La devaluación del real amenaza a la hoja de ruta de Milei y Caputo

“Cuando Brasil estornuda, la Argentina se resfría”. La frase instaurada en el imaginario colectivo cobró fuerza en los últimos días con la depreciación del real que agregó presión al tipo de cambio nacional. De mantenerse la pérdida de valor de la moneda vecina, las exportaciones argentinas podrían encarecerse y complicar el plan económico de Javier Milei y Luis Caputo de acumular reservas internacionales.

Al tratarse del principal socio comercial argentino, la marcha de la macroeconomía brasilera tiene un correlato con lo que ocurre a nivel local. En efecto, a lo largo de 2023 el primer destino de las ventas al exterior fue Brasil, con una participación de 17,8% sobre el total exportado.

La devaluación del real complica el plan libertario

La simbiosis geopolítica y económica se sintió con el cimbronazo que sufrió el tipo de cambio de los vecinos: saltó 4,5% en pocos días. El debilitamiento cambiario y el fortalecimiento del dólar afectó a todos los países de la región y las economías emergentes y se originó en un mal dato de inflación de Estados Unidos y, en menor medida, en el recrudecimiento de la guerra en Medio Oriente.

En el primer caso, la persistencia de la suba de los precios en suelo norteamericano obligó a la Reserva Federal a recalibrar la estrategia de baja de tasas que había programado para este año. La noticia conmovió a los mercados, desencadenó una aversión hacia el riesgo y los inversores buscaron refugiarse en activos seguros.

Si bien el real recuperó algo del terreno perdido durante el sismo financiero internacional, lo cierto es que ganó competitividad frente a un peso argentino que no detiene su marcha apreciadora desde el ajuste de 118% aplicado por el gobierno libertario a días de la asunción en diciembre de 2023.

La inflación acumulada desde entonces -arriba de 90%- erosionó parte de la competitividad adquirida en parte por la decisión del Banco Central de la República Argentina (BCRA) de convalidar una devaluación a un ritmo de 2% mensual. Ese encarecimiento de la moneda nacional podría afectar las relaciones bilaterales con Brasil, según economistas consultados por PERFIL.

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Devaluación del real: las implicancias para Argentina

En diálogo con este medio, el jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, advirtió que de sostenerse la devaluación del real en el tiempo, redundaría en un deterioro de la balanza comercial y la balanza de pagos de nuestro país: “Que Brasil devalúe lo hace más competitivo en el exterior y nos agrega una pérdida de competitividad a nosotros. Es decir, implícitamente nos termina apreciando aún más que otras monedas emergentes”.

A la vez, Vitelli remarcó que la apreciación del peso provoca que “comiencen a escasear la liquidación de exportaciones y exacerbar importaciones”, un escenario que jaquearía el objetivo del Ministerio de Economía de comprar divisas en el Mercado Libre de Cambios (MLC) y robustecer las tenencias internacionales del BCRA.

Explorando esa línea argumental, el analista económico subrayó que este fenómeno cambiario entre los socios comerciales “no es necesariamente algo bueno” para las cuentas públicas en este esquema de cepo y que no hay libre movilidad de capitales”.

Convino el director de Economía de la fundación Fundar, Guido Zack, al remarcar que cuando se deprecia el real, “la economía brasilera se vuelve más competitiva en relación con la argentina” ya que los costos de producción del gigante sudamericano bajan medidos en dólares y se abaratan en relación a los nacionales.

No obstante, Zack reconoció que el proceso devaluatorio en Brasil es bastante acotado y todavía no evidencia una magnitud suficiente como para ser una variable de significancia en la marcha de la actividad doméstica, en especial en materia del sector externo.

“Una parte del estancamiento argentino se explica por el estancamiento de Brasil. Son las dos economías que menos crecieron en América Latina en los últimos 10 años. Que Brasil no haya crecido generó que Argentina no haya podido colocar más producción en suelo brasilero y que los productos brasileños busquen otros mercados”, acotó.

Por su parte, el director ejecutivo de Libertad y Progreso, Aldo Abram, le restó importancia al abaratamiento del país fronterizo al vincularlo con la elevada incertidumbre internacional que tiene lugar con la escalada en la guerra que se libra en Medio Oriente.

“Puede ocurrir que los países de mayor riesgo o economías emergentes se deprecien. Cuando eso pasa, no hay ninguna ganancia porque lo que está sucediendo es que los recursos, las inversiones líquidas y el ahorro buscan la seguridad de lugares con menor riesgo. Eso nos empobrece a todos. Las monedas pierden valor a costa de una competitividad ganada en base al empobrecimiento porque valemos menos. A los países que tienen esta salida de capitales les va mal y sus habitantes viven peor”, explicó.

Al mismo tiempo, Abram remarcó que a largo plazo, las naciones que logran una estabilidad macroeconómica sostenida “terminan con una moneda apreciada” respecto del resto del mundo. “Se sostiene con el bienestar permanente de la gente porque son economías en las cuales se invierten cada vez más y se es más eficiente”, agregó.

La tendencia descendente de las exportaciones argentinas a Brasil

Un informe de la Fundación Mediterránea-IERAL expresa que el sostenimiento de la alta tasa de interés (10,75%) en Brasil no está exento de que afecte el nivel de actividad económica luego de varios años de crecimiento sostenido e inflación por debajo del 4% anual.

Asimismo, el reporte alerta que un freno en la economía brasileña impactaría de lleno en la trayectoria de las exportaciones bilaterales de la Argentina “en un contexto en el que la paridad real/peso comienza a afectar la competitividad de los bienes y servicios del país, tras una breve pausa impuesta por la devaluación de diciembre”.

De esta manera, los autores del texto indicaron que la participación de los productos “made in Argentina” en las importaciones totales de Brasil registra una “marcada tendencia descendente” desde que en nuestro país comenzaran a aplicarse los cepos al cambio y al comercio exterior.

“De un ‘market share’ (cuota de mercado) de 7,3 % en 2012, la Argentina ha pasado a capturar sólo el 4,6% de las compras al exterior de Brasil, de acuerdo a los últimos datos”, explicaron los analistas de la organización cordobesa.

MF / ED