtieron en el punto de partida de su enlace. “Nos casamos el viernes 13 de octubre de 2023, un día inusualmente caluroso, por la noche en Valencia. Nunca hubiéramos pensado hacerlo ni viernes, ni por la noche, pero fluimos y estamos contentísimos”, recuerda Elena sobre su gran día.
La fecha, enclavada en otoño, y la boda, dividida en dos actos. Primero, la ceremonia religiosa en la ermita de Sant Roc, un templo católico situado en el municipio de Museros (Valencia). Y segundo, banquete y fiesta en la finca El Telar de Miguel Martí.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Elena y Toni habían escogido una iglesia que les recordó a aquella fotografía de una ermita blanca encalada que guardaba la novia. Pues con el vestido que ella llevaría, lo mismo, siguió su instinto y llamó a la puerta del taller de Marta Martí.
“Contacté directamente con Marta Martí. Desde el principio me pusieron muchas facilidades para hacerlo en tan poco tiempo y conecté muy bien con el equipo”, cuenta Elena.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La premisa no podía ser más sencilla y auténtica: “Tenía muy claro que no quería perder mi esencia, no ser demasiado clásica y llevar un punto de moda en el vestido”. Viendo hoy las imágenes de su boda, es evidente que Elena cumplió con ella.
Entre la diseñadora y la novia idearon y armaron un look a su medida: “La idea inicial del vestido fue el cuerpo plisado y alrededor de él fuimos construyendo el resto de plisados. En forma de minifalda en pico, la espalda descubierta con escote recto y los hombros marcados que recordaban a lo mejor de Balmain o al Saint Laurent de Anthony Vaccarello”. La mano de obra en el taller fue clave, “un sueño con los plisados hechos a mano uno a uno”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Admite que el tándem Elena y Marta Martí dio los frutos esperados. “Pensamos cada detalle del vestido para que fuera justo como quería”.
Como sorpresa de su estilismo nupcial, la valenciana nos revela que “las mangas del vestido eran desmontables y dos amigas me ayudaron a quitármelas durante la fiesta. Tengo un recuerdo muy divertido de ese momento. Una semana antes de la boda pensé en cómo poner el broche el look una vez que el traje no tuviera mangas y se me ocurrió comprar un carré vintage (un pañuelo de seda) de Hermès con dibujos de piedras preciosas en tonos naturales”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Antes de ese instante, Elena sería fiel al ‘dress code’ de toda novia y acompañaría su vestido con un velo. “Añadimos un velo alto y con volumen para darle un poco de drama al look. Me sentí supercómoda y favorecida”. A sus pies, “unos zapatos que fueron un autorregalo de The Attico”, y como joyas, piezas con sentimiento, unos pendientes y un anillo, “eran unas turquesas preciosas de mi yaya”.
Solo quedaba por definir el ramo de Absoluta Flora. “Era entero de manzanilla, sin verde y con la empuñadura de yute, muy desenfadado y silvestre, que era lo que buscábamos con toda la decoración floral. Fue un regalo de mi madrina”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
En cuanto al outfit de Toni, el novio, Elena nos cuenta todos los detalles. “Llevó un traje y una camisa a medida de Momo’s Tailors. Trabajan fenomenal y el resultado fue espectacular. Lució zapatos de Massimo Dutti y corbata de Gucci. El reloj era un recuerdo porque se lo había regalado yo hace más de 10 años”.
El día había llegado. A Elena y a Toni les quedaban horas para unir sus vidas en matrimonio y tocaba prepararse. Ambos lo hicieron en el mismo sitio, aunque, como manda la tradición, en espacios diferentes. “Nuestra casa ese fin de semana fue el hotel Only You de Valencia”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La puesta a punto beauty sucedió en una de las habitaciones del mencionado hotel. “Me peinó Antonio, que es mi peluquero desde hace casi 10 años y nos conocemos muy bien. Me hizo unas ondas naturales, que es como voy siempre. Para el maquillaje, contacté con Raquel Castillo y tuve la suerte de conectar con ella. A las dos nos gusta la naturalidad y trabajó mi piel para dejarla jugosa e iluminada pero sin taparla, ya que nunca llevo base de maquillaje”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Minutos antes de poner rumbo a la ceremonia religiosa, Toni hizo realidad uno de los sueños de Elena. “Mi primo nos recogió a mi padre y a mí en un VW Golf Cabrio, que es mi coche favorito de la historia. Fue una sorpresa total de Toni, que me había hecho creer que no había podido conseguirlo”.
Toni entró a la ermita al son de ‘The Scientist’, de Coldplay, y Elena, con una versión instrumental de ‘Bittersweet Symphony’, “ambas tocadas en directo por unos amigos”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
“La ermita era tan pequeña que tuvimos que añadir sillas e incluso así no cabían todos los invitados, pero nos pareció encantadora con la luz cayendo sobre su fachada blanca la tarde de nuestra boda. El arco de la entrada lo decoraron con ramas de olivo y otras plantas los chicos de Absoluta Flora, que consiguieron que pareciera vegetación que ya se encontraba allí”, explica.
Como recuerdo favorito de su gran día, Elena apunta al momento de “llegar a la ermita y ver el arco tan bonito, y a Toni, nervioso a través de él, no podía parar de sonreír.” Ya eran marido y mujer.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Recién casados e invitados pusieron rumbo a El Telar de Miguel Martí. “Estéticamente, nos gustó mucho y todo el equipo es encantador, pero lo que nos acabó de convencer fue la cocina que tienen in situ y cómo preparan absolutamente todo allí”.
El peso de la decoración volvió a recaer en Absoluta Flora. “También se encargó de la decoración de las mesas de la cena, que quedaron muy coloridas y silvestres, con los jarroncitos de terracota y cerámica con diferentes flores, acompañados de velas altas y bajas”.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
Toni protagonizó la anécdota de la velada. “Al novio le encanta cocinar y de hecho, durante la cena, Miguel Martí le dejó una chaquetilla de chef para hacer un ‘showcooking’ con el postre de los invitados. Fue un momento muy divertido que nadie se esperaba”.
Para el primer baile, escogieron ‘Until I Found You’, de Stephen Sánchez. Al tiempo, Elena desarmó su vestido de novia para lucirlo sin mangas, se anudó el pañuelo de Hermès en la cabeza y cambió el calzado, las sandalias de The Attico por unas alpargatas de Castañer de la colección con Casilda se casa. Un segundo look muy cool.
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
La boda de Elena y Toni. (Un carrete y medio)
¿Un consejo para futuras novias? “Que fluyan y disfruten tanto del proceso con su pareja como del día de la boda. El día de antes, una amiga me escribió para decirme que disfrutara minuto a minuto del día y que me dejara llevar, y no puedo estar más de acuerdo”.
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